Saga De Las Crónicas de Narnia

Capítulo 1

"Él Príncipe Fugutivo."

Narrador Omnisciente.

En tierras lejanas entrada la madrugada se podía apreciar un imponente Castillo, dónde en la habitación matrimonial de los Reyes estaba a dándo Luz la mujer del Rey sustituto, Miraz, un hombre avaricioso que buscaba ocupar el lugar del Rey. Y lo lograría si conseguía un hijo varón.

La mujer había estado toda la noche en labor de parto hasta que llegó el momento en el que le entraron a su bebé, las sirvientes no tardaron en avisarle a Glozelle, el Comandante de Miraz, que fue a buscarlo para decirle la noticia, encontrandolo en la sala del trono mirando por la gran ventana.

-dio a Luz a un varón - avisó mirándolo serio.

-los cielos nos han bendecido- dijo apoyándose en el marco -ya conocés tus órdenes, general Glozelle.

Aunque el soldado no estaba de acuerdo no había más objeciones.

-si mi señor- dijo apra marcharse.

Por otra parte del castillo un hombre con una capa ocultando su apariencia merodeaba los pasillos del castillo llendo a los aposentos de un jóven. Él hombre entró separó las cortinas que envolvían la cama y cubrió la boca del joven que dormía asustandolo al principio hasta que reconoció a su profesor.

-cinco minutos más.

-no observarás estrellas está noche príncipe, ven, apresúrate - lo sacó de su cama y planeaba sacarlo del castillo, no podía permitir que él verdadero heredero del Trono muriera, por eso debía salvarlo.

- Profesor ¿Qué sucede?- cuestionó confundido por lo acelerado y ansioso que parecía su profesor.

-tú tía dió a luz  hace poco, a un varón- le dijo y el joven Príncipe entendió lo que significaba eso mientras aún lo seguía -Ven- le dijo abriendo un armario dejando ver una salida.

Él entro pero se quedó viendo cómo los guardias en los que había confiado su vida y la del reino entraban, rodeaban su cama con ballestas y a la orden comenzaron a disparar a su cama, sin dudar en matarlo. 

Los hombres en los que desde niños confío su vida no habían dudado en seguir las órdenes de su tío para acabar con su vida, todo por el nacimiento de su primo, que era un varón y que aseguraba el ascenso a Rey de su tío.

Él anciano lo ayudó a prepararse, tomando algo de ropa, una espada y lo llevo por un caballo, una vez listo lo veía preocupado.

-ve directo al bosque.

-¿Al bosque?

-le temen y no te seguirán -dijo para sacar de su bolsa un cuerno -encontrar esto me ha llevado muchos años, no lo uses a menos que sea necesario - le dijo aunque él principe lo miraba raro por eso pero lo guardaba y vio que le tendió un collar.

-¿Es enserió?- ya pregunto incrédulo arqueando una ceja.

-creeme que esto sí es verdad, es lo más poderoso y lo que te asegurará tener una aliada, debes tener mucho cuidado con no perderlo -le dijo y el se lo puso para no perderlo.

-¿Volveré a verte?

-eso esperó noble principe, aún hay mucho que debo contarte, todo lo que conocés cambiará - le dijo mientras se miraban preocupados uno por lo que le sucedería si se enteraban que escapó y el otro por todo lo que le esperaba al joven encontrar y rezaba a los Dioses que lo guíen. "Suban el puente"  se escuchó a lo lejos que alertó al dúo -¡Vayase!

El caballo comenzó a correr por todo lo que quedaba del castillo mientras los soldados trataban de pararlo, mientras él príncipe huía lo más rápido posible sobre su caballo, ellos huían mientras en el castillo comenzaban a lanzar fuegos artificiales celebrando el nacimiento de un varón, mientras se oían los gritos de "un hijo" "un hijo" "Lady Prunaprisma le ha dado un hijo a Lord Miraz".  Él siguió corriendo mientras tenía a los guardias siguiendolo, corría por todo el pueblo saliendo del territorio del castillo, comenzando a llegar a campo abierto hasta que finalmente a la entrada del bosque pasó con facilidad por las raíces secas, seguido del General Glozelle pero los demás frenaron al ver el bosque en especial las enrededareas gigantes, aunque ya secas aún se veían imponentes.