2. La vuelta

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Capítulo editado

-No quiero volver, no quiero volver, no quiero volver, maldita sea. -hablaba Amelia tomando fuertemente el brazo de Axel, ya todos estaban en diferentes carrozas volando hacia Hogwarts. Había comenzado el cuarto curso.

-Tranquilizate Amelia, estamos nosotros contigo. Nadie se burlará de ti. -la tranquilizó Ivette y ella asintió.

-¿Qué tal vuestro verano? -preguntó Amelia para calmarse un poco más y pensar en otra cosa.

-Bueno. -respondió primero Ivette.- mi madre me llevó a Londres, la verdad es que es muy bonita. Y hay mucho chico guapo... Pero nada que ver con los franceses, son mucho mejores. Ahora entiendo porque te enamoraste de Draco.

-Creo que enamorarse es un término muy fuerte...

Tu opinión no vale! -Ivette le hizo burla, pero luego ambas rieron.

-Yo. Me leí dos libros más, y el que me regalaste.

La rubia lo miró sonriente, en su cumpleaños le regaló un libro que sabía que le iba a encantar y estaba emocionada por que lo leyera pronto.

-¿Qué te pareció?

-Me encantó, me conoces mucho. -dijo el más pequeño con las mejillas sonrojadas.

Adrien soltó una risilla.

-Si con ella te sonrojas, ¿qué harás con Laura?

Cállate!

Adrien no hizo mucho más que quedarse todo el día en el sillón de su casa. El resto del viaje fue así, conversando y haciendo que Amelia olvidara el destino que estaban tomando.
Por la ventana se podía ver como los unicornios atravesaban las nubes. A la vista de Amelia parecían algodones de azúcar que comía cuando era más pequeña. Le encantaban. También podía ver el mar, era muy azul y brillaba gracias a la luz del sol, que ya se estaba escondiendo para dejar que la luna haga su trabajo.

No controló cuanto tiempo pasó así, pero ya pronto llegarían a Hogwarts. Ya no sentía nervios, si no que se sentía segura de sí misma.
Madame Máxime, que estaba con ellos en otra cabina la llamó para hablar con ella sobre la presentación que se llevaría a cabo, también llamó a Ivette.

-Chicas, necesito vuestra ayuda para organizarnos. He pensado, que tú, Ivette, organices un pequeño baile improvisado, algo así como las acrobacias que hacéis tú y vuestro equipo de porristas. -Ivette asintió con bastante interés, le gustaban los retos.- y Amelia, contigo he pensado que puedes convertirte en un Fénix y vueles por todo el comedor. Como tú ya te lo conoces no será difícil. Entrarías antes que ellas y justo cuando se abran las puertas, es decir; lo primero que verán será a ti pero nadie sabrá que eres tú. Despues te pondrás a mi lado en tu forma humana para desfilar por el pasillo al igual que los hombres.

Amelia sonrió y asintió con ganas. Ambas volvieron a su cabina y vieron que ya estaban llegando. Desde su lado se podía ver a los niños y niñas asomados a uno de los puentes que tenía el castillo para pasar de una torre a otra. Se puso muy nerviosa, pero se le fueron los nervios al ver a Draco ahí, sonriendo con emoción.

En el verano se habían visto cada vez que tenían un rato, ya que los padres de él estuvieron muy ocupados y no dejaban que Draco saliera de su casa. Todas esas veces las aprovecharon bastante para contarse como iba todo en la escuela y para que Amelia le explicase el porqué estaba allí, en Hogwarts, aquella vez y para darse algún que otro beso que tanto extrañaban, aunque ya les parecía algo incómodo y raro, ya que no eran nada realmente.

𝐄𝐥 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐀𝐦𝐞𝐥𝐢𝐚 𝕎𝕙𝕚𝕥𝕖|¦ MALFOY'sʰⁱˢᵗᵒʳʸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora