Capítulo 19- La peor navidad

466 2 0
                                    



 —Se que lo puedes hacer Arabella, es solo fingir. —le dije al espejo de la puerta de mi armario.

Tenía que bajar, no me quedaba otra, anunciarían el compromiso. En todo el día no había podido comer nada, me daban ganas de vomitar todo tan solo pensar en aguantar a Ronan a mi lado toda la noche.

Mi hermana me había ayudado a ponerme un vestido plateado brillante, tenía unos tirantes que colgaban en mis hombros y me tapaba la mitad de la espalda. Con su ayuda me puse maquillaje para que no se notaran mis pecas. El vestido llegaba hasta el piso, arrastrándose un poco. Me puse unos tacones plateados sencillos, eran de tacón de aguja por mi madre. Mis ojos resaltan con el delineado y maquillaje sencillo que hizo Lana. Tiffany me onduló el cabello haciendo que cayera en unas hermosas ondas en mi espalda, casi hasta la cintura. Literalmente mi cuarto era una zona de guerra, todos entraban y salían como locos.

Estas últimas semanas han sido las mejores de mi vida, hasta ahora. Había podido pasar más tiempo con Hunter del que ya pasábamos, a veces nos robamos algunos besos pero nada más allá. No deje de molestarlo para que me enseñara el discurso que diría hoy en la noche, jamás me lo enseñó haciendo que me sintiera aun más nerviosa. Ya no ocultaba nada, solo un secreto más uno que no sé cómo decírselo. Fui feliz hasta ayer. Ahora tendría que besarme con Ronan, agarrar su mano. Me daban ganas de aventarme por la ventana antes de que pasara.

—¿Lista? —preguntó Holden, asentí y me pegue mentalmente. No me podía ver. La tradición era que la pareja de mi hermana me entregara a Ronan y en la boda mi padre me entregaría al completo, que locura. Abrí la puerta y se me quedó viendo con una gran sonrisa en su cara—. Te ves hermosa Arabella.

—Tú te ves guapo. —conteste con las mejillas rojas, no era mentira, traía un esmoquin azul marino con un moño dorado, que combinaba con el dorado de mi hermana. Extendió su brazo y lo agarre nerviosa.

—Todo va a salir bien. —asentí con mi cabeza. Nada iba a salir bien, estaba segura de eso. Tener que besar a Ronan en frente de todos era mi peor pesadilla y estaba a punto de pasar.

Empezamos a caminar por el pasillo, mis tacones resonaban contra el piso. Trate de no encargarle mis uñas de acrílico a Holden pero estaba muy nerviosa, me sentía mal y tenía muchísimas ganas de vomitar. No quería hacer esto pero lo tenía que hacer. Bajamos las escaleras, empezaba a ver a toda la multitud, amigos de mis padres, socios y algunos chicos de la escuela que venían acompañando a sus padres o hermanos. Trague saliva y plasme la mejor sonrisa falsa que pudiera dar en estos momentos. No busque a mis amigos, sentía vergüenza de mí misma por esto, aunque no fuera mi culpa no podía evitarlo.

Todos que quedaron en silencio cuando acabamos de bajar las escaleras, enfrente de mi estaba Ronan, con una sonrisa radiante que hacía que me dieran ganas de golpearlo. Traía un esmoquin negro y un moño del mismo color. Extendió su brazo, vi algo insegura a Holden que me dio una mirada tranquilizadora. Como si todo fuera bien, como si alguna vez pudiera mejorar. Quite mi mano de su brazo y agarre el de Ronan; haciendo que todos estallaran en aplausos. Me sentí mareada, lo agarre más fuerte para que no fuera a perder el equilibrio. Lo que menos necesitaba estaba en estos momentos era desmayarme en frente de tantas personas.

Las personas empezaron a esparcirse por la sala, algunos se iban al patio trasero que está decorado, hacia las mesas para esperar pacientemente la cena de navidad. Ronan no se despegó de mí, saludamos a todos con una gran sonrisa. Como si fuéramos una pareja feliz. Me dieron ganas de reírme de los nervios y del estrés que me provocaba esta situación.

—Te ves guapísima. —susurro en mi oído, haciendo que mi piel se erizara. Lo había dicho con burla, se burlaba porque al fin había logrado afectarme después de tantos años intentándolo.

Las Estrellas de ArabellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora