No soy para ti - Elizabeth Olsen y tu (G!P)

Todos los caminos conducen a la fiesta.

Un par de semanas después.

En Nueva York.

—Está en su oficina —Scarlett no necesitó ni siquiera preguntarle a Melissa por _____. En cuanto la asistente la vio cruzar por la puerta, le indicó donde se encontraba la pelinegra.

Para la jovencita no valía ni siquiera la pena apartar la mirada de su celular, directamente bastaba con señalar. El caso es que la presencia de Scarlett, de Florence y por supuesto de Lizzie y de las tres pequeñas que venían con ellas había pasado a ser constante en el estudio de tatuajes, y ni hablar de que ahora la lista en color "arcoíris" de la pelinegra había aumentado a un considerable número de personas.

Scarlett no se frenó para preguntar si la pelinegra estaba ocupada o no, la norteamericana ya sabía que estaba de color arcoíris para la pelinegra y sabía perfectamente que eso significaba un pase libre en cualquier momento. Lo que sí la hizo frenar fue el sepulcral silencio que casi nunca había en el estudio. Subió su cara y dio un vistazo panorámico, todas las estaciones de los tatuadores estaban vacías. Scarlett regresó sus pasos, murmurando por lo bajo cada vez que tenía que saltar algún inflable que estaba tirado por el piso o una Barbie que había quedado rezagada por allí, y se frenó en el escritorio de Melissa.

— ¿Qué demonios pasa aquí? ¿Alguien tiró una bomba? ¿La rari sacó a pasear a raroncilla de su jaula? —fue esta última pregunta la que hizo reír a Melissa y la que hizo que la jovencita se demorara en contestar para actualizar la cuenta de twitter elgranrarón

Después de que le mostró a Scarlett su brillante tweet, réplica del chiste de la norteamericana, ambas rieron y la joven contestó.

—Sabes que _____ empieza sus clases el próximo lunes, ¿cierto? —la norteamericana asintió.

La noche anterior Lizzie se había encargado de demostrarle a _____ lo orgullosa que estaba por eso y el resto de los humanos lo tuvieron que escuchar.

—Ni me hagas recordarlo, menos mal que las niñas estaban de visita en el hogar —ojalá ella hubiera decidido aceptar la invitación de la hermana Ana para hacer un retiro espiritual esa misma noche.

Melissa asintió—. Te entiendo. Esta mañana vivimos lo mismo aquí cuando Lizzie apareció de repente y se encerró en la oficina de _____—Scarlett giró los ojos. Por supuesto que ella había visto llegar a la rubia en un estado más que deplorable a la oficina—. Demás está decir que se encargó de echar a patadas a la chica sobre la cual _____ estaba trabajando —una novia celosa era igual a menos clientes.

Scarlett volvió a girar los ojos—. ¿Por eso se fueron? —señaló los puestos vació del resto de los tatuadores—. Sabía que el idiota ese le tenía miedo a los orgasmos, ni una sola vez escuché a Florence—

—No se fueron por eso —la interrumpió Melissa—. _____ los despidió —informó como si estuviera contando una pavada.

Por tercera vez en la mañana, Scarlett volvía a girar los ojos—. ¿Otra vez? ¿Y ahora por? —era como la vigésimo cuarta vez que los echaba.

—Porque es imposible que los chicos dejaran pasar el hecho de que _____ vuelve al colegio —contó Melissa y Scarlett empezó a entender—. No iban a parar hasta que _____ no se muriera de la vergüenza —agregó.

Scarlett rio.

— ¿Qué le hicieron? Por favor dime que no superaron mi broma de la mochilita.

La norteamericana se había encargado de regalarle una hermosa mochila de Bob Esponja a la pelinegra. Cuando _____ atinó a dársela a su hija, Scarlett se la quitó y le dijo que era para el rarón. El color de _____ fue de un fucsia instantáneo que creció aún más cuando la norteamericana sacó uno de los preservativos que había puesto en la mochila y le dijo que era para el "recreo" del rarón y que no le iba a venir mal cuando lo tuviera que usar con alguna de las porristas del instituto.
—Hubiera seguido con las demás cosas que tenía para ella si la estúpida de la rubia culona no hubiera tirado todo por la ventana —Lizzie no iba a permitir a ninguna porrista cerca de _____.