• La hora de estudio •

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El sol se encontraba en la parte más alta del cielo, extendiendo sus rayos incandescentes sobre la ciudad. Las agujas del reloj señalaban las 13:58 p.m, y la temperatura alcanzaba niveles sofocantes. Las calles con muy poca frecuencia, debido a que escasas personas se atrevían a aventurarse fuera de sus hogares.

De repente, se empieza a oír el sonido del timbre de la mansión Schetzneir, Clara, una de las personas de la servidumbre, se dirige a la puerta con cierta velocidad, debido a que la persona esperando del otro lado, es insistente con las vibraciones.

Angelo y Juliana, al ser informados de la llegada de la joven, se retiran de la sala de cine, para poder recibirla en la sala de estudio.

—Buenas tardes Daiana. Por favor tomá asiento—saluda él señalando la mesa con una esplendida sonrisa.

—Hola, me llamo Diana— responde un poco cortante, dejando a Angelo bastante apenado por la confusión.

—Bienvenida, soy Juliana, la novia de este bombón— expresa ella con una sonrisa poco realista tras saludarla.

—Un gusto, pero ¿podemos iniciar el trabajo? Tengo un compromiso esta tarde y no lo puedo posponer.

—Sí claro.

—Viendo el sudor en tu...rostro, me imagino que debe haber sido agotador venir en transporte público desde tu house ¿o te trajeron? —Pregunta Juliana con no muy buenas intenciones.

—Tuve que venir  en dos colectivos diferentes, y luego caminar unas cuadras, mi casa queda bastante lejos desde aquí. Yo no tengo el privilegio de ciertas personas de tener un poder adquisitivo elavado, como para poder trasladarme por mis propios medios.

—¡you're fucking with me!— responde entre risas poco discretas. Pero como Diana no ha entendido, continúa:

—¿Oye y qué se siente viajar en esos...medios de transporte? es que nunca he subido a uno.

—Si quieres alguno de estos días, te puedo hacer viajar en uno de esos— responde desafiante con una sonrisa al terminar la oración.

—Me encantaría...pero...con escuchar las experiencias de los demás es suficiente.

—No quiero ser descortés princesa, pero vine a responder preguntas sobre la Guerra Fría, no a hablar de mi vida de indigente.

—Amor, si querés podés ir a la sala de cine a terminar de ver la película, será aburrido si te quedas aquí viendo como dos personas hacen un simple trabajo de historia— intercede Angelo, para terminar con el ida y vuelta de las chicas.

—Me quedo si no te molesta amor, el conocimiento nunca está demás, y estoy segurísima que con ustedes aprenderé mucho ¡knowledge is power oh yea!

—Traje este libro de la biblioteca para poder responder las preguntas que nos quedan...aunque viendo los libreros de tu sala de estudio, podríamos obtener más información bibliográfica.

—Honestamente no he inspeccionado la mayoría de estos libros. Usualmente los usa mi padre, pero con el que tenés vos, más la conexión a Google desde el WiFi haremos un excelente trabajo—responde él con el afán de no perder tiempo indagando páginas y páginas.

—No cabe duda que Dios le da pan, a quien no tiene dientes—susurra Diana con una sonrisa, intentando ocultar el sentimiento real que tiene, por vivencias personales.

—En menos de una hora y media ya debes irte, invertir el tiempo en buscar respuestas de esos libros, solo conllevaría demorarnos y no culminar con lo que nos habíamos propuesto...no creo que quieras volver en otra ocasión.

—Solo fue un comentario...aunque viendo tu mansión...podría hasta pensar en hacer todos los trabajos escolares contigo —expresa entre risas mirando con ojos brillosos los libros ubicados en todos los estantes.

—Deberías invitarnos a conocer tu casa—ordena Juliana, no muy contenta después de escuchar el último comentario de ella.

—Eso no pasará, pero si así fuera, no durarían ni cinco minutos. Creo que la casa de madera del perro que está en la esquina de esta mansión, tiene mejores condiciones que mi vivienda.

—No nos subestimes. Hemos ayudado a mucha gente en situación de precariedad—asegura Juliana.

Diana, tratando de no dejar en evidencia la risa que le genera esa afirmación, con el afán de no debatir y perder más tiempo, expresa:

—Voy a responder las preguntas 6, 7 y 8 con este libro, vos podés responder los ítems: 9, "¿Cuál fue el papel de América Latina en la Guerra Fría y qué conflictos se desarrollaron en esta región?" Y la 10 "¿Cómo terminó oficialmente la Guerra Fría y cuáles fueron las consecuencias a largo plazo? ¿Cuál es el legado de la Guerra Fría en el mundo actual?"

—Sí, me parece bien —responde Angelo, comenzando a buscar en la web las respuestas, con el deseo de que nadie más hable de otro tema que no sea la resolución del trabajo.

La política del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora