Capítulo 26

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Otra vez meses sin verlo ni saber de él, el pequeño aventaba un globo de agua al techo, su ceño estaba marcado. Tal vez debería dejar de lado ese amor, sólo lo había ilusionado, ¿para qué? ni siquiera un maldito cuervo había enviado, frotó su rostro con frustración -te dije que ese chico no me agradaba para ti, es buena persona, pero su posición le impide llevar una relación renacuajo, me lastimaba verte de este modo -el pequeño levantó el rostro, sonrió al ver a su abuelo de regreso, se levantó, lo abrazó con cariño -jiji ¿cuándo llegaste?  -el sannin abrazó con cariño a su niño -hace unos momentos, fui a ver a Tsuna -el pequeño sonrió emocionado -¿ya formalizaste jiji? -el mayor negó -ya lo compré, ¿crees que me rechace? -el rubio lo vio emocionado, negó -no digas tonterías jiji, estoy seguro que esta vez te aceptará-

El sannin sonreía emocionado hasta que se dio cuenta -tratas de distraerme renacuajo -el pequeño bajó el rostro -no jiji, es sólo que… -el pequeño mordió sus labios -¿piensas quedarte como yo a esperarlo hasta que tengas cincuenta y tres años renacuajo? -el rubio bajó el rostro pensando en lo que su abuelo decía -vi a Shikamaru con una guapa rubia, bastante sobre de él ¿lo dejarás ir por esperarlo? -el pequeño veía sus manos con detenimiento, jugaba con ellas con ansiedad -es que a Shika sólo lo puedo ver como un amigo, casi hermano, lo he intentado jiji, pero… -el mayor sobó sus cabellos con cariño -¿ya lo has hablado con él?, sino piensas corresponder, no deberías darle más ilusiones, es un buen chico también y lo sabes, lo mismo con el Kazekage, Tsuna me dijo que pidió tu mano como alianza política -el pequeño se puso demasiado rojo -en la mañana me enseñó el documento la abuela-

El sannin sonrió divertido -sufres del mismo mal de tu padre, por años estuvo derretido por tu madre, pero ella no lo notaba, tenía cientos de chicas trás de él, pero no quería a ninguna otra que no fuera Kushina, me lo hizo sufrir bastante. Kushi era distraída, creía que tú padre era su competencia para el puesto Hokage, malinterpretó sus miradas, continuamente lo golpeaba igual que al resto -el pequeño sonrió divertido -igual que a ti, le dije que viera a otra chica, pero él se negó, sólo quería a Kushina -el rubio abrió sus ojos bastante, le daba ilusiones su jiji por primera vez -Si la siguiente vez que lo veas no da un paso, yo mismo te comprometeré con Shikamaru o Gaara, ¿es un trato? -el rubio abrió sus ojos con sorpresa, asintió nervioso -no se vale que lo prevengas -el pequeño mordió sus labios -lo sé jiji-

….

El pequeño no tenía ganas de ver a nadie, pensaba en lo que su abuelo le dijo hace semanas, usó un henge para salir a la calle y caminar un poco. Mientras caminaba vio a Temari con Shikamaru, los observó con cuidado -vago, vayamos al cine, invítame, duraré aquí sólo tres días -el Nara volteó los ojos -qué fastidio piernas feas, bien, vayamos, mujer problemática -el pequeño pudo observar un ligero sonrojo en las mejillas de su amigo, sonrió ligero feliz por él, la chica no le era indiferente y eso le alegraba, debía aceptar que es bonita y buena gente, respiró hondo, continuó caminando, vio una tienda de dulces que llamó su atención, entró con cuidado, vio el mostrador, estaba lleno de dangos, lamió sus labios con antojo -me da dos paquetes para llevar por favor -la señora sonrió, de inmediato guardó dos paquetes de cuatro banderillas con dangos, se los entregó.

Naruto buscaba un lugar tranquilo para comerlos, hasta que recordó el lugar donde a veces se quedaba por horas cuando era niño, corrió hacia el monte Hokage, se colocó sobre la cabeza de su padre a observar la ciudad, sacó una banderilla de dango y metió un trozo en su boca masticando con calma, sus ojos veían con añoranza la aldea ahora sin su henge, una lágrima comenzó a rodar por su mejilla -¿dónde estás? -el pequeño comía sus bolitas viendo el atardecer con melancolía. Un cuervo se posó a su lado, el pequeño lo observó con cuidado y sorpresa, vio el sharingan en su ojo, sonrió con tristeza, lo cargó sobre sus piernas -¿dónde está tu invocador pequeño? -el cuervo graznó en sus brazos, el rubio sonrió -ya veo, no puede venir, dile que lo extraño, ¿me harías ese favor? -el cuervo volvió a graznar, robó una banderilla y se elevó en el aire graznando, Naruto sonrió divertido -pequeño delincuente-

-Eso debería decir yo -una voz gruesa se escuchó, un shunshin de cuervos se dejó ver. Naruto abrió sus ojos con sorpresa, añoranza, molestia, no sabía qué sentir, lo primero que cruzó por su mente hizo, se lanzó a los brazos del azabache, lo abrazó con fuerza, comenzó a llorar en su pecho mientras unos brazos fuertes lo rodeaban con cariño -¿por qué tardaste tanto en venir nuevamente? -

Itachi lo apretó con fuerza -soy un clon pequeño, no puedo aún regresar, ya tienen a seis bijus. Un equipo va de camino al templo del fuego, aún no saben exactamente tu ubicación, tienen dudas entre tú y otro chico que maneja algo del poder de kyubi -el pequeño lo abrazó aún más -¿cuando volverás? -el azabache levantó su rostro con su mano con cariño, sonrió con tristeza -cuando vengan por ti, lo más seguro es que me envíen, en ese momento mi misión terminó, no dejaré que te toquen-

El Uzumaki lo veía con ilusión -¿por qué? -Itachi lo vio del mismo modo, tenía que hablar o lo perdería, no podía perder más tiempo -porque... -bajó su rostro al del pequeño, la nariz de ambos se rozaba con cariño, podían sentir la respiración acelerada del otro. Itachi besó sus labios levemente -porque te amo -susurro quedito, sus manos acariciaban su rostro bronceado suavemente. Naruto abrió sus ojos con ilusión, apretó sus puños en el pecho del mayor, con un poco de valor levantó sus manos tomando su rostro, jaló de él, lo besó de inicio suave y con duda, pero Itachi le dio seguridad al hacerlo un beso demandante, sus labios se reconocían, sus lenguas se acariciaban con delicadeza saboreando cada rincón de sus bocas. Cuando el aire faltó, se separaron un poco, sonrieron acariciando el rostro del otro con el suyo en un mimo -también te amo Ita, no sabes cuanto, tenía miedo, tenía mucho miedo de que no sintieras lo mismo por mí -el pequeño se abrazaba a su pecho enterrando su rostro.

-jiji dijo que si no dabas un paso conmigo la siguiente vez que te viera, me comprometería con Gaara o Shika -Itachi lo apretó posesivamente, levantó su rostro suavemente, robó un beso desesperado, sus lenguas jugaban un vals donde ambos se probaban con necesidad. Cuando faltó el aire se separaron del beso, pero sus frentes se unieron con necesidad de estar cerca uno del otro -demonios Naru, eres mío, sólo mío, desde ese día que me robaste el beso, me perteneces y yo te pertenezco, no permitiré que te roben -el pequeño tenía un gran sonrojo por sus palabras, sonrió divertido -Sasuke tenía razón entonces, me decláraste tuyo y yo ni siquiera sabía -el mayor se puso exageradamente rojo, giró su rostro con un leve puchero, el pequeño sonrió feliz -sé que eres un clon, pero ¿te quedarías conmigo un momento más?-

Itachi se sentó recargando su espalda en la roca sobre la cabeza del cuarto, jaló de la mano del pequeño, lo sentó entre sus piernas y lo abrazó con cariño rodeando su pequeño cuerpo. El rubio era todo un poema, ese sonrojó parecía que se le fuera a incendiar el rostro, se dejó mimar por el mayor un poco más, un beso en su cuello le herizó en sobremanera la piel -te amo pequeño -el Uzumaki se dejó hacer, volteó el rostro para encontrarse con sus labios y besarse un tiempo más.

Escape (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora