De paso.

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Viernes por la noche.

En el departamento.

— ¡Scar! ¡Flo! ¡Llegué! —Lizzie llegaba al departamento con varias bolsas en sus manos y con una sorpresa para sus amigas—. ¡Tengo algo para mostrarles! —cantó mientras entraba a su propia habitación a dejar las bolsas.

— ¿Qué quieres, Liz? Y deja de gritar, ¿quieres? A menos que estés teniendo sexo conmigo o te llames Melanie Johansson, no tienes por qué hacerlo —le dijo sonriendo desde el balcón y largando el humo del cigarrillo que tenía en su mano.

Florence llegaba a la sala corriendo.

— ¿Dónde está? —miró a Scarlett que se limitó a encogerse de hombros—. ¡Scarlett! —el tono que usó Florence no era nada bueno—. ¿Estás fumando de nuevo? Es el cuarto que te veo agarrar en la tarde —la retó.

— ¿Otra vez fumando, Scar? ¿Cuántos llevas en el día ya? En la oficina te acabaste un paquete entero —Lizzie se unía a sus amigas en la sala y de paso dejaba a la bailarina y a su socia con sus bocas abiertas—. ¿Qué pasa? ¿No les gusta? —la empresaria se frenó delante de ellas.

—Te- te- te. ¡OH DIOS! —Scarlett estaba impactada—. ¡Te teñiste el cabello! —Lizzie giró los ojos ante la obvia observación de su amiga.

—Exacto, necesitaba un cambio —explicó—. Pensé que el castaño me daría un aire distinto —completó la idea.

— ¡Me encanta, Liz! —Florence se abalanzó sobre su amiga para felicitarla—. Te combina perfecto con tu mirada de fuego, te van a tener más miedo que antes —agregó, dejando a Lizzie pensando si eso era bueno o malo.

Scarlett sonrió vorazmente.

— ¿Te teñiste los de abajo también? Porque, ¿sabes a quién más le va a gustar este cambio? Al rarón. Va a estar a mil con el nuevo color —dijo, sacando su sonrisa maligna. Lizzie hizo silencio ante lo dicho por la norteamericana, no quería mencionar la verdadera razón de la elección del color de su cabello.

—Por supuesto que le va a gustar, si el otro día Liz estaba como loca con Jennifer Kimberly cuando la hicimos ver un vídeo de PB con nosotras, hasta que Lizzie se enojó con ella porque no le estaba prestando atención y apagó el televisor.

Lizzie se sonrojó y tuvo que esquivar la mirada de Scarlett. Florence había revelado su secreto.

— ¿Así que fue por eso...?

—Hablando de _____, ¿dónde está?

¡Ding! ¡Ding! Campana salvadora, la bailarina sacaba a Lizzie de un gran aprieto.

—Por la hora que es, ya debería estar aquí —comentó la chica más alta—. ¿Trabaja esta noche también? —al parecer la pelinegra llevaba varios días encerrada en el estudio cubriendo los trabajos que tuvo que adelantar por la visita de Olivia y Leah.

Lizzie miró el reloj y frunció su ceño, haciendo una nota mental automática que le recordara hablar con _____ de sus horarios agotadores de trabajo.

—Ya debe estar por llegar —dijo.

— Entonces deberíamos poner en funcionamiento el último día de tortura —con aviso previo, la norteamericana se desvistió en medio de la sala y se quedó solo con una diminuta tanga blanca. Topless on.

— ¿El último día? —Florence se entristecía mientras se desvestía—. ¿Por qué? A mí me gusta andar desnuda por la casa —dijo mientras se sacaba las últimas prendas que le quedaban. El papel de la bailarina era atormentar a _____ como Dios la trajo al mundo.
La actual castaña hacia lo mismo que sus amigas, pero un poco más tímida elegía quedarse en ropa interior.

No soy para ti - Elizabeth Olsen y tu (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora