• La interacción •

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-Qué sugieres?-pregunta Diana un poco apenada, buscando la mirada de Angelo que considera que respondió de forma considerada.

Él, piensa unos segundos, y al tener una idea, con un cierto entusiasmo, propone:

-Una breve descripción de nosotros mismos, nombre, apellido, familia, gustos, entre otros detalles que queramos compartir. Así también podemos encontrar similitudes para idear la farsa explicación de cómo nos conocimos.

-¿Ok? ¿Podrías empezar?-pregunta Diana un poco dubitativa ante la dinámica.

-Sí. Mi nombre es Angelo Schetzneir, tengo 16 años...admito que soy un privilegiado que nació en una cuna de oro, sin embargo, desde pequeño fui educado con una cierta presión, excesiva considerada por muchos...Mi padre desde chico quiso que siga sus pasos, y trató de transmitirme su profesión con tareas cotidianas para que yo las haga.

-¿Te gusta eso qué haces?

-Nunca me lo he preguntado, lo asimilé rápidamente, y así como por inercia fue como a temprana edad, comencé a formar parte de organizaciones o entidades juveniles.

-¿Qué cosas te gustan hacer?-pregunta Diana realmente concentrada atendiendo cada palabra que sale de su boca.

-Disfruto mucho jugar al polo, a menudo lo hacía, ahora por no disponer de cierto tiempo no lo hago...Cuando era pequeño, disfrutaba también de partidos de golf en algunas reuniones familiares en ciertas casas countries.

-Interesante, deportes de chetos que jamás podría presenciar- responde ella tomándolo con un buen sentido del humor.

-Te toca-ordena Angelo tratando de que siga ella.

-Bien, me llamo Diana García, vivo con mi mamá, y nací en una cuna de barro, pero aunque no lo parezca trato de salir adelante.

-¿Cuna de barro? Jaja

-Cuando quieras te la enseño-responde sarcástica.

-¿Qué cosas disfrutas?

-Me encanta leer, es una de mis actividades favoritas.

-¿Cuál es tu libro favorito?-indaga él curioso, mirándola con especial atención.

-Me gusta mucho el género policial, sin dudas mi obra favorita es "Asesinato en el Oriente Express" de Agatha Christie-contesta omitiendo un detalle artístico de su vida.

-¿Tienes muchos libros en tu casa?

-En realidad no, todo lo que leí fue mediante pdfs ilegales, no tengo dinero suficiente para rellenar un estante de libros.

-Oh, que pena- responde él, sintiendo un poco de culpa, al saber que en su residencia, hay una biblioteca con cientos de libros que jamás ha tocado.

-¿A vos te gusta leer?-pregunta Diana evadiendo seguir hablando de ella.

-¿Los periódicos oficiales digitales cuentan?-responde con una carcajada.

-Jaja claro.

-Te mencioné de mi familia, y de su profesión ¿de qué trabaja tu mamá?

-Ella es una ama de casa...retirada, yo la ayudo trabajando en una panadería cerca de mi vecindario.

En ese instante, Angelo inevitablemente recuerda la conversación que ha tenido con Juliana, en aquella ocasión en la que criticó a Diana y Mariana, luego de abandonar su mansión previo al evento:

-Amor ¿por qué intentas ayudarlas? No te sobrecargues, no eres un filántropo que necesita resolver los problemas de todo el mundo.

-Lo sé, pero es que tenemos un convenio, nos unimos para derrotar a una candidata, una joven arrogante que merece una lección.

- ¿Y justo ellas? Una mediocre panadera y una torta que aún no sale del clóset?

-¿Cómo?

-Esa tal Diana me dio muy mala espina la primera vez, por eso recopilé información de ella, es una ordinaria e insignificante panadera, y la otra tiene una pinta de feminista lesbiana tratando de alzar la voz para sentirse importante. Y ojo, no quiero caer en el estigma de que todas las feministas son tortas, pero en este caso creo que sí ¿no viste cómo me vio cuando entró? Derramaba baba por mí.

-Angelo ¿qué ocurre? Estuviste pensativo por varios segundos, como si estuvieses congelado- dice Diana tratando de captar nuevamente su atención.

-Lo siento, tuve un recuerdo...sin importancia...pero decime ¿en qué panadería trabajas?

-Es una pequeña, una de morondanga sin importancia, aunque me ayuda a subsistir.

-¿Morondanga?¿qué es eso?

-¿No conoces la palabra? Jaja

-Primera vez que lo escucho.

-Significa algo con poco valor, sin importancia.

-Creo que a ti te ayuda bastante trabajar allí responde él.

-Sí, aunque me gustaría poder obtener dinero de otra forma, pero bueno, es lo que me toca -expresa ella dando el último mordisco a su postre.

La política del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora