Llevaron a sus hijos a la bodega bajo la casa, nadie sabría que estarían ahí, sin contaban con un poco de suerte, el soldado que estaría a cargo no los buscaría, todos sabían que eran inocentes, pero el rey ya había dictado la orden en su contra y haría lo que sea para verlos muertos.
El más joven de los Kim sujeto la mano de su madre, tenía miedo de lo que podría pasarles, la mirada calmada de su madre no le daba buenas auras, ella sabía que sería la última vez que los vería, le dio un pequeño beso en la frente y acarició su mejilla con amor, miró a sus otros hijos.
- Van a estar bien, recuerden cuidarse entre sí y nunca olviden que la familia va por encima de cualquier cosa, no importa lo que sea, deben estar juntos - abrazo a todos y se separó con la mirada cristalizada pero sin borrar la sonrisa.
- Los amo mis niños .
- Es hora, ya vienen debemos ir arriba .
Salieron después de asegurar bien la compuerta, se tomaron de las manos y subieron, ellos sabían a lo que se enfrentaría, pero la seguridad de sus hijos era primero así tuvieran que morir protegiéndolos.
En el castillo, un muy enfadado rey caminaba de un lado a otro, cómo era posible que algo así sucediera, tenía que arreglarlo de inmediato, nadie más podía saber eso, sería el fin de su vida si alguien descubre aquello.
Llamó a varios de sus guardias para actuar ya, la única manera de mantener eso en secreto era culpando a la familia Kim de traición a la corona, robo y intento de asesinato en contra de su único hijo, algo que era mentira, pero que sabía que todos creerían, y sabían muy bien que eso se pagaba con la vida de los traidores, si, era la mejor salida.
Los soldados que participarían en esa misión no podían por nada del mundo y para asegurarse de ello, amenazó contra sus familias, solo así seguiría manteniendo todo bajo control, deshacerse de ellos y continuar su vida sin preocuparse de que alguien sepa lo que hacía.
- Desháganse de ellos, de toda su familia, no quiero que ninguno sobreviva, escucharon - los soldados asintieron y entraron a la pequeña casa donde los Kim estaban esperando, el señor Kim Jaehyung los recibió con la frente en alto, no tenía de que sentirse temeroso, no había hecho nada de lo que se acusaba.
- Por órdenes de su majestad el rey, toda la familia Kim será arrestada y ejecutada - anunció el soldado a cargo, sin muestra de empatía alguna.
- Adelante, no pondremos resistencia -
La ejecución se llevó a cabo en los calabozos del castillo porque nadie podía saber de eso, después inventaría una noticia, donde diría que ambos perdieron la vida defendiendo la corona y la vida del príncipe en un ataque repentino por la madrugada, si, iba a decir que fueron leales hasta la muerte, lo que si fue así, pero no por las razones contadas.
...
Frente a la tumba de sus padres, Kim Taehyung todavía no podía creer que perdieron la vida por mentira, él y sus hermanos tenían muy en claro que sus padres nunca intentaron nada en contra del rey o su hijo, pero por miedo de ser despojado del cargo actúo con esas medidas, solo por haber escuchado algo por accidente, algo que nunca le dijeron a ellos.
La ira e impotencia de haberlos perdido por nada eran demasiado grandes, tanto que se dejó cegar por esos sentimientos, no podría vivir sabiendo lo que en verdad pasó, algo tenía que hacer para limpiar el nombre de sus progenitores, vengar su muerte que fue por motivos falsos, fue ahí cuando empezó con la idea de hacer algo en contra del gobernante de Aritmania.
...
Jungkook no entendía qué hacía Kim ahí, se suponía que sus padres no debían saber que escapó del lugar al que lo enviaron, le dio una mirada llena de interrogativa, pero fue ignorado, paso por su lado sin inmutarse en voltear a verlo, bien todo eso era extraño y ya no le estaba gustando, podía escuchar el disturbio afuera, quería saber qué estaba pasando.
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My prince
FanfictionKim Taehyung es un rebelde que junto a otros han elaborado un plan para destruir a la familia real. Él tiene su propio motivo, por el cual le ha llevado unos años elaborarlo, por lo que piensa que logrará su objetivo, no tendrá piedad. Su trabajo es...