My prince

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No podía más, el dolor era demasiado, ahora sí creía que sería su final, sus ojos ya no querían abrirse, había dejado de escuchar o sentir su cuerpo, pero el dolor estaba ahí, el cansancio también estaba ahí, incluso respirar empezaba a ser difícil.

Sacudieron su cuerpo para ver alguna reacción, pero no tuvieron ninguna, uno de ellos salió para notificar al rey de su estado, fue ahí cuando se dio el cambio de guardias, los infiltrados del príncipe Min entraron al lugar con la caja, era hora.

- El rey a decidido que tiremos su cuerpo, no tiene fuerza así que no sobrevivirá está noche –.

Ellos a diferencia de los otros o levantaron con cuidado de no causarle más dolor, lo metieron en la caja y la cerraron.
sellaron con clavos para que sea creí le, pero tenía orificios por dónde el aire entraría y que no se asfixiara hasta salir de ahí, entonces así, lo cargaron para salir, pero no contaban con encontrarse con los príncipes en el salón, no tuvieron más que seguir como si en verdad fueran guardias de Aritmania.

Escuchaban los gritos del menor, era una sensación horrible el oír su llanto, pero tenía órdenes, e iban a cumplirlas.

Después de sacarlo del castillo en la caja, lo llevaron a una cabaña a las afueras del reino, dónde nadie buscaría, además, todos creían que había muerto, ahí un médico real los esperaba para curar sus heridas,. Principalmente la que estaba infectada y la que causaba más dolor, tenía que fuera demasiado tarde, pero no podían dejarlo morir así, harían todo lo que estuviera a su alcance.

Unos días después, el príncipe Jimin fue a la cabaña, quería ver cómo iba, estaba mejor, pero no era suficiente aún, su cuerpo estaba muy maltratado y le llevaría semanas recuperarse por completo, pero tenía la seguridad de que se salvaría, tenía que salir de esa porque no soportaba ver al menor tan destrozado.

Pero él, aunque lo intentara, estaba muy débil, pedía que solo lo dejarán morir, decía que era lo mejor, pero el príncipe no permitiría eso, no claro que no.

- Tienes que ser fuerte, Jungkook te necesita, no me importa si tiene que pasar un año, pero tú vas a sobrevivir, tienes que hacerlo, sabes porque – el apenas y abría los ojos, sus párpados pesaban, que no podía mantenerlos.

- Él podrá encontrar alguien mejor, no tengo nada para ofrecerle, no me queda nada – su garganta dolía cuando hablaba, su voz siendo más ronca de lo normal.

- Pues entonces se mejor que esto, tienes que ser lo que el merece, hazlo por ti.. hazlo por la criatura que crece en su vientre, perdona que te lo diga así y estás circunstancias, pero ustedes van a ser padres, sabías de su condición especial, pues es esa – pudo mantener los ojos abiertos unos segundos más, no se lo creía, pero ver la seriedad del otro le aseguraba que hablaba en serio.

- Vo-voy a ser padre… él está – Jimin asintio.

- Si, por eso debes dar tu último esfuerzo, no lo dejes solo, el te necesita –.

Con esas palabras en mente fue que pudo soportar esas semanas, siempre pensando en él azabache, el pequeño que crecía en él, quería abrazarlo, besarlo y decirle cuánto lo ama, porque si salía de eso y volvía a verlo, no se guardaría nada, absolutamente nada, quería una vida con él.

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Lo cubrió con la manta procurando que estuviera cómodo, retiró algunos cabellos de su rostro, su cabello estaba más largo, al igual que el suyo, no pudo no tocar su vientre, verlo solo le aclaraba todo, al fin estaba ahí, con él, cuando despertara, hablaría con él sobre lo que harían después, quería salir de ese limbo, oficializar todo con el, sin importar que pensarían los demás, haría las cosas bien desde ese momento.

Salió un rato para buscar a los príncipes, quería pedirles un último favor.

Cuando Jungkook despertó, verse en su habitación, solo, le causó una opresión, su mente diciéndole que había Sido solo un sueño más, su labio inferior tembló mientras las lágrimas se acumulaban en sus ojos, por instinto llevo las manos a su vientre, sentirse a su pequeño lo tranquilizaba un poco, porque sabía era una parte de Kim, pero no estaba funcionando, se levantó, para salir, quería un poco de aire o se sofocaría, necesitaba salir.

Se puso la bata y empezó a buscar sus pantuflas, en eso la puerta se abrió y volteo a ver, soltó el aire acumulado y un puchero se formó en sus labios, era como un niño, no había cambiado nada, a excepción de su vientre, Kim le sonrió y al ver sus lágrimas se acercó, acunó su rostro para limpiar.

- Porque lloras, tuviste un mal sueño, te duele algo – pregunto acariciando sus mejillas, él solo lo abrazó por el torso hundiéndose en su pecho, soltando un suspiro entrecortado.

- Por un momento creí que.. fue un sueño, dónde estabas – rió, correspondiendo al abrazo, se meció con él, apoyando la barbilla en su cabeza.

- Fui a buscar al príncipe, quería pedirle algo, no creí que despertarás tan rápido – lo llevo hacia el sofá y lo atrajo a sentarse con el, lo acomodo en sus piernas para poder tener acceso a su vientre, empezaba a gustarle eso, acariciar su pancita abultada.

- Pero tardaste, no quiero estar solo, no vas a dejarme cierto – cogió su barbilla para verlo, cómo siquiera se atrevía a decir eso.

- Tendría que estar loco para dejarte de nuevo, desde ahora no podrás deshacerte de mi, hiciste que me enamorara perdidamente de ti, tienes que hacerte cargo – demandó con suavidad haciendo que el sintiera, rodeo su cuello y le dio un besito fugaz, todo sus narices.

- Entonces, estaremos juntos toda la vida, porque no pienso dejarte ir, no de nuevo – se sonrieron antes de unir sus labios, la mano del mayor sr adentro en su camisa para tocar mejor su pancita, era increíble, ya quería que estuviera más grande.

- Cielos, ustedes si que no pierden tiempo, pero deberían guardarse esas ganas para después, cuidado Kim, no dejaré que salga de aquí sin un anillo en su mano – amenazó Yoongi entrando a la habitación siendo seguido de su esposo que solo reía, Taehyung solo abrazo al menor.

- Acaso ya no hay privacidad aquí.

- Mientras estés tu, no.

La llegada del rubio no tardó en llegar a oídos del aún rey, quien se molestó tanto, no que había muerto, cómo es que seguía con vida y peor, en su castillo, no iba a permitirlo, aprovechando su poder, porque aún no lo revocaban, mando a arrestarlo.

…

El invierno había acabado, ahora el sol estaba en lo alto, brisa fresca, misma que movía los mechones azabaches del príncipe que se mecía en la hamaca, a su lado estaba el rubio, recostado para poder admirarlo mejor, le sorprendía lo precioso que era, todo en el era perfecto, podría pasar largas horas mirándolo y no se cansaría.

Jungkook giro a verlo y se topo con su intensa mirada, se sonrojo poquito y se acomodo para acostarse con él, abrazarlo por el torso, las manos contrarias yendo a su cintura y vientre, era tan cálido, había extrañado eso, cerró los ojos unos segundos para disfrutar, suaves caricias en su cabello, tenía una sonrisa en su rostro, ambos disfrutando eso tan sencillo, pero especial.

Estuvieron así hablando de las cosas que pasaron en esos meses, Jungkook contándole lo que el consejo estaba haciendo, todas las demandas que ahora su padre tenía, como unos delegados se quedaban en el castillo, pero ese día habían salido al pueblo, Taehyung también le contó sobre sus días de recuperación, lo mal que la paso, necesitaban desahogarse así.

Estaban pasando un momento ameno, pero que les fue dañado cuando vieron a los guardias rodearlos, Kim enseguida se levantó, no entendía que pasaba.

- Tenemos órdenes de arrestarlo – Jungkook  de inmediato se puso de pie, no, tenía que ser broma verdad.

- No pueden hacer eso, no está haciendo nada – debatió, pero ellos lo ignoraron, dos se acercaron para alejar al príncipe, cosa que Kim no dejaría, lo jalo hacia él poniéndolo detrás, no dejaría que lo toquen.

- Ni siquiera se atrevan, iré con ustedes, solo déjenlo – el menor sujeto su brazo y el volteo a verlo con una sonrisa, no quería alterarlo, pero bueno el también estaba nervioso.
- Tranquilo, no pasará nada, llama a tus amigos y diles lo que pasa, si, estaré bien – beso su frente antes de girar a los guardias e ir con ellos.

Con un gran nudo regreso adentro buscando a sus amigos que aún seguían por ahí, Sonmi lo ayudo a buscarlos, era algo injusto, pero está vez no dejaría que le hagan lo mismo que antes, iba a enfrentar a su padre.

…

Al día siguiente, los delegados del consejo fueron a ver al rey, era increíble lo que había hecho, ellos sabían lo que Kim hizo, pero ya ha la recibido un castigo, además no fue tan grave, ahora era un inocente, no dejarían que sufriera daños, con la carta del consejo entraron al despacho, Jungkook ya estaba ahí.

- Lo que ha hecho es inaudito, no puede encerrar a inocentes y torturarlos, va contra la ley – espetó uno de ellos mirándolo, Jeon Sunghoon mantenía su frente en alto y seriedad, seguía siendo el rey aún.

- No es ningún inocente, él a traicionado a la corona, merece morir, además, se aprovechó de mi hijo, el no-

- Suficiente, sabemos lo que hizo, pero si sobrevivió que bien por el, la vida le da otra oportunidad, pago por sus cometidos, usted ya no puede quitarle esa libertad, el consejo le pido que deje la corona, alguien como usted no merece gobernar.

La discusión se alargo, claro que Sunghoon no aceptaría eso, era algo que ya no estaba en sus manos, no podía hacer nada, era lo que más le molestaba, después de todo sus secretos salieron a la luz y no tenía apoyo de nadie, ni siquiera su propio hijo creía en el, tomo malas decisiones y lo llevaron a eso.

Unas horas después Jung4se dirigía a los calabozos seguido de varios guardias, sacaría al mayor de ahí, al bajar los guardias que custodiaban el lugar intentaron detenerlo, olvidando que el aún seguía siendo el heredero al trono, no tuvieron más que dejarlo pasar.

Miraba a todas las celdas vacías buscando donde estaba él, hasta que lo vio, estaba sentado en un banco de madera mirando una pequeña ventana en lo alto, al escuchar las llaves miro en su dirección, tenía el labio partido y un rasguño en la mejilla, Jungkook al verlo jadeo, haciéndolo recordar la última vez que lo vio en ese lugar horrible, no pudo contener las lágrimas.

Cuando las puertas se abrieron el se levantó y fue a envolverlo en sus brazos, temía que toda esa preocupación le hiciera mal al bebé y a él mismo, beso su cabeza antes de alejarse y secar sus lágrimas, le sonrió para calmarlo un poco, pero recibió un golpe en el pecho, no dolió pero fingió que si.

- Dijiste que estaría bien, mírate cómo estás – regaño con el ceño fruncido, en cambio el lo veía tierno cuando se molestaba, empezando a salir de ahí lo abrazo por detrás apoyándose en su hombro.

- Estoy bien, esto no es nada, no te preocupes, no quiero que esto afecte tu estado, si, no estés molesto – beso su mejilla y él solo suspiro, era verdad, estaba bien.

Al llegar a la habitación se ocupó de curar sus labios y mejilla, poniendo la pomada con tanta delicadeza, mientras el observaba en silencio lo bonito que se veía concentrado en eso, talvez en su vida pasado fue un guerrero que salvó al mundo, porque encontró a alguien realmente increíble.

Apenas terminó de curarlo, en un rápido movimiento termino con la espalda en la cama, pestañeo confundido por qué no tuvo tiempo de reaccionar, viendo los intensos ojos del mayor, tenían un brillo diferente, algo se lujuria en ellos y a la vez amor, sus labios se encontraron enseguida, iniciando un beso lleno de pasión, de tantos sentimientos que deseaban expresar.

Ahora ya nada podría separarlos.