17. Te amo en mayúsculas

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¡He aquí la ganadora, sin duda! —exclamó para que lo oyeran todos—.¡Excelente, White, excelente! ¡Caramba, es evidente que has heredado el talento de... pues la verdad no tengo ni idea! Así pues, aquí tienes: una botella de Felix Felicis, ¡y empléala bien! 

No la quiero, señor. —Se sinceró ganándose la sorpresa de todos.— Désela a Harry, la suya también es fenomenal.

Pero, Amelia. —se quejaba Draco.

Está bien, si esa es tu decisión... —En ningún momento Slughorn opuso resistencia a ello, era como si realmente quisiera dársela a Harry en un primer momento.— aquí tienes, Harry, tu Felix Felicis. 

Harry se guardó la botellita de líquido dorado en el bolsillo interior de la túnica bajo la atenta mirada de todos los demás; Hermione miraba a ambos ganadores con recelo, pero aún así estaba orgullosa de sus amigos.

¿Cómo lo has hecho? —le preguntó Hermione cuando salieron de la mazmorra. 

Supongo que he tenido suerte —contestó Harry porque Malfoy estaba cerca y aunque no dejara de coquetear con Amelia, podía oírlos.

Pero a la hora de comer, una vez instalados en la mesa de Gryffindor, Harry se sintió lo bastante a salvo de indiscreciones para contarles la verdad a sus amigos. La mirada de Hermione se iba endureciendo a cada palabra que pronunciaba Harry. 

Supongo que no pensarás que he hecho trampas —concluyó el muchacho, exasperado por la cara con que lo miraba su amiga. 

Hombre, tampoco puede decirse que hayas hecho el trabajo tú solo —repuso ella con frialdad.

Lo único que hizo fue seguir unas instrucciones distintas de las que seguiste tú—razonó Ron—. El resultado habría podido ser catastrófico, ¿no? Pero Harry se arriesgó y le salió bien. —Exhaló un suspiro—. Slughorn habría podido darme a mí ese libro, pero no, a mí me dio uno sin ninguna anotación. Eso sí, creo que alguien le vomitó encima en la página cincuenta y dos... 

Un momento —dijo una voz cerca del oído de Harry, y el muchacho percibió una vaharada del perfume floral que había olido en la mazmorra de Slughorn. EraGinny, que se unía a ellos—. ¿He oído bien? ¿Has seguido las instrucciones anotadas por alguien en un libro, Harry?

Ginny parecía enfadada y alarmada. Harry enseguida supo en qué estaba pensando. 

Descuida —la tranquilizó, bajando la voz—. No tiene nada que ver con... el diario de Ryddle. Sólo se trata de un viejo libro de texto en el que alguien hizo unos garabatos. 

Pero tú has hecho lo que ponía el libro, ¿no? 

Sólo probé algunos consejos anotados en los márgenes. En serio, Ginny, no hay nada de raro en... 

Ginny tiene razón —coincidió Hermione volviendo a animarse—. Tenemos que comprobar que no sea nada raro. Quién sabe, esas extrañas instrucciones... 

¡Eh! —protestó Harry al ver que Amelia le sacaba el viejo ejemplar de Elaboración de pociones avanzadas de la mochila y levantaba la varita. 

¡Specialis revelio! —exclamó la rubia, y golpeó la cubierta del libro con la punta de la varita. No pasó nada. El libro siguió allí, igual de viejo, sucio y sobado que antes, sinalterarse lo más mínimo.— Está limpio, de todas formas, Potter, no te acostumbres a solo aprobar con las anotaciones de otros. 

Se fue bajo la atenta mirada de ese grupo, recibiendo un beso por parte de su pareja. 

Parece normal —admitió ella, pero siguió observándolo con recelo—. Es decir, parece... un libro de texto normal y corriente. 

𝐄𝐥 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐀𝐦𝐞𝐥𝐢𝐚 𝕎𝕙𝕚𝕥𝕖|¦ MALFOY'sʰⁱˢᵗᵒʳʸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora