Para Angelo aún es difícil aceptar los tiempos en soledad lejos de Juliana, aún su mente no comprende en qué momento ella tomó esa decisión que marcaría el fin, de un romance que por lo menos para él, sería duradero por muchos años más.
Después de saber la verdad, decidió no ayudar más al organismo liderado por Agustín, su sucesor en San Bernardo, como así también renunció al consejo de clubes, teniendo más tiempo libre de lo habitual. Sin embargo, los problemas económicos de Diana, han logrado que estén más cerca que antes, consiguiendo así una amiga que le aleja de la excesiva soledad.
Recientemente él le entregó una suma de dinero del collar, una parte fue destinada para su alquiler, y una cantidad extra fue solicitado por ella sin dar explicaciones sobre su fin.
En la escuela poco a poco fue mejorando su relación con varios estudiantes, Diana y Mariana ya tenían conversaciones bastante extensas con él durante los recesos, y los miembros de la lista estudiantil, lentamente se acercaban a interactuar con él.Angelo, ha planificado una sorpresa para Diana, a priori intuye que le puede desagradar, pero en el fondo, él sabe que su presencia en la panadería la va a disfrutar.
-¿Qué haces aquí? No es el momento de visitas, estoy trabajando- expresa al verlo ingresar luego de que un hombre se retire con una bolsa de facturas.
-Disfruto mucho hablar contigo, en casa me aburro, mamá está en Uruguay, y papá tuvo un viaje de negocios en Zarate, recién vuelve mañana...pero tranquila. Me sentaré aquí y no molestaré.
-Tus padres mínimo debieron haberte dado un hermano-responde continuando el diálogo, al no ver a más clientes.
-Antes quería una hermanita, pero me acostumbré un poco a la soledad. Aunque ese sentimiento se desvaneció cuando Juliana y yo fuimos formalizando nuestra relación, se la pasaba viviendo en nuestra residencia.
-Eres el cliché del cheto que tiene todo, menos la atención de sus padres.
-No, todas las familias adineradas son distintas, sin embargo, es cierto que hay un patrón que se repite en la mayoría de ellas, aunque es bastante lógico, generar una gran suma de dinero conlleva tiempo, lo comprendí después de varios años.
-De todas formas no me creo que no tengas amigos con quienes hablar.
-Tengo algunos, pero de lo único que querrán hablar es sobre Juliana y Agustín, y con el fin de escuchar lo que tengo para decir, así continúan la cadena revelándole a ellos para generar una interminable esfera de chismes. Son de manual.
-Interesante respuesta.
-Además tampoco estoy de humor para escuchar como su mayor problema es no irse de vacaciones a París, porque a último momento su familia cambió el destino por Miami-expresa sintiéndose con la sensación de desahogarse por experiencias vividas recientemente.
-Vaya, jamás imaginé que el hijo del gobernador se queje de los problemas de los adinerados amigos de su círculo.
-Quizás cuando yo hablo contigo, sueno igual a ellos- expresa con un sentimiento de culpa.
-Es cierto, pero en el fondo, no somos tan distintos, ambos tuvimos que crecer quemando etapas antes de tiempo. Vos por la presión ejercida por tu familia y yo porque las circunstancias miserables condujeron a que tome decisiones radicales.
-Eso sonó profundo. Incluso no pareces la misma chica que dijo morondanga-contesta con una carcajada luego de terminar su oración.
-Han pasado algunos días, y aún no decidimos la historia falsa de como nos conocimos antes del supuesto noviazgo-susurra Diana, cambiando de tema.
-¿Eso quiere decir que es definitivo? ¿Qué aceptaste mi propuesta?-pregunta él entre risas, sin poder disimular su entusiasmo.
-Gracias al dinero que me entregaste, pude resolver ciertos problemas. Es un gesto de gratitud...y si bien estoy considerando modificar ítems de mi lista de reglas para hacer más creíble lo nuestro, déjame decirte que si hay algo que no me agrada, te lo haré saber-responde ella un poco seria, más de lo habitual.
-Estuve pensando que una buena excusa, es la biblioteca, a vos te gusta leer...nos conocimos allí, pegamos buena onda, y hoy somos novios.
-Es que nuestros compañeros y miembros del colegio saben que no voy allí, el año pasado tuve unos problemas con la bibliotecaria por unos libros que llevé a casa, y desde ahí traté de no tener más vínculo con ella y la biblioteca.
-¿Qué pasó? Si puedo saber claro-responde él, expectante, mirándola con mucha atención.
-Nada relevante, me acusó de devolver una serie de libros fuera de términos, pero fue una táctica que ideó esa señora, que por cierto tuvo unos problemas con mamá.
-Uh, entiendo...Entonces, la excusa ideal es la lista estudiantil liderada por Mariana, allí comenzamos a interactuar con el fin de ser el nuevo organismo que represente a los estudiantes en sus problemáticas y necesidades.
-Puede ser, no es mala idea-responde ella pensando en las palabras que él acaba de decir.
-Tiene lógica- contesta él con un rostro manifestando un poco de orgullo.
En ese instante, algunas personas se acercan para ser atendidos por Diana, en busca de las delicias comestibles exhibidas allí dentro. Por ende, Angelo solo toma su celular, mientras ella cumple con su trabajo.
-Vaya, hasta pareces gentil cuando atiendes a las personas -expresa él, tras despedirse del lugar la última cliente por el momento, una señora de la tercer edad.
-Sí, solo contigo soy de otra manera-ataca ella con un tono de burla.
-¡Ja! muy graciosa-manifiesta rodando los ojos.
-Oye, ahora que vi a esa mujer merendando, no te ofrecí nada ¿quieres tomar mates? Aquí en frente hay un kiosco donde venden agua caliente.
-Te lo agradezco, pero estoy bien-manifiesta él un poco cortante.
-¿Prefieres teres?-insiste ella mirándolo atenta.
-No, las infusiones de este estilo las preparo yo mismo, con mi propio equipo de materiales, y sin compartir.
-Claro, por un segundo olvido que no compartes con la gente pobre- insinúa Diana un poco enfadada.
-No, es una costumbre, tengo gustos muy peculiares, por ejemplo solo tomo mate de forma individual, con un autocebante, lo utilizo para reuniones o eventos insignificantes, ya que a Juliana no le gusta, y no paso mucho tiempo con mis padres.
Diana solo lo escucha, y expresa rostros exagerando gesticulaciones de sorpresa.
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La política del amor
RomanceUn mínimo error y pasas de ser un líder con influencias en colegios privados a ser un simple número en una secundaria estatal. Angelo cometió una equivocación, y es el precio que debe pagar por ser el hijo de un candidato a la reelección en la polít...