Capítulo 14- Dakota

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Abrí mis ojos con pesadez y trabajo, estaba boca abajo en mi cama. Gire mi cabeza hacia el lado de la ventana y casi me da un infarto. Vi unos pies en donde debería de haber estado la cabeza de Hunter, mire hacia abajo y me di cuenta que su cabeza estaba donde debería de haber estado sus pies que casi me patean la cara. Me alejé antes de que mi ojo acabara morado.

Me senté en la orilla de la cama y quise tomarle una foto, no lo pude hacer porque no tenía mi celular. Maldecí al policía que se lo había llevado para evidencias. ¿Iba a perder mi oportunidad de tomarle unas fotos así? No. Salí con cuidado de no hacer ruido y me encontré con un cuerpo, fruncí mi ceño. Cuando se volteó sus ojos azules como los míos me devolvieron la mirada, Dakota.

Salté a sus brazos, después de casi un año de no vernos estaba en frente de mí y me abrazaba fuertemente. Estaba un poco más rellenita que hace unos años pero era la misma. A excepción de su cabello rubio, le llegaba hasta los hombros. Lo solía llevar largo como yo, hasta la cintura.

—Arabella, me pegaste un susto tremendo. —Su voz se amortiguó en mi hombro, sonó lejana, tanto tiempo y solo volvía porque me iban a secuestrar. No quería estar enojada con ella, era mi hermana, la amo pero todo lo que ha hecho estos últimos años me ha afectado mucho—. ¿Estás bien?

—Si, lo estoy por suerte. —contesté separándome de ella, ninguna de las dos estaba llorando como muchas veces me imaginé que pasaría, cuando volviera por su voluntad para verme. Aunque esta vez vino por otra situación fuerte, extrema—. Hunter y Dalton me salvaron.

—Si, me contó todo Dalton anoche. —Fruncí mi ceño, desvió la mirada hacia el piso y empezó a jugar con las pulseras que tenía en la muñeca. Tenía su anillo de casada.

—Supongo que sabes todo lo que ha pasado estos últimos meses. —dije, mi voz sonaba fría, sus hombros se hundieron. Sabía que mi hermana estaba de un lado para el otro con la empresa pero unas llamadas de vez en cuando o mensajes no era mucho pedir.

—Arab, lo siento mucho... —Logre contener una carcajada sin ganas, no me ha llamado ni una vez y yo si había intentado llamarla. Nunca me contestó. Tuve que desahogarme con Lana porque mi hermana no quería hablar conmigo.

—Déjalo así Dakota, nunca te pedí nada, —dije viéndola, ella no me miraba, parecía avergonzada pero esto me dolía y tenía que decírselo a la cara—. Jamás, lo único que siempre quise cuando te fuiste fue que siguiéramos hablando. Siendo las mejores amigas que éramos, pero no podía ser así. Me dejaste de hablar, nuestros padres no me hacen caso más que para cambiarme por dinero y no me escuchan. La que pensé que lo haría fue la que menos lo hizo.

—Eloise... —susurro mi hermana, era la única que me llamaba por mi segundo nombre junto con Holden y por primera vez odie que lo hiciera.

—No me digas así por favor. —dije tratando de calmarme para no echarme a gritar ahí mismo de la impotencia y enojo que tenía guardado hacia mi hermana—. Perdí a mi familia si se podría decir que era una cuando te fuiste y no te culpo. De verdad no lo hago pero nunca me llamaste de nuevo, sentí como si yo estuviera sola. Sin nadie en quién apoyarme más que mis amigos.

—De verdad lo siento mucho Arabella, no sabia que te sentías así. —Controle mi lengua para no decirle que jamás me pregunto y me dejó hablar de eso. Decidí dejar esta plática para otro día, asentí con la cabeza—. Tenemos que hablar de esto.

—Bueno, estás aquí, lo hablamos después. —susurré sonriéndole, ya me veía y me devolvió la sonrisa ligeramente.

Antes de poder decir otra cosa la puerta de mi cuarto se volvió a abrir y Hunter se recargó en el marco de la puerta sin playera. Casi se me salen los ojos. Mi hermana abrió la boca ligeramente sorprendida, él le dio una sonrisa coqueta, puse los ojos en blanco. Aun recuerdo cuando estaba locamente enamorado de mi hermana, cuando teníamos nueve años.

Las Estrellas de ArabellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora