(Capítulo modificado)
Pasaba un año desde la muerte de Amelia White. Tiempo suficiente para el gran cambio que experimentó la mayor escuela de magia y hechicería, Hogwarts. Ahora en el cargo de directora Dolores Umbridge, los pasillos de estos se habían vuelto más tétricos, más solitarios, más inhóspitos.
Un lugar donde la felicidad no forma parte. Un lugar donde la tristeza y el aburrimiento son fundamentales en la vida de los estudiantes. Donde los profesores tienen miedo de perder su puesto, donde todos tienen miedo. Albus Dumbledore desapareció sin dejar rastro, dejando completamente solos a sus más fieles seguidores, los cuales, comenzaban a perder confianza en él tras las acusaciones de Fudge, donde dejaba como un completo loco a este, por comunicar que Lord Voldemort había vuelto.La muerte de la joven no fue suficiente para que el ministro de magia abriera los ojos tras lo ocurrido en el torneo de los tres magos. No hubieron medidas. Solo testimonios que negaban dicha vuelta. Algo terrible. Acciones causantes de las pesadillas de muchos vivientes.
Harry Potter, por mientras, también fue acusado de delito. Utilizó magia fuera de la escuela siendo menor de edad y, aún cuando fue por bien, casi privan al chico de estudiar en Hogwarts e incluso, de usar la magia en cualquier ámbito.
Un juicio injusto pero necesario por el bien de muggles, un juicio que finalmente dejaría mucho de qué hablar tras haber sido ganado por el acusado.Por otra parte. Draco Malfoy sufrió un gran cambio. Su personalidad iba en decadencia. Era más arisco, antipático, insoportable, molesto, refunfuñón y, por poco sorprendente que fuera, odiaba con toda su alma a Harry Potter. De nuevo Amelia tuvo que sacrificarse por ese estúpido niño, y él era quien lloraba todas las noches, recordando momentos con el amor de su vida, viendo fotos de ambos o, tomando una de sus prendas para sentir que ella aún estaba a su lado.
Aquello no era como todas las veces anteriores. Amelia estaba muerta y no podría cambiar el destino. Lloraba y lloraba pero nada sucedía. Ella no volvía.
Su abuelo Tenor White, ya difunto, junto a Dumbledore trataron de encontrar la forma de revivir a la rubia. Pero todo fue en vano. Él mismo vio con sus propios ojos como enterraban el frío e inmóvil cuerpo de su novia. "Amelia" se repetía en su cabeza constantemente. "Vuelve conmigo." Draco, sabiendo que no era lo que Amelia querría de él, sustituía esa tristeza molestando a sus compañeros.
Ahora en ese preciso momento, Harry Potter entrena a sus amigos con ánimo, trabajando duro, ya que Umbridge imparte las clases de DCAO sin usar la varita por "protección"
—¡profesora, no podremos defendernos de lo que hay allá fuera! –Exclamaba un asombrado Potter.
—No, hay nada fuera. –Contestaba la irritante profesora haciendo énfasis en el "no", dando una imagen totalmente ignorante y falsa de ella misma.
En un lugar totalmente contrario a Hogwarts, se apreciaba un bosque oscuro, sin luz, sin felicidad, sin buenas vibraciones. Árboles caídos, de corteza negra, de hojas casi muertas. Todo el que entraba quedaba sin aire, y la tierra, por el miedo que podía sentir de todo aquel que la pisaba, se los tragaba. Solo el más valiente podría entrar, y a pesar de ello nadie lo consiguió.
En lo más profundo del bosque se podía hallar un lago fangoso, totalmente sucio de tierra y un cuerpo que no se movía.
Sus pulmones comenzaron a tomar aire de nuevo a medida que el tiempo y el aire pasaban sobre ella. Sus ojos se abrían con fuerza. Tomaba una gran bocanada de aire pues aún se ahogaba, no podía respirar. La sensación más horrible de su vida.Sus manos se enterraban en el barro, tomando este con estas, aferrándose a la nada. Sus ojos, casi desorbitados avistaban el estrellado cielo y los árboles muertos a su al rededor. Todo estaba oscuro, pero no sentía nada.
Su ropa estaba completamente sucia y desgarrada. Su cuerpo y rostro llenos de manchas de sangre seca, y tierra. Aún mantenía heridas profundas, por lo que en cuanto recuperó totalmente el resuello, comenzó a arrastrarse, tratando de encontrar una salida, una escapatoria, un milagro.El dolor que sentía hacía que sintiera un fuerte calambre pasar por todo su cuerpo, como si partieran su cuerpo en dos. A lo lejos, y con su borrosa visión aún no recuperada, pudo ver algo sobresaliente de la tierra. Era su varita.
Finalmente y con enormes dificultades pudo acceder a ella. Colocó el extremo de esta en su vientre, formulando el hechizo que podría salvar su vida. "Vulnera Sanentur". Sus heridas comenzaron a sanarse, comenzó a jadear de alivio, un placer necesario, su dolor comenzaba a desaparecer y sentía tranquilidad, acababa de quitarse un peso de encima.
Ahora, con poca facilidad pudo mantenerse de pie. Su cuerpo estaba delgado, no tenía masa muscular por lo que su fuerza física había desaparecido, pero se podía mover. No comía desde hace mucho pero no era un esqueleto, aún mantenía sus hermosas curvas, ¿a quién le importaba? A nadie. Ella sería quien salvara al mundo, y si debía morir de nuevo, lo haría.
Un hermoso rayo dorado salió del extremo de su varita impactando en varios árboles. "Amelia White nunca muere" quedó grabado en cada corteza de estos. Una sonrisa lasciva apareció en su rostro y, encontrándose una capa larga, negra, y con caperuza, puso rumbo a Hogwarts, reviviendo cada ser viviente por donde pasaba. Nadie la reconocía en absoluto.
Amelia White está viva. Y está llegando donde todo comenzó, y donde finalmente, todo acabará.
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𝐄𝐥 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐀𝐦𝐞𝐥𝐢𝐚 𝕎𝕙𝕚𝕥𝕖|¦ MALFOY'sʰⁱˢᵗᵒʳʸ
FanficAmelia White y Harry Potter no eran conscientes todavía de lo que ocurría con su mundo. Su risa invadió el silencio que yacía en la habitación. Un rayo de luz verde impregnó la habitación y una marca en Harry apareció mientras ese poder Amelia absor...