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La tormenta se había calmado entonces pudo salir, lo primero que hizo fue quitarse los guantes para poder tocar la nieve con sus manos, así está le congelará los dedos, su nariz rojita, y aunque hacía frío, tenía que llevar gruesas prendas, su sonrisa no decaía, mientras veía sus pies hundirse al camino, recordaba esos días de niño cuando solo podía mirar desde lo alto de su ventana, los hijos de los sirvientes jugaban afuera, hacían bolsas, muñecos, el solo observaba, ahora podía hacer todo eso.

- Tae, ven hagamos un muñeco, siempre quise hacer uno, uno muy grande – exclamo abriendo los brazos y moviéndolos, el camino hasta quedar cerca, no le gustaba el frío, pero no podía dejarlo salir solo, además con el no parecía tan malo.

- Dónde lo quieres – pregunto cogiendo los guantes para ponerle, el señaló un espacio donde no estorbaría ni molestaría a nadie.

Llamó a otros dos guardias, no iba a hacer el solo el muñeco, porque Jungkook seguro se distraería en otras cosas, empezaron a formar la base, mientras el menor iba de un lado a otro haciendo bolas, en verdad parecía un niño, todos solo lo observaban, traía mucho alegría al castillo.

Por otra parte Lina también observaba al príncipe y a su guardia personal, ya tenía una idea de cómo chantajearlo para que esté con ella, quería a Kim solo para ella, salió a dónde estaban y como si no planeara nada se puso a lado del rubio que solo le dio una mirada rápida, sin prestarle mucha atención, ella cogió una bola de nieve.

- Podemos hablar, tengo algo importante para decir – comento dándole mejor forma a la bola, el seguía en lo suyo.

- En otro momento, estoy ocupado – le molestaba que pasará todo el tiempo con el príncipe, si era su trabajo pero no tenía ni un minuto libre.

- Bueno, al menos que quieras que todos sepan lo que tú y el príncipe ocultan, entonces está bien para mí, búscame cuando tengas tiempo – tiro la bola y paso por su lado, él al oír eso dejo de hacer y la miro, sabía, acaso ella los había visto, tenía que hacer algo para evitar que hablara.

- Terminé, vuelvo enseguida.. Lina espera – fue con ella.

Fueron a un lugar algo apartado, no quería que nadie escuchará lo que ella fuera a decir, pero no contó con que al llegar a una de las bodegas de granos, se lanzará a besarlo con ansias, la apartó enseguida mirándola con el ceño fruncido.

- De que querías hablar, que es lo que sabes – pregunto, ella sonrió cogiendo sus manos, tenía una sonrisa que no le agradaba.

- Eso que no quieres que nadie más sepa, el príncipe.. también está incluido – paso sus dedos por su pecho, el aparto su mano y se cruzó de brazos, no lo convencía, no era tonto.

- Dime qué sabes y podemos llegar a un acuerdo – pero ella no sabía, sonrió más, que podía decir, debió pensarlo mejor antes de solo ir y decir eso.

- Tu sabes, eso, solo quiero tener más atención de tu parte, sabes que me gustas y quisiera poder estar contigo – de nuevo acaricio su pecho y bueno no tenía que preguntar que quería, era obvio, se aparto un poco, examinándola con la mirada.

- Mientes, no sabes nada, cielos y yo que me preocupe por nada, ven cuando tengas un mejor argumento, de acuerdo.

La dejo ahí para volver con el menor, ella resoplo molesta, tenía que averiguar que era lo que pasaba para poder conseguir lo que quería, sabía que Sonmi no hablaría, el príncipe no hablaba con nadie más que no fueran Taehyung, Sonmi o su madre, algunos guardias, pero a ellos no les diría lo que ocultaban, tenía que pensar bien.

Iba de vuelta al jardín cuando cierta cabellera roja llamo su atención, el no recuerda haber visto algún trabajador de cabello rojo, lo siguió y al llegar a la cocina no pudo no cerrar los ojos y llevarse la mano a la frente, que hacía Hoseok ahí, el giro y al verlo solo sonrió apenas con un asentimiento leve, bien tendría que preguntarle después.

Esos besos más intensos se estaban volviendo una costumbre desde el primero, y solo pasaron dos días de eso, pero no podía ignorar lo que su cuerpo deseaba, sus manos tampoco podían estar quietas por un momento, como si tuvieran mente propia se adentraron por la delgada camiseta del menor que se estremeció por lo frías que estaban, se separó del beso.

- Están frías – susurró pero no las quito, el sonrió pasándolas a su espalda y atraerlo más, fue a su cuello dejando besos en el, escuchando los suspiros que soltaba.

- Ya se calentarán – subió por su mandíbula y termino en sus labios con cortos besos que le hacían reír, se apoyo en la pared para mirarlo, tenerlo así de cerca era maravilloso, sentado en su regazo, el jugando con su cabello, podría acostumbrarse a eso.

- Que quería Lina contigo, no creas que no note que desapareciste con ella por unos largos minutos, que quería – preguntó curioso, oh cielos, había olvidado la última vez que se puso celoso por eso.

- Nada importante, no te preocupes, si quisiera algo con ella no estaría aquí contigo, escondidos en la azotea –

- Si, lo sé, pero se que le gustas y me gustaría decirle que estás conmigo para que deje que hacer eso, pero no puedo y tengo que aguantarme, crees que algún día podamos..-

- Alteza, eso sería pedir demasiado, primero porque somos de diferentes clases, segundo, tus padres se volverían locos – suspiro mirando su pecho, por más que tuviera razón, no quería aceptarlo.

- Si, lo siento, tal vez debamos ya volver, no queremos que nadie sospeche – hizo amago de levantarse pero él lo sostuvo de la cintura evitando que se moviera, lo miraba con una sonrisa ladeada.

- No me digas que te molestaste por eso, sabes que es verdad, no podemos hacer algo con eso, solo sigamos así hasta cuando podamos, si – y lo besó antes de que dijera algo y siguiera pensando en eso, porque el tampoco quería pensar en eso, era demasiado masoquista hacerlo.

Mientras tanto por las bodegas de verduras cierto pelirrojo husmeaba por el lugar, su objetivo al entrar como ayudante en la cocina era buscar escondites para todos el día ya destinado, las bodegas eran perfectas para esconderse, con la ayuda de los guardias que se habían unido a ellos, la entrada no sería difícil, así mismo, durante esa semana se irían infiltrando mas de ellos.

Era un buen día, considerando el frío y nieve, era bueno, meciéndose suave en la hamaca que colgaron para él miraba el muñeco de nieve, le daba algo de gracia ya que tenía un casco en vez de sombrero, una espada, flores de botones, pero era bonito, con tal de que sea un muñeco él estaba satisfecho, vio a Taehyung asomarse por las grandes puertas y alzó la mano para que lo viera, entonces el se acercó.

Se sentó a su lado y se dedicó unos minutos a cubrirlo bien con la manta que tenía en sus piernas, le arregló la bufanda y se aseguro que lleve puestos los guantes, exhalo, su aire viéndose por el frío, Jungkook también lo cubrió, y también era excusa para tomar su mano por debajo de la manta, el regreso a verlo, pero el solo se apoyo en su hombro mirando el bello paisaje que tenía.

- Tae, seguirás queriéndome, si sabes que nací con una condición especial - giro a verlo con una muy clara expresión de confusión, pero el seguia con la vista al frente.

- A que te refieres con condición especial, hablas de tu enfermedad - cuestiono acariciando el torso de su mano con el pulgar por debajo de la manta que los cubria.

- Es otra, cuando naci, el medico que estuvo en el parto me reviso y se dio cuenta de que tenia una condicion especial, algo que me hace diferente a los demas, mis padres creen que es algo que nadie tiene que saber, algo de lo que no tengo porque sentirme orgulloso - no estaba entendiendo de qué estaba hablando.

- Qué es, dime, no creo que sea tan malo para ser oculto, confía en mí - solo entonces se animó a mirarlo con algo de miedo, pero quería decirle, sentía que podía confiar en él.

- Yo.. no se si sea seguro, ellos nunca me lo dijeron directamente, pero una vez escuche al médico decir que era capaz de ten-

- Alteza, su padre requiere su presencia en el despacho real, igual para Taehyung - comunicó uno de los guardias, Jungkook suspiro desganado, en serio tenía que llegar en ese momento.

Ambos se levantaron para entrar, aunque antes de segur al guardia Kim le dio mirada diciendo que esa conversación no había terminado ahí, el solo asintió, le diría después de ver que quería su padre.

My princeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora