• La confesión •

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Catorce horas habían transcurrido luego de que Augusto abrió la puerta de su mansión para permitirle el acceso a su hijo en un estado de ebriedad extrema.
Afortunadamente había recordado la dirección de su hogar pese a su condición, y pudo llegar a destino por medio de un Uber.

No obstante, aunque su padre no podía aguardar para tener una conversación con él, decidió dejarlo descansar, para posteriormente, frente a un estado de lucidez, comentarle lo que había planificado.

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Angelo acaba de terminar de subir un video para sus seguidores en su cuenta de instagram, detallando que repudia completamente todo acto de violencia, sin embargo, explica los motivos de su reacción, dejando claro que aunque no se puede justificar, cometió una equivocación tras haber abierto los ojos frente a un romance prohibido que enlaza a dos de las personas que más quería.

Minutos después de ver las contestaciones de sus followers, recibe un mensaje de Diana por WhatsApp: "Hola, me enteré de lo que pasó, lo siento" son las palabras que utiliza para demostrar el acompañamiento a su compañero, pero él, por otra parte, no responde a su mensaje, considerando que no quiere la lástima de nadie.

—Acabo de ver tu historia en tu red social—comenta Augusto al atravesar el umbral de la puerta del dormitorio de su hijo.

—¿Ahora es cuando me decís que me cambiarás a un colegio militar? Si me enviaste a una escuela pública solo por alejar a un niño de mí, no quiero imaginar qué tenés planeado ahora.

—Sí, es una de mis opciones—responde bromeando él con un rostro serio.

Ante un incómodo silencio entre ambos, Augusto decide fragmentar el clima tenso que se puede sentir en el aire, diciendo:

—Mira, tal vez sí fue una decisión drástica y un tanto exagerada, pero lo he hecho para que construyas tu futuro como político desde ahora, interactuando con personas de distintas clases sociales, con otras experiencias de vida, con otro estilo de supervivencia. Yo contemplé esas vivencias de grande, vos lo estás haciendo ahora.

—De todas formas lo agradezco. Gracias a vos no respiraré compartiendo el mismo aire con esos dos estúpidos, dentro de un aula de 81 m².

—Aún no he tocado ese tema, déjame aclararte que me has decepcionado demasiado con lo que hiciste ayer. No solamente heriste a Agustín frente a cientos de personas, sino que además fuiste a un bar sin nuestro permiso a perder el control por efectos del alcohol—detalla con un rostro molesto.

—Sé que estuvo mal, pero entiendeme, no era tu novia la que se divertía en la cama con tu examigo...fue a mí a quien tomaron de boludo—expresa él tratando de excusarse poniendo las cartas de sentimientos sobre la mesa.

—De todas formas, no debiste perder el control...podrías haber reservado esa información, y haberla utilizado en una venganza contra ambos sin dejar evidencia. Pero decidiste tomar el camino incorrecto golpeándolo como un salvaje sin educación, que decide solucionar todo a través de la violencia, demostrando su poco intelecto y capacidad de confrontar su impulsividad.

—Casi lo olvido, nunca seré "perfecto" como vos— responde un poco molesto rodeando los ojos .

—Te equivocas, no lo soy, ni nunca lo seré, pero trato de parecerlo...vos crees que soy un hombre sin ninguna pizca de sentimientos, un funcionario frío, con ideas lógicas por encima de las emociones, un extraño que decidide ignorar por completo el afecto. ¿Pero sabes una cosa?
Yo era como vos, durante bastante tiempo incluso, hasta que descubrí que mi rol en la sociedad conlleva a que haga algunos cambios en mi personalidad...cuando supe que tu mamá tenía un amante, me enfurecí demasiado, y aunque yo también discretamente mantuve piel con otras chicas, me había molestado. Tenía el poder de exterminarlos, sobre todo al tipejo, pero decidí no hacerlo, preferí seguir demostrando al país que somos la pareja perfecta dañandolos a ambos sin la oportunidad de tenerse. Tu mamá claramente no pudo negarse, hay secretos que nos unen hasta la tumba...meses después ese hombre la dejó, porque no aceptó ser el segundo, detrás de la superficialidad e hipocresía. Gané sin ni siquiera haberlo tocado, siempre estuvo tras mis sombras, y no soportó la humillación, de que ame a "la señora de Augusto".

—¿Qué dices? Si vos no la querías, incluso la engañaste...te opusiste a que ella sea feliz con otra persona por tu estúpido ego —responde él con rostro no muy agradable y un poco confundido.

—Tranquilo, ahora tiene un amante uruguayo, y yo estoy conociendo a una mujer encantadora...ambos estamos bien sin dañarnos, pero ante la sociedad, somos la pareja perfecta, así debe ser siempre, y claramente nuestras parejas están de acuerdo. Acostúmbrate, quizás es hora de que reflexiones de que no existe el amor eterno como te hacen creer los libros o las películas, esto es la vida real, y lo que Juliana te hizo, es moneda corriente hijo. Yo que vos, ya me hacía la idea—asegura él mostrándole un mundo que Angelo desconocía.

La política del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora