Tres citas y un desplante.

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Día de la cita.

Por la tarde en el departamento.

— ¿De qué te ríes? —para sorpresa de Lizzie, Florence entraba por la puerta del departamento riendo a carcajada limpia—. Pensé que tenías una academia de danzas por dirigir y que tenías cosas importantes que hacer.

Ella misma había decidido trabajar solo en la mañana porque quería prepararse para su cita con _____ y porque de nada servía estar en su oficina mirando al techo si en lo único que podía pensar era en la pelinegra, en la mirada de la pelinegra, en los tatuajes de la pelinegra y en la boca de la pelinegra haciendo cosas en ella, y en _____ escondiéndose en su cuello, y en el pene duro de _____ sobre ella. En fin, decidió tomarse la tarde libre. Planeaba hacerse una máscara de pepinillos, relajarse en el jacuzzi, depilarse; no porque pensara acostarse con _____, pero, de todas maneras, siempre es bueno estar lista. En fin, Lizzie quería entrar en estado de cita total y disfrutar de la tranquilidad de un departamento sin sus amigas. En realidad, técnicamente hablando no era por Florence, ya que ella no la que la molestaba, sino más bien por Scarlett, pero Lizzie sabía que la bailarina era el punto de irritación de Scarlett así que si no estaban las dos su tarde pre cita se iba a hacer más llevadera. Desgraciadamente sus planes se arruinaron cuando la bailarina entró al departamento muriendo de la risa.

Lizzie esperaba una respuesta de la bailarina, pero cada vez que Florence intentaba hablar volvía a reírse sin parar. La chica terminó por tirarse en los sillones y Lizzie la siguió con su mezcla lista para aplicar. Mientras esperaba a que la bailarina cesara su risa, con sus dedos se lo ponía en forma circular por todo su rostro. El último toque eran dos rodajas de pepinos sobre sus ojos.

—Oh Dios, déjame un poco —la bailarina tomó el recipiente y empezó a aplicarse lo que quedaba.

— ¿Me vas a decir qué es tan gracioso? —ya era hora de que dejara el misterio.

Florence volvió a sonreír y por un segundo Lizzie tuvo miedo que de volviera la risa imparable, pero esta vez la voz de la chica salió sin parar.

—Vengo de ver a Zach —contó como si eso resolviera el enigma.

Lizzie frunció el ceño cuando la chica nombró a su novio, todavía no superaba a la Scarlett totalmente borracha que se encontró en su propia oficina cuando volvió de hablar con _____. Si no hubiera sido por la felicidad de la castaña probablemente Aubrey estaría en la calle por haber dejado que Scarlett acabara con las botellas de champagne. Lo que sí hizo fue llamar a Florence inmediatamente y preguntarle por qué Scarlett no paraba de llorar y de balbucear que Florence ya no la amaba y que ahora iba a tener pequeños niños y toda clase de cosas que solo se le escuchan a la norteamericana cuando está pasada de alcohol. Si no hubiera sido porque la bailarina le empezó a contar que se había formado una nueva leyenda en el estudio de tatuajes llamada "los gritos de Lizzie", de lo cual la castaña no estaba para nada avergonzada y porque Florence le contó de la broma de los chicos a _____ acerca del cartel que le hicieron y de cómo _____ los despidió a todos, lo más probable es que Lizzie hubiera regañado a Florence por dejar a Scarlett rodeada de botellas con la noticia de su noviazgo. Además, en cuanto la empresaria le contó de la cita con _____, la bailarina empezó a hacer todo tipo de planes entusiastas para que salieran en una cita de a cuatro, a elegir vestimenta para la castaña y a expresar su enorme felicidad que dejó un poco enterrado el tema de Scarlett.

Esa noche la norteamericana no volvió al departamento y cuando, a la mañana siguiente, Lizzie quiso entrar a la oficina de la chica recibió un enorme "vete de aquí" como respuesta. Normalmente la castaña hubiera insistido, es más, hubiera entrado igual, pero esta vez y con un muy buen criterio se alejó rumbo a su propia oficina. Solo le escribió más tarde para hacerle saber que se iba temprano y para contarle de su cita, la respuesta que recibió de la norteamericana le preocupó bastante a decir verdad.
Scarlett: Me alegro por ti y por la rarita, de corazón.

No soy para ti - Elizabeth Olsen y tu (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora