• La decisión definitiva •

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Eran las diecinueve de la tarde de un día caluroso e inestable en la gran ciudad de Buenos Aires, Argentina, alrededor se podía sentir la sensación térmica de la zona, acompañada de la humedad del ambiente.
Pero para la familia Schetzneir, la temperatura estaba por los cielos, al parecer las cosas están bastante calientes. Augusto sabía que ese suceso, podría modificar sus planes para la reelección, y eso no lo podía permitir. No podía renunciar por lo que tanto había luchado.
Es por ello, que segundos más tarde de que haya hablado con su asesor político de lo que había ocurrido, mandó a llamar a Angelo, su hijo, y con un rostro que inquebrantablemente no se podía disimular.

-Estaba en una reunión importante ¿cuál es la emergencia?-expresa con queja tras su interrupción.

-¿Has notado lo que la prensa está hablando de vos?

-No, lo siento, estuve muy ocupado últimamente-responde el joven, sin estar muy preocupado.

-En el último evento de caridad, alejaste a un niño cuando te abrazó, solo por el simple hecho de que ensució tu vestimenta. Ahora varias revistas importantes están preguntando si tu acto desvela clasismo.

-¿Por eso me llamaste? Pensé que era un problema más grave. Lo siento, pero es que ese niño estaba repleto de barro, y había ensuciado mi suéter Gucci de color beige, exportado desde Francia...además ese día...

-¡No me importan tus motivos! Ahora debemos arreglar esta situación. ¡Estamos a nada de las elecciones!-grita su padre muy enfurecido.

-Sos líder en las encuestas, esto no marcará la diferencia.

-Estaba por encima solo con el 8%, después de tu estúpido error no sé como seguiré posicionado...la clase baja en estos momentos tiene la decisión en sus manos por la cantidad de votos.
A estas alturas no podemos estar cometiendo este tipo de errores.

-Honestamente no te entiendo. Me pasé la vida tratando de que todo fuese perfecto, tratando de que cada detalle sea magnífico, y debo admitir que lo he conseguido. Pero por un simple error, estás a punto de tener un brote psicótico sin poder guardar la calma.

-Aunque te empeñes en hacerlo todo bien, una equivocación, es algo que deja una marca, y que estará por encima de todo lo "magnífico" que hayas hecho anteriormente. Creí que con 16 años ya lo habías entendido.

-Como quieras. Pero esto se arregla fácil. Se habla con la prensa. Se hace otro evento. Pagas a una familia para que me llene de barro. No me atormento y asunto arreglado ¿no? No es la primera vez-asegura Angelo con tono sarcástico, un poco cansado de tener esta conversación.

-No. Estuve hablando con el representante, y acordamos que hay una manera de culminar definitivamente con los rumores sobre tus actos. Aunque el precio para ti sea un poco alto-responde serio y cortante.

-Sé más explícito por favor-contesta él confundido.

-Si querés limpiar tu imagen, la gente debe ver que no tienes problemas de pasar tiempo con gente como ese niño. Como estamos a mitad del semestre, hablé con una antigua amiga para que te acepten en un colegio público para culminar tu cuarto año. Ese tiempo será suficiente para despejar todo tipo de dudas. Con esto además demostraremos que nosotros confiamos en la educación pública.

-¿Es broma no? ¿A una escuela estatal? ¿Qué van a decir mis amigos sobre eso? ¿Además no quiero alejarme de ellos. Sin mencionar que soy el presidente estudiantil, y el líder de los clubes para la programación de deportes físicos y metales.

-Vos mejor que nadie sabes que en la vida hay que tomar sacrificios. Podés seguir con esas actividades pero desde afuera. Ayudando a los que quedaron allí por ser estudiantes regulares. Espero estés listo. Porque este lunes, iniciarás tu formación en otra escuela. No es un tema que se discutirá.

-Me ha costado mucho construir todo eso que logré. Y ahora por tu plan parece como si todo se desvaneciera.

-Eso que lograste, lo has conseguido gracias a mí. Si pierdo las elecciones, perderemos los dos...ya es hora de que veas que tus actos tienes consecuencias en nuestra familia, y fuera de ella- asegura Augusto cada vez con menos paciencia.

-¿Cuál es el colegio?- expresa con rostro de enfado pero con resignación.

-La secundaria 46, donde Sandra Torres es la directora.

-No estoy de acuerdo. Esa escuela es malísima.

-En cuanto al nivel académico es alto. Quizás no puedas gozar de ciertos privilegios que estás acostumbrado, pero para ser un solo semestre lo soportarás. Esta experiencia también te va a formar para el futuro.

Angelo, sin intenciones de seguir discutiendo con su padre, se retira de su oficina, ya que conociéndolo, sabe que cuando toma una decisión, es casi imposible que la cambie.

La política del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora