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Tan solo meses habían  pasado desde el regreso de los reyes, parecía poco pero en ese mes pasaron tantas cosas, cómo lo del compromiso que aún no se oficializaba, que la guerra estaba por el momento congelada, los nuevos sentimientos de Taehyung hacia Jungkook y que no sabía que hacer con ellos, eran demasiado para él, no sabía como manejar con eso.

El no, pero sus hermanos si.

- Tienes que estar jodiendo, verdad – espero Namjoon deja do su taza de lado para ver a su hermano que solo alargó un suspiro sonoro, Hoseok miraba desde el sofá.

- No, no lo hago, en serio necesito que me digan que hacer, todo esto es extraño – su uña jugaba con una ranura de la mesa, Seokjin a su lado frotaba su hombro.

- No lo sé ustedes, pero yo ya lo veía venir, digo, el príncipe es encantador y no dudo que forma de ser también lo sea, prácticamente vives con él, comes con él, eres como su sombra, era inevitable que no te enamoras de él, pero no es malo que sientas eso, amar no es un pecado – trato de animarlo, el rió sin gracia.

- Pero el es el hijo del hombre que mató a nuestro padre, no puedo ni siquiera sentir ni lástima por él, pero.. – volvió a suspirar.

- Bien lo único que queda es.. no sé cambiar las cosas, al principio tu querías terminar con él para que el rey sufriera su pedida, pero estás enamorado, entonces eso queda descartado, pero lo que podemos hacer es.. traerlo con nosotros, como un secuestro, aquí le decimos lo que su padre en verdad es, lo convencemos de que lo odie, se pone en su contra y listo, es mejor que viva con el odio de su hijo, que su muerte, así cada vez que lo vea sufrirá, no lo creen – planteo Hoseok leyendo un libro para niños, Jin ladeo la cabeza, tenía un punto.

- Podemos hacerlo, tu que dices Tae, lo cambiamos por eso, así total, todos ganan – miro a los muchachos y bueno era mejor.

- Si, pero aún no me ayudan con lo que les dije, lo harán o no – Seokjin sonrió en grande tomándolo de los hombros para que lo viera.

- Te ayudaremos.

Por la noche en una pequeña granja abandonada, se reunieron con 5 de los que participarían en lo que llevaban planeando, pero esa noche harían otra cosa, que también ayudaría con su plan ahora mejorado, con ropas negras, extendieron un plano de todo el territorio del reino, cada quien contada con su arma, arcos, espadas y su arma especial, un pequeño frasquito de un líquido entre rojo, naranja y amarillo en ese orden – Está estimado que el carruaje saldrá a las 3, entonces esto es lo que haremos – todos prestaron atención a lo que Seokjin explicaba.



Relamió sus labios una vez se separó de los del menor que respiraba algo agitado por lo extenso que fue el beso, lo miro con esos ojitos de cordero que rompía esas barreras que cada noche se aseguraba de reforzar, pero eran en vano, sonrió por sus mejillas rojas, esa imagen de el empezaba a ser de sus favoritas, así se reprochará, le gustaba, tenía que empezar a admitir que había caído en su propia trampa, su hermano tenía razón, era demasiado bonito, o como el mismo lo dijo, era perfecto.

- De que te ríes – pregunto al verlo sonreír, se acomodo mejor a su lado para no caer del caballo, abrazándose a su torso y dejando su barbilla en el pecho contrario, el hizo sus dedos índice y medio caminar en la mejilla del menor desde su barbilla haciéndolo reír.

- De nada, es solo que… te ves lindo así, con ese color en tus mejillas – admitió poniendo una expresión sería que causó risa en el menor que dejo un beso en su mandíbula, el se aclaró la garganta viendo sus ojos, esos que lo hacían sentirse así.

- Que pasa, porque de repente te pusiste así, es por- el tapo sus labios con su largo dedo índice.

- Solo recordé algo, no es por ti, es… olvídalo, deberíamos volver, tu madre debe estar esperando, sabes cómo es – soltó su cintura para aplastar sus mejillas y que sus labios se abultaran de manera graciosa pero también tierna, entonces volvió a sonreír, ah sin duda el príncipe sacaba su mejor lado, ese que lo tenía bien guardado y solo lo sacaba cuando estaban solos.

- Me dash otro beshito- hablo aún con el aplastando sus mejillas, rió un poco antes de dejar varios besos sonoros, riendo por el ceño fruncido del menor.

- Ya, ahí que volver, recuerda que no podemos hacer esto, alguien podría vernos y no sería bueno, te daré más besos en la noche, te parece – asintio sentándose bien en el caballo para volver.

Lo que tienes que hacer es, tratar de ser cariñoso con él, si no puedes decirle cosas bonitas y cursis, hazlo con tus acciones, se más atento, abrazarlo, besarlo, así el confiara en qué lo quieres igual”

Solo dos días habían pasado desde que vio a sus hermanos para decirles sus inquietudes acerca de estar sintiendo algo por el príncipe, y todos llegaron a la conclusión de que lo mejor sería que lo deje ser, así en algún momento cuando el sepa la verdad, no sería tan doloroso porque entonces el amor entre ellos ayudaría a que lo perdone.

Por esa razón, aunque el se haya planteado nada de demostraciones cariñosas, besos mi nada de eso, en esos dos días esas “reglas” pasaron a ser de otra manera, y así no lo admira, le gustaba es nueva forma que llevaban las cosas, podía ver cómo el príncipe se sentía más entusiasmado por su cambio, pero tenían que mantener esa relación en secreto de todos, o sería un problema.



En la noche, cerca de las doce, Taehyung creía que el príncipe ya estaba dormido, pero grande fue su sorpresa cuando al abrir la puerta de su habitación lo encontró ahí sentado en su cama, viendo el estuche de su espada, bien no quería proceder mal, pero ese estuche había sido de su padre y que el lo tomara sin permiso lo enojo bastante, se acercó a grandes pasos y se lo arrebato sin medir la fuerza, lo lanzó al otro lado de la habitación y miro al menor que se puso de pie.

- Tae, yo no quise-

- No quisiste que, entrar a mi habitación y tocar mis cosas, en primera porque sigues despierto, no deberías de estar dormido – trataba d controlarse, no quería gritar o algo, pero sentía la ira en su interior, incontrolable.

- Lo siento, no podía dormir y.. y creía que era estabas aquí, pero no.. a dónde fuiste tan tarde – quiso saber, ya que nadie a esa hora estaba despierto, solos los guardias que hacían los recorridos su trabajo.

- A ti no te importa a dónde fui y que hora es, sal de mi habitación, no quiero que vuelvas a tocar mis cosas, entiendes – hablo entre dientes mirándolo con intensidad, haciendo que el se estremeciera, tenía un aura oscura, daba miedo.

- Lo siento no volveré a hacerlo, pero.. puedo-

- No, alteza ya no eres un niño, si no puedes dormir entonces no es mi maldito problema, ve por un vaso de leche o algo, no vengas así a mi habitación, ahora sal – se mordió el labio ante la dureza de su voz, tan rápido co pudo salir de ahí sintiendo sus ojos picar, respirando rápido para alejar las lágrimas, no debía llorar por eso, pero las lágrimas ya estaban cayendo.

Recogió el estuche y se sentó en la cama con el, era de cuero rojo con café, las iniciales de su padre grabadas en la base “KJH” recordó el día que le entrego eso, no había sido el más feliz, apretó la mano en un puño reteniendo las lágrimas que amenazaban en salir, ese recuerdo lo abrumaba, cerró los ojos para tranquilizarse.

A la mañana siguiente Jungkook no sé atrevió a mirarlo, solo saludo con un buen día bajito y se dirigió a la biblioteca, aún tenía esa espinita por lo de la noche, pero no podía reclamar ya que había sido su propia culpa, aún así aún tenía ganas de llorar al recordar cómo le hablo, a veces no lo entendía, un día estaba bien, sonreía más y le decía varias cosas, pero al otro, era todo lo contrario, se volvía serio, casi ni le hablaba, ah era confuso para él.

Lo peor de todo era que ese día tenía que ver a la princesa Yuri.

- Tu dijiste que harías algo para que ya no la viera, acaso mentiste – pregunto con lágrimas en los ojos, no quería verla, aún no superaba lo sucedido de hace días, mientras a sus padres parecía no importarles.

- Solo será por hoy, lo prometo, después de eso ya no la verás, no mentí – aseguro limpiando sus lágrimas, el azabache se acercó más poniéndose de puntillas para poder alcanzar sus labios, el no se opuso, acepto el beso, paso un mano por su cintura para sostenerlo, y de repente la puerta se abrió haciendo que se separan de inmediato.

- Pero.. que está pasando aquí – hablo Sonmi mirándolos mientras dejaba la bandeja con el té en la mesa mas cercana, se cruzó de brazos saltando la mirada de uno a otro hasta dejarla en el rubio.

- Sonmi, no es lo que parece, nosotros no – puso ver el miedo en los ojos del menor, ah no sabía que hacer, si negaba lo que tenían el se sentiría aún peor, pero si lo decía, no sería eso incluso aún más peor, estaba arrinconado.

- No parecía que.. que devoraba los labios de su alteza el príncipe, eso – ironizó enarcando una ceja, miro al menor que tenía la cabeza gacha mirándola con un ojo desde los brazos aje la, porque Taehyung lo había girado a manera de protección no había dejado de abrazarlo.

- Sonmi, yo te lo diré.. nosotros.. yo quiero a Taehyung, lo quiero se verdad, el también me quiere, por favor no le digas a nadie de nosotros – pidió con notable miedo, la mujer pareció relajarse y su expresión, miro al rubio y después les sonrió a ambos.

- Cielos, que bueno que fui yo la que los vio, la reina era la que iba a entrar pero la llamaron y entro yo, solo me asusté, ya decía yo que se traían algo – lo señaló con el dedo y ellos pudieron respirar en paz.

- Solo tengan cuidado de donde hacen ese tipo de cosas, sería terrible si alguien más los ve o sabe se esto – ellos asintieron.

Pero afuera de la biblioteca Lina había escuchado eso último que dijo Sonmi, en que tenían que tener más cuidado, por qué nadie más podía saberlo, una sonrisa se formó en sus labios, esa parecía una gran oportunidad de tener a Taehyung para ella.

My princeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora