La ultima caricia.

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Scarlett cerró los ojos mientras sentía como su socia aceptaba la oferta de Boyd y al mismo tiempo el brazo de _____ se resbalaba de su agarre. Después de contar seis segundos en su mente, la norteamericana pensó que iba a escuchar gritos, pedidos de seguridad y hasta se estaba preparando para saltar a defender a su rarita de cualquier injusta acusación, pero en lugar de eso, una mano cálida en su espalda la hizo reaccionar.

—Scarlett... —con su vista, Florence le señalaba hacia su frente.

_____ no había avanzado más de diez pasos lejos de ellas tres. La pelinegra se había quedado con la cabeza agachada, con sus brazos tensos al costado del cuerpo y por lo blanco de sus nudillos se podía adivinar que no estaba para nada calmada.

Scarlett miró hacia su derecha y se encontró con Hailee mirando a la pelinegra con preocupación. La joyera no parecía enfadada, sino más bien cautivada por toda la situación. Si otro hubiese sido el contexto, la norteamericana podría haber visto una debilidad en la mujer y aprovecharla para atacar. Sin embargo, este no era el caso. La debilidad de Hailee se traducía en cariño por _____ y cualquier persona que comparta el mismo cariño por la rari que ella sentía, merece sus respetos. En su otro costado estaba Florence, su novia. La bailarina estaba aferrada a ella como si Scarlett tuviera todas las soluciones, como si Scarlett tuviera el hechizo para hacer que la tatuadora dejara de sufrir.

—Señorita, ¿se encuentra bien? —la voz de un mozo que pasaba por allí cerca hizo que tanto Hailee como Florence y Scarlett se enfocaran en la pelinegra.

La imagen fue de lo más devastador. _____ ya no estaba de pie firmemente. Al contrario, la pelinegra se había encuclillado sobre sus pies y usaba sus dos codos apoyados en sus rodillas para darle fuerza a sus manos y que sirvieran para esconder su cabeza.

—Scar... —Florence no tuvo que ni decirlo. Scarlett no tardó en arrodillarse junto a _____.

—Rari... _____... —no sabía forma de llamarla que la hiciera reaccionar—. Rari, por favor, me estás preocupando... —la norteamericana trataba de sacar la cabeza de _____ de la cueva que ella misma había creado entre sus brazos, pero la pelinegra no cedía. Su respiración era dificultosa y Scarlett podía escuchar murmullos y sentir pequeños, pero fuertes estremecimientos.

—No sé qué hacer —les dijo de forma frustrada a Scarlett y a las otras dos que ya estaban a su lado.

—_____, querida... —Hailee intentó sobarle la espalda mientras Florence solo estaba tiesa a su lado y lloraba sin parar. Al menos la bailarina se ocupaba de que los ojos de cualquier curioso fueran hacia otra parte.

—Rari... —la voz de _____ la interrumpió.

—Ayúdenme —el pedido fue seco y muy silencioso, tanto que Scarlett no creyó lo que escuchó hasta que levantó su cabeza para encontrarse con unas sorprendidas Florence y Hailee.

Scarlett se movió con velocidad hasta que, sin importarle su elegante vestimenta, quedó sentada enfrente de _____.

—Rari... —tomó las manos que cubrían la cara de la rubia—, quiero que me mires, rari, ¿de acuerdo? —sabía que si _____ no aflojaba sus brazos no iba a lograr verla—. Yo te voy a ayudar, te vamos a ayudar, ¿cierto? —las afirmaciones de las otras dos se escucharon rápidamente—, pero necesito que me mires, por favor —pocas veces como esa noche se había escuchado a Scarlett Johansson decir tantas veces esas dos palabras—. Rari, por favor...

Después de un cambio en su respiración, _____ levantó su cabeza lo suficiente para que sus ojos miraran a la norteamericana.

— ¿Qué necesitas? —no perdió tiempo.

No soy para ti - Elizabeth Olsen y tu (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora