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Ese día estaba cumpliendo 7 meses, aunque las cosas se complicaron un poco, no solo el embarazo, si no la cuestión de la coronación, al ser único heredero, el consejo, o la mitad de ellos, exigían que debía hacerse cargo, mientras la otra parte, decía que no lo obligarían a nada, si el quería un vida tranquila, pues no tenían derecho a quitarle su libre expresión, debían aceptar su decisión.

Por la parte del embarazo, tanto estrés le había causado malestares que se volvieron riesgosos, en una ocasión peligrando a perder el bebé, por lo que el médico recomendó reposo y que evitará preocuparse mucho, pero era algo difícil de pedir, por lo que, Taehyung se hacía cargo de eso para evitarle algo que ninguno quería, no sabía mucho de esas políticas, pero Yoongi estaba ahí para ayudarles, explicándole cuando no entendía algo, ayudándole a tomar alguna decisión, sin duda eso no era para él.

Ambos querían una vida más tranquila y libre de esas grandes responsabilidades.

Esa tarde regresaba de una de las tantas juntas que tuvo ese día, estaba agotado, realmente escuchar todas esas cosas agotaban sus energías y buen ánimo, no entendía cómo podían lidiar con todo eso, pero lo hacia por su amado, al entrar a la habitación lo vio en el balcón, frunció el ceño, eran casi las siete de la noche y corría un poco de viento frío, que hacía ahí afuera.

Tomando una bata gruesa y calientita se aproximó a él y se la puso, él volteo a verlo y rió al ver su expresión de cansancio y el ceño fruncido, poniéndose de puntitas le dio varios besitos, seguido de hacerse lugar entre sus brazos, aspirando su aroma, era reconfortante, sentía calma y seguridad en sus brazos.

- Que hacías, corre aló de frío, además no se supone que debes estar en cama – trataba de sonar duro, pero ya no le salía, no cuando el menor lo miraba con esos ojos brillantes de cordero, si, era un manipulador de primera.

- Solo quería ver el cielo, no fue mucho tiempo, apenas salí y tú entraste, no iba a quedarme mucho tiempo – jugo con el cuello de su camisa, el exhaló cansado, ese día no tenía animo de reclamar algo, solo quería dormir abrazándolo y sentir su vientre más abultado.

- Ok, vamos a acostarnos, estoy realmente agotado – sugirió  dejando un beso en su frente, el asintio entrando mientras el cerraba la ventana.

- Puedo darte un masaje, así te relajas un poco – ofreció yendo a su peinadora y buscando alguna crema para hacer lo sugerido.

- Quítate la camisa y acuéstate boca abajo – pidió regresando, el solo hizo lo pedido.

Subió a la cama y se sentó a horcajadas sobre la espalda baja del mayor, casi en sus glúteos, vertió un poco de la crema mentolada sobre su extensa espalda, deja donde lado el tuvo, empezó a esparcirla por toda la piel, presionando en los puntos correctos, escuchando los jadeos de satisfacción del otro, sonrió orgullosos de su mismo, aprender eso no había sido una pedida de tiempo como le decía su madre, él sabía que podría emplearlo en algo, cómo en ese momento.

Daba apretones en sus hombros, sus brazos, cuando termines inclinó lo que pudo para dejar un par de besos en uno de sus hombros, Kim sonrió complacido y volteo con él aún encima, ahora lo tenía sobre su abdomen, sostuvo su cadera – Puedes ponerme un poco de eso al frente – quiso saber, Jungkook sonrió cogiendo el tubo y ponerle un poco.

Esparcía la crema por sus pectorales, sus costillas, repitiendo, con suaves caricias en sus caderas, masajes el cuello del rubio, quien se levantó un poco, sujetando una de sus manos para tirar de él y poder alcanzar sus labios, acariciando su pierna, agradeciendo que llevará unos shorts muy cortos, con la otra mano sostuvo su cadera y lo incitó a moverse sobre el, acomodándolo mejor a modo de que sus entrepiernas se rocen.

Estaba disfrutando de eso, la vista del azabache, la manera en que podría su labio inferior, sus manos tocando su pecho, la suavidad de sus muslos, en serio esperaba tener en buen rato con él, pero golpes en la puerta arruinaron eso, el menor rió por su queja, bajándose para ir a ver qué era, antes de ir dejo un beso en sus labios.

- Alteza, perdone la molestia, pero… el joven Kim tiene visitas – hizo enfados en la última palabra, hasta parecía medio incómodo diciendo eso.

- Está bien, diles que bajara en unos minutos – reverencia y se marchó de ahí, cerró la puerta y vio a la cama sentándose cerca, acaricio su cabello, él tenía un brazo cubriendo parte de sus ojos y frente.

- Que quería – pregunto girándose para abrazarlo y besar su vientre por encima de la tela.

- Tienes visitas, debes ir – soltó un casi gruñido pegándole a su cuerpo, estaba cansado, en serio solo quería dormir cómo roca hasta el día siguiente.

- No quiero dejarte, has estado todo el día solo, por qué no vamos juntos – el asintio tocando su frente, así podría aventurarse a la cocina y ver si había algún bocadillo para comer.

Luego de ponerse la bata, bajaron, Taehyung ayudándole a bajar las gradas con cuidado, tenía miedo de que resbalara, era muy atento con él en todo lo que necesitara, seguidos de 4 guardias, ninguno tenía idea de quién o quiénes serían los que fueron a visitarlo, por lo que al abrir la puerta fue una gran sor4ver a esos 3 ahí.

- Hermano, gracias a Plutón estás vivo – exclamó Seokjin acercándose, casi corriendo a él y estrecharlo en un abrazo siendo seguido de su otro hermano y primo, todos saludando con un abrazo.

- Escuchamos la noticia de hace meses, en verdad creímos que habías muerto, pero no podíamos venir, ya sabes porque, además… oh alteza, perdone nuestra mala educación, cómo está – hizo una reverencia al igual que los otros dos al verlo, por poco y no lo notaron ahí.

- Bueno, por lo que veo está bastante bien… - alargó Hoseok viviendo su gran vientre, él se sonrojo un poco, bueno no era algo que se podía esconder.

- No pierden tiempo eh, cuánto tiempo es, no parece ser de recién y no creo que estos meses tuvieran tiempo, podría ser.. – Namjoon empezó a hacer cálculos.

- Unos 7 meses, pero puedo contarles después, díganme cómo pudieron entrar, no se supone que-

- Hermanito, nadie sabe que nosotros estuvimos aquí, recuerdas que teníamos la cara cubierta, además, todo es gracias a su alteza, queríamos saber cómo está as, en serio nos preocupamos mucho, Hoseok no dejo de llorar cuando escucho que habías muerto, pero cuando supimos que no fue así, decidimos arriesgarnos.

Era realmente bueno poder volver a ver a sus hermanos y primo, después de todo eran la única familia que le quedaba, Jungkook también era ahora parte de su pequeña familia, ahora que estaban todos juntos, podía ver qué los tiempos ahora sí, serían mejores.

… .

Un mes después.

En esas últimas semanas, las cosas habían mejorado mucho, al final el consejo termino aceptando la decisión del príncipe heredero, de no asumir el trono, por consiguiente, el reino estaría siendo manejado por delegados hasta buscar un gobernante capacitado.

Todavía vivía en el castillo, se quedarían hasta que el pequeño naciera y hasta que su nueva casa estuviera terminada, para lo que no faltaba mucho, Taehyung todavía asistía a las reuniones, tenía que hacerlo hasta que todo el proceso quede terminado, Jungkook no perdería su título de la realeza, simplemente rechazaba el cargo y se muda a del castillo, eso era todo.

Aunque, Taehyung no estaba tan seguro de irse, claro que quería una vida normal y tranquila, pero, no estaba muy seguro de que el menor pudiera acoplarse a ese estilo de vida, el había vivido toda su vida con personas que hacían todo por él, con tantos lujos, estaba acostumbrado a algo diferente, no a la vida campesina como la tenían él y sus hermanos.

Eso era una espinita que lo estaba molestando.
Por otra parte, Jungkook había empezado a tener dolores, eran muy tempranos para el tiempo que tenía, eran muy fuertes, que ya no bajaba, se quedaba en la habitación, el médico que seguía su embarazo les había dicho que el parto natural no era muy viable, aunque podía, dados sus expedientes médicos, sería demasiado para él, podría causarle una hemorragia y perder la vida, así que se estaban preparando para hacerlo una incisión.


Recostado en él sofá que sacaron al balcón, el sol de la mañana era cálido, llevaba una camiseta sin mangas algo transparente, con un pantalón corto que le llegaba a las rodillas, de color blanco, tenía sus manos sobre el ya gran abultado vientre, todos decían que había crecido demasiado para ser solo un bebé, pero era solo uno, tenía los ojos cerrados.

Sintió como el sofá se hundió, seguido de unos brazos pasando por su pancita y ya no tan delgada cintura, unos cuantos besos sobre la camisa y sonrió, no tuvo que abrir los ojos, dirigió una mano a la cabellera rubia que descansaba sin mucho peso en su vientre, en silencio hasta que un movimiento algo fuerte desde adentro los hizo reír, abrió los ojos para ver cómo claramente se veía el lugar donde se movía.

Era maravilloso ver eso, sentirlo, pero, también era un poco doloroso ya que no eran movimientos suaves, parecía que su hijo peleaba con algo, lo curioso era que siempre que sentía a Taehyung cerca, despertaba, causándole dolor al menor que solo reía.

- Es un niño muy inquieto, crees que sea así cuando sea grande – pregunto sobando, él asintio acomodándose a modo de que el quedará entre sus piernas, le gustaba estar en esa posición.

- Seguro que si, es un niño muy sano, ya quiero tenerlo en mis brazos – ambos querían poder conocerlo ya, pero faltaban unas semanas.

- Muy pronto lo tendremos – dejo otro beso y un nuevo movimiento, ambos rieron


Pero la naturaleza de su cuerpo pensaba diferente y les quería llevar la contraria.

My princeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora