—Es bellísima. —comento a mi lado Mars, viendo donde hace un momento había estado la camioneta. Me reí y lo empujé ligeramente y él se encogió de hombros.
Por un momento me sentí mal. Los padres de Mars le tenían prohibido tener alguna novia, la que fuera. Él se iba a casar con la chica que sus padres le eligieron o estuvieran de acuerdo en la relación y esa primera opción era yo. Así que tenía que intentar llevar a alguna chica para presentarla a sus padres o acabaríamos casados y ninguno de los dos quería eso.
—¿Por qué no la presentas a tus padres? —Me miró como si me hubiera crecido una segunda cabeza—. Tal vez cambien de opinión.
—¿Ella..? —preguntó moviendo las manos tratando de enfatizar lo que quería decir. Negué con la cabeza divertida por su falta de palabras.
—Los dos sabemos que ella está loca por ti Mars y sabes que ella es de las chicas que cuando sale con alguien significa que va en serio. —dije tratando de darle ánimos, él asintió no muy convencido. Hunter y Robin estaban a lado del ahora famoso Mercedes.
—¿Te vas con ellos o conmigo? —gritó Hunter llamando la atención de los que estaban alrededor. Traté de esconderme detrás de Mars pero se hizo a un lado dejándome a la vista. Le pegué en el hombro mientras él se reía.
—Contigo Nichols. —conteste mientras él llegó a mi lado. Mi mochila está casi vacía. Por suerte los profesores tuvieron piedad de nosotros la primera semana.
—Te dejo el auto el lunes. —dijo Robin entrando al asiento del piloto y sonreído cuando el motor ronroneó. Asentí en lo que me quitaba para qué Mars entrará, le guiño un ojo a una chica morena que lo estaba viendo fijamente, esta se sonrojo y se fue riendo.
—Adiós Romeo. —dije bromeando. Se fueron llevándose la mirada de todos. Tenía pensado dormir toda la tarde, no, todo el fin de semana. Hunter me quitó la mochila, me iba a quejar cuando vi que me miraba con el ceño fruncido.
—Estás agotada, al menos deja que cargue tu mochila. —Empezamos a caminar a su camioneta, iba a decir que estaba bien y que podía cargar mi propia mochila pero me conocía tan bien que se daría cuenta de que le estaba mintiendo.
Caminaba un paso atrás de él cuando vi como se tensaba. Me asomé y vi el porqué, Rhiannon Ross que estaba recargada sin preocupaciones en la jeep. Su cabellera café oscuro estaba suelta y le llegaba hasta abajo de la cadera. Sus ojos azul grisáceos veían detenidamente su celular. Me dieron ganas de salir corriendo de ahí pero no podía dejar solo a Hunter. Dejó de caminar y pasó su brazo por mis hombros.
—Los tortolitos ya llegaron. —comentó Rhiannon guardando su celular en el bolsillo trasero de sus jeans con una sonrisa falsa. Trate de no temblar al ver que me estaba viendo de arriba a bajo
—¿Te puedo ayudar en algo? —intento sonar amable pero Hunter fallo como siempre. Su sonrisa creció mientras se empezaba a acercar y yo gire mi cabeza para ver a los demás. Ella se rio, sentía que estaba más cerca pero no quería verla, no después de todo lo que hizo.
—Solo quería saber cuándo nos vamos a casar. —Me tensé, no podía creer que hubiera dicho eso. Volteé mi cabeza hacia ella y le lancé una mirada furiosa. Apreté mis puños inconscientemente.
—No me voy a casar contigo, nunca. —contestó Hunter de mala gana. Apartó con delicadeza a Rhiannon e hizo que me subiera a la camioneta.
—Vamos Hunter. —dijo sin moverse de dónde yo estaba sentada, viéndome fijamente—. Seríamos los mejores, el poder que tendríamos.
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Las Estrellas de Arabella
RomanceArabella Burberry tiene todo en la vida excepto lo que más anhela su corazón, a su mejor amigo. Lo que realmente puede tener es a su peor enemigo. Sus padres quieren que se case con Ronan Moore pero lo que no saben ellos es que ella se va revelar...