Capítulo 27-Estás obsesionado conmigo

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Ver a todos sentados esperando a que llegara con el vestido puesto me ponía los pelos de punta. Ya no soportaba esta farsa, tenerle miedo a Ronan era horrible. No quería vivir toda mi vida con miedo de decir algo malo y qué me pegara o que intentara matarme. No quiero vivir de esa manera tan inhumana. El problema era otro, no sabía cómo iba a lograr alejarme de él.

La presión de mi madre cada vez era más fuerte, le urgía que firmara los papeles, era la única que no lo había hecho. Sabía que en cualquier momento yo cedería porque no podía decirle que no cuando me insistía mucho.

No podía permitir eso, no lo podía permitir y ahora estaba a punto de echar en marcha el plan que tenía con mis amigos. ¿Serviría? Nadie sabía si las cosas iban a salir bien, podría salir maravilloso o muy mal.

—Arabella. —Gire mi cabeza hacia donde Lana estaba recargada en el umbral de la puerta, esperando a que dejara de verme con tanto odio en mi propio reflejo.

—Lana. —susurré sin poder dejar de ver el horrible vestido que mi madre escogió para mí. Ni eso me concedió pero no me quejaba, esto solo hacía que la odiara más, que tuviera más razones para no casarme porque ella quería.

—El vestido es de lo peor pero tu haces que se vea hermoso. —comentó entrando con su vestido azul mar. Se veía hermosa pero la situación hacia que las dos estuviéramos nerviosas por lo que iba a pasar.

—Me siento...atrapada. —confesé, viendo el vestido con desagrado. Podía haber estado peor pero el significado que llevaba que lo tuviera puesto era demasiado para mí.

Ver este vestido solo hacía que me entrara pánico por todo esto, tan fuerte que me daba temor que por esto no fuera capaz de seguir el plan como lo habíamos hecho. Tenía que salir bien y yo con un ataque de pánico no serviría de nada, solo complicaría las cosas aún más si eso era posible.

—Bella, todo va a salir bien. Recuerda... —empezó a decirme Lana abrazándome por los hombros. Le dediqué media sonrisa por el espejo que nos reflejaba—. Mantén la calma y el resto se resolverá por sí solo.

—Lo sé, es que...es que me pone los pelos de punta que a lo mejor no funcione, que nada de esto sirva. —susurré en voz baja mientras Lana pasaba su mano por mi cabello tratando de tranquilizarme—. Si es así significa que este es mi destino y no sé si lo vaya a soportar.

Me sorprendí a mí misma confesando esto que tanto trabajo me costó aceptar, sentía como un leve peso se quitaba de mis hombros. A veces olvidaba que decir las cosas hacían que te sintieras mejor.

Lana me abrazó más fuerte, vi cómo sus ojos verdes se llenaban de lágrimas. Sé que ella y Mars se sentían culpables por todo esto. No comprendían que yo jamás les echaría la culpa, estaba feliz que mis amigos estuvieran juntos aunque eso significaba que estaba a punto de casarme con Ronan.

—Hermana, todo está listo. —dijo Dakota en la puerta mientras veía cómo nos poníamos sentimentales mi mejor amiga y yo. Las dos asentimos con la cabeza listas para lo que venía.

—Todo saldrá de acuerdo al plan. —Aseguró Lana mientras me escondía el teléfono que mi madre me había quitado por precauciones. Tenía miedo que me fuera a escapar porque las dos sabíamos qué era lo que iba a hacer. Sentí como lo metía en la parte de la espalda del vestido, ya que estaba tan apretado que no se caería de ahí

—Es hora de bajar. —dije con un golpe de seguridad abriéndome paso entre las dos chicas que mas quería por su apoyo en todas mis decisiones.

—Todo va a salir de la mejor manera. —Aseguró mi hermana viéndose hermosa con su vestido que hacía que se notara su panza de embarazada.

Las Estrellas de ArabellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora