-Corre, corre más, más maldita sea, corre - "¿derecha o izquierda? maldición, es un maldito callejón ", corría desesperado, había ingresado a un callejón sin salida, respiraba con dificultad, sus pequeñas piernas no ayudaban, buscaba una salida "perfecto" en una pequeña esquina encontró una rejilla, de inmediato trató de abrirla, pero estaba atascada, giró su rostro a sus lados desesperado para encontrar algo con que abrirla, tomó una varilla que estaba a su alcancé y apalancó la rejilla con éxito, la abrió y se metió de inmediato a la coladera, cerró nuevamente el metal sobre su cuerpo dejando una esquina semiabierta para poder abrirla, escuchó los pasos de la gente correr hacia el callejón -maldito monstruo, ¿dónde te metiste? -la gente gritaba enardecida- hoy morirás, no escaparás demonio -el rubio cerró sus ojos, dejó de respirar por unos momentos, con la esperanza de que no lo escucharan -tienes que pagar desgraciado, mataste a mi esposa- escuchaba con miedo los gritos amontonados de la gente- ese hijo de perra se escapó, corramos a buscarlo antes que se nos escapé, debe ser hoy, el Hokage llega mañana -el pequeño temblaba en la rejilla donde se había escondido, no podía respirar o se darían cuenta -un anbu vio al demonio correr hacia el bosque, corramos -la gente salió del lugar con prisa. No era tonto, tenía que esperar un poco más, tal vez debería quedarse en esa rejilla hasta que llegue el anciano. Pasaron los minutos, comenzó a tener frío, ya entraba el invierno y él no tenía más que esa sencilla playera manga corta agujerada de la base y un short delgadito, era su ropa de dormir, fue atacado cuando estaba durmiendo en su departamento. Cerraba sus ojos para controlar su frío y su ansiedad, tratando de relajar su respiración.
Debía tener aproximadamente una hora en el lugar, sus manos y piernas se estaban entumeciendo, el frío era insoportable, tenía que salir de ahí, no escuchaba ruido alguno fuera del lugar. Con mucho cuidado con sus deditos comenzó a levantar la rejilla, no debía hacer ruido o estaba muerto, tenía que escapar, no podía seguir con esa vida. El pequeño era en extremo inteligente, había librado demasiadas golpizas, pero no podía tentar su suerte toda su vida, ahora tenía doce años y la violencia cada vez se agravaba más. El anciano no hacía mucho al respecto, su ley de no llamarlo demonio o la sentencia era la muerte, era totalmente ignorada, había escuchado de los aldeanos que tenían prohibido adoptarlo, así como asignarle un anbu a su cuidado. Claramente el consejo lo quería muerto y el viejo tercero no movía ni un dedo por su bien, necesitaba hacer algo. Cuando logró salir de la alcantarilla, corrió sigilosamente por las sombras. Mo había tenido educación ninja como los demás niños en la academia, los profesores le metían el pie con tal de fastidiarlo, sus exámenes eran alterados, había estado observando a los anbus y shinobis tratando de imitar sus movimientos, aún así su taijutsu era burdo, pero aceptable, había robado uno que otro libro para poder avanzar en la academia, sus libros habían sido quemados por unos niños detestables de mayor grado, su lanzamiento de kunai y shuriken era mejor que el taijutsu, pero también daba vergüenza. Esa maldita aldea era una mierda. Tenía únicamente un sólo amigo, Shikamaru y su familia, sólo podía confiar en él, corrió con velocidad a la zona de clanes donde la gente por lo menos no lo golpeaba, aún así por lo que había escuchado de los aldeanos hace un rato, no era buena idea que lo vieran.
Trepó por un árbol, comenzó a balancearse hacia una ventana, tocó el vidrio esperando que le abrieran, rezaba porque su amigo despertara de su muy intenso sueño, eran las tres de la mañana, no sabía si tendría suerte, tocó un poco más fuerte, escuchó el clásico "qué fastidio" de su amigo, soltó el aire al escucharlo despierto. Cuando Shukamaru abrió la ventana, el pequeño se aventó a abrazarlo -Shika, ayúdame- su amigo abrió los ojos con sorpresa al verlo en ese estado, estaba golpeado y sucio, se veía asustado, nervioso, cerró la ventana y la cortina, sobaba su espalda con cariño, lo sentó cuidadosamente en la silla de su escritorio -¿qué demonios te pasó rubio? -el pequeño lloraba con tristeza y miedo -los aldeanos se metieron en mi departamento, comenzaron a golpearme, logré escaparme y esconderme en una rejilla de un callejón, los escuché, dijeron que tenían que matarme hoy o mañana llegaría el viejo y no habría otra oportunidad-
El rubio hablaba con velocidad, moqueando e hipando desesperado. Shikamaru abrió los ojos con miedo por su amigo, sobó sus cabellos con su mano con mucho cuidado -calma rubio, aquí no te harán nada -jaló su mano con cuidado- ven, entra al baño y date una ducha, tu ropa está rota y dañada, te daré un cambio que ya no me queda, eres chiquito rubio, cuando salgas te curaré ¿bien? -el pequeño asintió más tranquilo, recibió la ropa, entró a bañarse. Mientras se bañaba, el pequeño Nara salió de su cuarto, tocó la puerta de sus padres.
Shikaku salió con evidente sueño -qué fastidio, ¿no me digas que tienes miedo? porque ya estás grande Shikamaru- su papá bostezaba con cansancio, vio a su hijo serio, se despabiló- ¿qué sucede?- el pequeño bajó su cabeza, rascó su cuello- Naruto está aquí bastante golpeado, los aldeanos lo atacaron en su casa, querían matarlo- Shikaku abrió sus ojos con miedo -¿ya lo revisaste? demonios, malditos ignorantes ¿es grave?- el pequeño negó- cortaduras y moretones únicamente, logró escapar, debemos hacer algo papá- la familia del Nara había ayudado al pequeño en varias ocasiones, gracias a Shikaku logró entrar a la academia, el pequeño era hijo de su amigo fallecido Minato, al igual que los Uchihas, lo quiso adoptar, pero no le cedieron la tutoría.
El mayor pensaba qué hacer, no podía seguir así, bastante seguido lo atacaban y lograba escaparse, pero los aldeanos no se veían con ganas de ceder ni aceptarlo, cerró sus ojos con calma, hasta que recordó una plática con el Hokage "mañana viene a la aldea, es verdad" -tengo una idea, pero no puede salir de aquí por el momento, ¿entiendes? ni una palabra de esto, mañana viene alguien a la aldea, alguien que puede ayudarlo y sacarlo de aquí -Shikamaru abrió los ojos con sorpresa, confirmó -bien, le daré de comer mientras, está muy alterado-
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Escape (Itanaru)
Romance-maldito monstruo, dónde te metiste?... -la gente gritaba enardecida...- hoy morirás, no escaparás demonio... Jiraiya apretaba sus puños con frustración... -me prometió que estaba bien... demonios, tengo que llevármelo... *Está historia es mía, proh...