No soy para ti - Elizabeth Olsen y tu (G!P)

La verdadera razón.

—Uuu... uuu.

Mientras Maddie le seguía demostrando su más reciente aprendizaje a cada persona que se le cruzaba, incluida las bailarinas que esperaban por el diseño de _____, un monstruo verde se despertaba poco a poco en el interior de Lizzie.

—Pensé que iba a ser divertido verle la cara a mi hija —Jarnett le comentó tanto a Margaret como a Scarlett, que estaban a su lado en la puerta de casa—. Pero ahora que lo pienso mejor, no me parece tan divertido —sacó mejores conclusiones luego de percibir la rabia que salía de los poros de su hija—. Esa mujer no me cae para nada bien —agregó de mala manera.

—Había olvidado cuanto detesto a la perra esa —comentó Scarlett, señalando a la recién llegada—. Algo se trae entre manos —dijo—. ¡Flo! —no hizo falta que Scarlett le dijera, la perceptiva bailarina ya estaba sacando a las tres pequeñas del jardín con ayuda de la hermana Ana y Jane.

—Y por la cara de Lizzie, ella la detesta mucho más que ustedes y yo juntas —esta vez fue Margaret la que señaló lo obvio—. ¿Creen que ya sabía que éramos los padres de _____? —Scarlett y Jarnett  la miraron, estaban tan ocupadas queriendo molestar a Lizzie que no se habían dado cuenta de ese detalle.

Hailee acababa de descubrir que los señores Beckham tenían relación con Lizzie y Scarlett.

—Por la cara de tu marido, él debe estar pensado lo mismo—opinó Jarnett. Tanto Izan como David habían dejado de acosar a las bailarinas para acercarse a Lizzie como soporte de la rubia.

— ¡Dios! Se van a sacar chispas —Jarnett señaló a Hailee Steinfeld y después a su hija—. Parece que estuviéramos viviendo un duelo de miradas mortales —apuntó, mirando como una ya erguida Lizzie enfrentaba desde la distancia a la dueña de la joyería, que no se quedaba atrás con su postura desafiante.

—Bueno, si la muy idiota se atrevió a venir hasta la casa de sus enemigos va a tener que soportar mucho más que un par de miradas.

Scarlett estaba que hervía y caminó con fuerza para juntarse con los dos hombres detrás de Lizzie. Margaret y Jarnett se miraron y después de varios segundos siguieron a la norteamericana.

— ¡HAILEE! —_____ se acercó a la elegante mujer con entusiasmo y hacía que el monstruo verde estirara sus brazos recién levantado y listo para iniciar batalla. Lizzie respiraba profundo y contaba hasta diez una y otra vez, su mirada nunca dejó a la mujer más baja.

—Tranquila, Lizzie—sintió que el padre de su novia le murmuraba.

La rubia volvió a respirar hondo y se concentró en el dolor que aún emanaba su cuerpo por las cosas que su pelinegra había hecho con ella. _____ le había demostrado con cada embestida, con cada segundo que pasó besando su piel y con cada letra que formaban hermosas palabras que la amaba como a nadie y Lizzie no podía dejarse llevar por la simple presencia de esa idiota que para la rubia no era más que una vil estrategia en contra de sus inversiones.

Sin embargo, para nada ayudaba a calmar los celos de la empresaria que la joyera luciera espléndidamente bien en un vestido blanco de tela ligera que destacaba sus largas piernas. Mucho menos se hizo calmar al monstruo el hecho de que la sonrisa de Hailee se extendiera en cuanto vio a _____ llegar a abrazarla.

— ¿Qué haces... qué haces aquí? —preguntó _____ aún entusiasmada. El tono jovial de su novia hizo que el monstruo sacara sus uñas una por una.

—Vine a verte —contestó Hailee—. Te extrañaba demasiado —palabras mágicas.

Y Lizzie trató y trató de apaciguar la ira que provenía de su interior, los celos, el enojo y todo lo que la llegada de esa mujer le ocasionaba, pero escuchar esas palabras seguido de ver como esa estúpida mujer acomodaba un mechón de cabello caído de _____ y le acariciaba la mejilla como si nada, todo su cuerpo se movió con rabia hacia el dúo. Sus padres, los señores Beckham y Scarlett la seguían desde atrás.
— ¿Cómo... cómo... cómo supiste que estaba aquí? —preguntó _____, sonriendo.