Todos admiraban la escena de los dos hermanos abrazándose con fuerza. No les preocupaba nada en absoluto. Axel fue el último en ser dirigido a una casa y podían permitirse aquel espectáculo. Todo lo que tenían que contarse en este tiempo lo hacían mediante caricias en el rostro, miradas y lágrimas. Se habían echado de menos.
La gente comenzaba a salir del comedor.
—¡Qué haces aquí! Axel, dios mío. Lo que has crecido... tú... Beauxbatons... —Amelia solo podía formular frases sueltas o palabras sin más debido a la impresión que sentía en este momento.
—¿Y qué haces tú viva? Incluso has creado una casa tú misma... Yo... Te he echado tanto de menos, Amelia...
—Perdóname por desaparecer así.. Quería dejar de hacer daño a las personas... —Amelia se mostraba realmente arrepentida, escondiendo su empapado rostro en el pecho del contrario que, a pesar de ser menor, era más alto que ella.—Cuando supe que estabas bien pero te habías enfadado con tus padres adoptivos, me sentí muy culpable de no haberte mantenido al tanto de que eres mi hermano.
—Yo te perdonaré todo, Amelia... siempre lo has sido todo para mí y lo seguirás siendo. Créeme.
Ambos se sonrieron, y sintieron una presencia más. Al girarse, un rubio característico en la vida de Amelia se encontraba parado viendo aquella emotiva escena.
º
—¿Nunca te han dicho que señalar con el dedo es de mala educación? —le espetó Ron a un alumno bajito de quinto cuando los tres amigos se pusieron en la cola para salir por el hueco del retrato. El chico, que estaba murmurándole algo a un amigo, se ruborizó y, con el susto, tropezó y se cayó por el hueco. Ron rió por lo bajo.—Me encanta ser alumno de sexto. Además, este año tendremos un montón de tiempo libre, horas enteras sin clases que podremos pasar aquí sentados, descansando.
—Necesitaremos ese tiempo para estudiar, Ron —le recordó Hermione mientras echaban a andar por el pasillo.
—Ya, pero hoy no. Lo de hoy va a ser pan comido.
—¡Espera! —saltó Hermione, y le interceptó el paso a un alumno de cuarto que llevaba un disco verde lima en la mano—. Los discos voladores con colmillos están prohibidos, dámelo ahora mismo —le ordenó con autoridad.
El chico puso mala cara pero le entregó el disco, que no paraba de gruñir. Luego se coló por debajo del brazo estirado de Hermione y echó a correr detrás de sus amigos. Una vez se hubo perdido de vista, Ron le arrebató el disco a Hermione y dijo:
—¡Qué bien! Siempre quise tener uno de éstos.
Las protestas de ella quedaron ahogadas por una fuerte risa: al parecer, Lavender Brown encontraba divertidísimo el comentario de Ron. Siguió riendo mientras los adelantaba y volvió varias veces la cabeza para mirar a Ron, que parecía muy ufano.
El techo del Gran Comedor mostraba un cielo sereno y azul surcado de algunas tenues y frágiles nubes, igual que los trozos de cielo que se veían por las altas ventanas con parteluces. Mientras comían gachas de avena, Harry y Ron le contaron a Hermione la embarazosa conversación que habían mantenido con Hagrid la noche anterior.
—¡Pero cómo puede pensar Hagrid que seguiremos estudiando Cuidado de Criaturas Mágicas! —observó ella, consternada—. A ver, ¿cuándo ha expresado alguno de nosotros el menor entusiasmo además de Amelia?
—Pues él no lo ve así —farfulló Ron, y acabó de tragarse un huevo frito entero—. Nosotros éramos los que más nos esforzábamos en sus clases porque nos cae bien. Pero él cree que nos gusta esa absurda asignatura. ¿Creéis que alguien va a continuar estudiándola para obtener el ÉXTASIS?
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𝐄𝐥 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐀𝐦𝐞𝐥𝐢𝐚 𝕎𝕙𝕚𝕥𝕖|¦ MALFOY'sʰⁱˢᵗᵒʳʸ
FanfictionAmelia White y Harry Potter no eran conscientes todavía de lo que ocurría con su mundo. Su risa invadió el silencio que yacía en la habitación. Un rayo de luz verde impregnó la habitación y una marca en Harry apareció mientras ese poder Amelia absor...