Aún podía sentir todo lo que experimento en ese beso, ese si había sido un beso de verdad, se tía las típicas mariposas en el estómago y no podía dejar de sonreír, así de vo8se sentía estar enamorado, aunque estaba algo nervioso por ver al mayor a los ojos, pero eso no quitaba lo alegre que estaba, nada cambiaría si buen humor, se sentía fuera de este mundo, como si todo se transformara, una bonita burbuja a su alrededor, donde nada podría romperla, nada.
Pero sin saber que clase de algo tenían.
Espero el día en el que iría al pueblo, lo cual si fue muy pronto, tan solo 4 días después de que su madre le dijera, ya estaba preparándose para salir, no podía describir como se sentía en ese instante, la creciente emoción de visitar a todas esas personas que de alguna manera ayudaban al reino a salir adelante, que confiaban en ellos para su bienestar, al fin podría mostrarse a ellos.
Y estaba muy nervioso.
Su atuendo estaba compuesto por un pantalón azul oscuro, con filos blancos años costados, una camisa blanca de anchas mangas con un chaleco negro, llevaba una cadena en vez tiara en su cabeza y como ya era usual, se veía encantador, Taehyung podía apoyar eso, apenas entró para decirle que debían bajar, no pudo no quedarse unos segundos contemplando lo precioso que estaba.
El menor al notar su presencia sonrió y se acercó hasta que dar a un metro de él, llevando las manos a la espaldas y meciéndose suave en círculo, cómo si con ese gesto le preguntara cómo se veía, se mostró algo todo por la intensa mirada ajena, aún no podía verlo a los ojos después de aquel beso que lo dejo encantado.
- Alteza.. ehm, debemos bajar ya – aviso, no evitó no sentirse algo desilusionado, esperaba alguna palabra bonita de como se veía ese día, ahora que lo pensaba bien, nunca le decía como se veía, no es que fuera ególatra, pero quería escuchar se él un, te ves muy bonito o eres lindo, suspiro solo asintiendo.
Al salir Kim noto el bonito puchero que tenia, algo desanimado, y pensó, no se supone que debe estar entusiasmado por salir, pero bueno no era tonto, había notado su expresión de antes, era fácil de leer, pero si decía lo que pensaba, solo lo volvía más pesado para él, no sabía que le pasaba, pero la idea de complacer al príncipe cada vez era más fuerte, así que por eso se limito y no dijo lo que realmente quería.
Aunque verlo así no ayudaba mucho, ni siquiera volteaba verlo o le hablaba cómo todas las mañanas, no tenía porque sentirse culpable, pero la espina ya estaba ahí, pinchándole como si fuera la peor persona del mundo, aunque se podía decir que lo era, no de todo el mundo, pero se del reino, así que para mermar un poco esa culpa, lo metió a uno de los cuartos que estuvo más cerca.
- Que haces, debemos ir a- sus palabras fueron calladas por un rápido beso, pestañeo perplejo viendo los ojos contrarios, eran tan penetrantes que sus mejillas se colorearon enseguida, apretó su camisa sintiendo su respiración muy cerca, oh cielos sentía sus piernas temblar.
- Alteza.. nunca digo este tipo de cosas, pero se ve realmente hermoso, que parecía irreal, porque tiene que ser así de.. perfecto – sus labios se rozaban y Jungkook sentía las cosquillas en su estómago, oh no, ahora sí podía estar seguro que estaba enamorado perdidamente de su guardia personal.
Recibió otro beso corto antes de salir de ahí, con su corazón latiéndole muy fuerte que temía que Taehyung también pudiera escucharlo, se sujetó de su brazo porque sentía que sus piernas le fallarían en algún momento, así hasta llegar afuera dónde un carruaje y una cantidad razonable de soldados lo esperaban.
.
Tardaron con 20 minutos llegar a la plaza central del pie lo, dónde la gente empezaba a reunirse ya que tla caravana de soldados y las banderas en el carruaje llamaron la atención de muchos, todos ansiosos de saber que sucedía, murmurando mientras esperaban a qué quien sea que iba en el carruaje bajara.
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My prince
FanfictionKim Taehyung es un rebelde que junto a otros han elaborado un plan para destruir a la familia real. Él tiene su propio motivo, por el cual le ha llevado unos años elaborarlo, por lo que piensa que logrará su objetivo, no tendrá piedad. Su trabajo es...