Capítulo 17- Confesiones

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Iba caminando con nerviosismo por el pasillo que daba a la habitación donde se encontraba Dakota, no tenía ni idea de cómo iba a reaccionar al verme. Seguramente pensará que estoy molesta con ella por no decirme, me sorprendí a mí misma estando contenta en lugar de enfurecerme con ella por esta situación.

Me paré enfrente de la habitación, veía fijamente el número 212. Espere unos segundos para tocar con mi puño y espere a que me dejara pasar. Cuando escuché su voz suspire, abrí la puerta. Me temblaba la mano.

Vi a mi hermana sentada en la cama, me tranquilice al no ver que estaba conectada a nada, estaba poniendo atención a la gran ventana que había, giró su cabeza hacia mi y me recorrió con la mirada igual que hizo Holden, sentí como mis mejillas se calentaban.

—Madre santísima. —susurro viéndome, tenía una sonrisa enorme. Se veía cansada—. Nunca imaginé que te pusieras algo así.

—¿Me veo mal? —pregunté, ella negó con la cabeza enseguida. Hizo un ademán con la mano para que me acercara.

—Te ves hermosa. —susurro, sus ojos se llenan de lágrimas, me senté a su lado con cuidado de no aplastarla. Agarre su mano con firmeza—. Esto del embarazo me trae muy sentimental.

—Ya me di cuenta... —dije bromeando haciendo que se riera, se limpió algunas lágrimas traicioneras.

—Lamento no haber dicho nada, mamá solo lo sabía. —Empezó a explicarse conmigo, deje que hablara— Quería hacerlo pero ese día en tu cuarto, después de que te intentarán secuestrar. Me di cuenta que ya no te conocía y no supe cómo ibas a reaccionar.

—Me hubiera puesto contenta por ti Dakota. —susurré, viendo sus ojos igual que los míos, le sonreí—. Me hubiera caído de sorpresa pero me hubiera emocionado por ti, porque eres mi hermana, pase lo que pase.

—No te merezco como hermana. —susurro, iba a hablar cuando continuó—. Después que me fui, no pude hablarte por un tiempo por la culpa; cuando me casé a escondidas con Holden no pensé que te iba a afectar a ti. Tenías trece años y nuestros padres ya estaban organizando tu boda. Cuando no se enojaron tanto conmigo no entendí el porqué hasta que caí en la cuenta. Tenían otra oportunidad, tú eras esa oportunidad.

"Intenté convencerlos de que no iba a funcionar, que no era buena idea, claramente no me escucharon. La primera vez que te vi después de que me fui estabas tan contenta y feliz que me pregunte. ¿Cuándo se va a enterar que nuestros padres ya organizaron su futuro? Me rompió el corazón Arabella, por eso me costaba trabajo verte y después de unos años, cuando te veía de vez en cuando parecía que ya no me necesitabas. Tenías quince años y comprendí que tenía que hacer algo. Intentar algo, lo que fuera por ti, por tu futuro. Nuestros padres querían que estudiaras negocios, tardé un año en convencerlos que al menos te dejaran escoger una carrera que tú quisieras. Créeme cuando te digo que intente que no te comprometieran con nadie. Por eso el proceso se tardó algo, intentando ganar tiempo para que cumplieras los dieciocho."
—Dakota... —susurre cuando paró para tomar aire. Las dos estábamos llorando, mi hermana trató de ayudarme, cualquier enojo hacia ella se esfumó. No era su culpa lo que hicieran mis padres, ella pasó por lo mismo que estaba pasando yo. Aunque ella acabó con un final feliz y yo no creía que me fuera a pasar eso, no tenía muchas esperanzas—. No fue tu culpa, me ayudaste a tener algo en que apoyarme, una carrera que yo quisiera. No es mi libertad al cien pero es algo. Gracias Dakota, de verdad te lo agradezco.

—Creciste tan fuerte, el modo en que lo estás enfrentando me impresiona Arabella. —susurro, me quite las lágrimas que seguían bajando por mis mejillas—. Yo lloré por dos meses seguidos, todos los días.

Las Estrellas de ArabellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora