Capítulo editadoLa gente iba y venía por los pasillos, cargando con libros y mochilas mientras iban a descansar o a sus respectivas clases. Ninguno iba en solitario, todos iban en grupo o acompañados por alguien. Excepto Amelia.
Como estaba en la enfermería por lo que ocurrió en la primera hora, se perdió las dos primeras clases que eran pociones y transformaciones, sus favoritas. Pero si quería recuperarse del todo, era lo que había. Parecía una momia con tanta venda en el brazo y el parche en el ojo, pero le gustaba, aunque casi siempre era ella la que salía mal parada y ya comenzaba a cansarse un poco. Buscaba el aula de DCAO, pues tenía muchas ganas de conocer al nuevo profesor así que simplemente se escapó de la enfermería.Ya no le dolía el brazo, aunque no era de llorar por los dolores físicos y si lo movía o hacía grandes esfuerzos con él, si le dolía como un infierno, vio a lo lejos a Hermione, Harry y Ron frente a una puerta y pensó que esa sería el aula. Al acercarse más, confirmó la duda. Sin si quiera saludarlos entró al aula donde pudo ver a gente ya sentada. Se sentó a primera fila sola, ya que Draco no compartía con ella esa hora.
El profesor Lupin no estaba en el aula cuando llegó. Todos se sentaron, sacaron los libros, las plumas y los pergaminos, y estaban hablando cuando por fin llegó el profesor. Lupin sonrió vagamente y puso su desvencijado maletín en la mesa. Estaba tan desaliñado como siempre, pero parecía más sano que en el tren, como si hubiera tomado unas cuantas comidas abundantes.
—Buenas tardes. - dijo. - ¿Podríais, por favor; meter los libros en la mochila? La lección de hoy será práctica. Sólo necesitaréis las varitas mágicas.
La clase cambió miradas de curiosidad mientras recogía los libros. Nunca habían tenido una clase práctica de Defensa Contra las Artes Oscuras, a menos que se contara la memorable clase del año anterior, en que el antiguo profesor había llevado una jaula con duendecillos y los había soltado en clase. De la cual, Amelia todavía seguía indignada.
—Bien. - dijo el profesor Lupin cuando todo el mundo estuvo listo. - Si tenéis la amabilidad de seguirme...
Desconcertados pero con interés, los alumnos se pusieron en pie y salieron del aula con el profesor Lupin. Este los condujo a lo largo del desierto corredor. Doblaron una esquina. Al primero que vieron fue a Peeves el poltergeist, que flotaba boca abajo en medio del aire y tapaba con chicle el ojo de una cerradura. Peeves no levantó la mirada hasta que el profesor Lupin estuvo a medio metro. Entonces sacudió los pies de dedos retorcidos y se puso a cantar una monótona canción:
—Locatis lunático Lupin, locatis lunático Lupin, locatis lunático Lupin...
Aunque casi siempre era desobediente y maleducado, Peeves solía tener algún respeto por los profesores. Todos miraron de inmediato al profesor Lupin para ver cómo se lo tomaría. Ante su sorpresa, el mencionado seguía sonriendo.
—Yo en tu lugar quitaría ese chicle de la cerradura, Peeves. - dijo amablemente. - El señor Filch no podrá entrar a por sus escobas.
Filch era el conserje de Hogwarts, un brujo fracasado y de mal genio que estaba en guerra permanente con los alumnos y por supuesto con Peeves. Pero Peeves no prestó atención al profesor Lupin, salvo para soltarle una sonora pedorreta.
El profesor Lupin suspiró y sacó la varita mágica.
—Es un hechizo útil y sencillo. - dijo a la clase, volviendo la cabeza. - Por favor; estad atentos.
Alzó la varita a la altura del hombro, dijo ¡Waddiwasi! y apuntó a Peeves. Con la fuerza de una bala, el chicle salió disparado del agujero de la cerradura y fue a taponar la fosa nasal izquierda de Peeves; éste ascendió dando vueltas como en un remolino y se alejó como un bólido, zumbando y echando maldiciones.
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𝐄𝐥 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐀𝐦𝐞𝐥𝐢𝐚 𝕎𝕙𝕚𝕥𝕖|¦ MALFOY'sʰⁱˢᵗᵒʳʸ
FanficAmelia White y Harry Potter no eran conscientes todavía de lo que ocurría con su mundo. Su risa invadió el silencio que yacía en la habitación. Un rayo de luz verde impregnó la habitación y una marca en Harry apareció mientras ese poder Amelia absor...