4. Don't Stop The Music

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Siento como el viento helado acariciaba mis mejillas, de todas las ciudades en que he vivido sin duda esta es la más fría por lejos

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Siento como el viento helado acariciaba mis mejillas, de todas las ciudades en que he vivido sin duda esta es la más fría por lejos. Yo tenía frío hasta en los dientes, ni con un abrigo gigante dejaba de tambalear, no ayudaba que empezó a nevar hace poco.

Tenía suerte de que contaba con suficientes cigarrillos para crear un área de calor en mi boca y poco de mi rostro. Sentir como mis pulmones se bañan con el humo y lo expulsaba de un suspiro me causaba tanta tranquilidad, esto no es igual a nada de lo que hacía antes. Fumar es algo tan nuevo que solo hacerlo me daba tal placer que ninguna otra actividad.

Un día mi padre me encontró fumando en mi habitación, pensé que me daría la charla de mi vida diciendo que fumar solo te matara lentamente; al contrario, solo digo que no fumara demasiado en casa y que cualquier incendio no podía culpar al vecino. Eso último me sacó una sonrisa.

Tal vez mi padre es el típico padre que sabe que no pasa el tiempo que quisiera conmigo, por eso mismo no me critica o tira en cara cualquier problema si no es necesario. Solo lamento que no me haya pedido llevar guantes, me vendrían perfecto ahora.

—Lo siento te hice esperar mucho, loquito —Salió con una bolsa colgando de su brazo.

A diferencia de mi apariencia de chico abrigado, Will apenas llevaba una cazadora y unos guantes. Según es porque tiene la sangre fría y la nieve solo le hace cosquillas.

—Pues si esperaba un poco más me convertía en un bloque de hielo.

—Podría hacer una buena escultura de tu tamaño.

—Tonto.

—Tranquilo, te aseguro que esto valdrá la pena.

La tienda tenía en sus afueras una zona con mesas, en donde Will se acercó en una para dejar la bolsa y sentarse. Me miró con una sonrisa emocionada para que me sentara de inmediato. Apenas me senté, él sacó de la bolsa unos fideos instantáneos, una bolsa de papas, una botella de agua bastante caliente y unas gomitas de animales. Esa última sabía que no tenía nada que ver con el resto.

—¿Qué se supone que es todo esto?

—Mi querido Miles, hoy te enseñaré a hacer el manjar de los dioses de la comida chatarra. Es crujiente, suave, seca, jugosa y todo en un solo bocado.

—Suena como una bomba de colesterol.

—Una de la que no te arrepentirás.

Will me dijo que triture las papas con cuidado de no romper la bolsa, luego tenía que abrir la bolsa, poner los fideos instantáneos, y para terminar poner el agua caliente, no demasiado porque podría arruinar la obra. Con todo listo, tenía que dejar a un lado y esperar como una media hora.

—¿Media hora? —No oculte la pereza que me daría esperar ese tiempo.

—¿Acaso tienes algo mejor que hacer? —Puso una mano en el corazón y cerró los ojos—. ¿Acaso tienes otro amigo? Eso duele.

Amantes de la Nicotina (Boys Love) | COMPLETA ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora