15

21 0 0
                                    

Sospechaba, ella sospechaba que algo estaba pasando con ellos y por más que Jungkook le pusiera ojitos de cachorro no podía dejarse convencer, pensar con la cabeza fría, enumerar la prioridades, recordar el plan, ¿Plan? ¿Cuál era el plan? Ah no podía pensar con claridad si esas manos traviesas tocaban de esa manera su brazo, aunque sabía que no era con esa intenciones, no podía no pensar en eso.
- Alteza, tu madre nos está viendo y no puedo hacer eso – hablo entre dientes solo para que el escuché, lo vio abultar los labios y en serio se estaba volviendo débil ante ese gesto, desde cuándo, ni el lo sabía.

- Pero no quiero estar con ella, no has visto como me ve siento que en algún momento se va a lanzar sobre mi, está loca – mascullo gritando en silencio, el le sonrió tenso, la mirada inquisidora de la reina no ayudaba, estaba del otro lado del salón pero atenta a cada movimiento de ambos.

- No, ya te dije que no, eso no sería prudente – empezó a acomodarle el cabello y la tiara para disimular, pero el menor empezaba a hacer su berrinche, no sabía que era peor, el portándose como un niño mimado o la forma en que la reía lo escudriñaba desde la poca distancia.

- Por favor, haré lo que sea.. solo quédate conmigo cuando ella venga, con tu mirada asesina se mantendrá en su lugar, si – el no se daba cuenta lo que le estaba provocando, pobre Taehyung, suspiro.

- Bien, acabas de decir que harás lo que sea, entonces lo haré – el asintio seguro y sonrió, tuvo el impulso de darle un beso en la mejilla pero Kim lo detuvo antes de que actuará, podía leerlo a la perfección.

T es que la princesa Yuri en verdad se lo comía con la mirada, acaso está mujer no conocía la prudencia, oh y la forma en que también empezó a ver a Kim, todos los que pasaban podían notar lo incómodos que ambos estaban con la presencia de ella, pero parecía que el rey y reina no lo notaban, para ellos, ella hacia una bonita pareja con su hijo, enfermos.

Estaban poniendo a su único hijo en bandeja de oro y ofreciéndolo cómo si fuera un bocadillo.

Jungkook tenía en toda su cara escrito incómodo, pero aún así trataba de sonreír, tenso pero lo hacia, con intentos inútiles de quitar sus manos de las suyas, porque las de ella no podían dejar de tocarlo, sus mejillas, hombros, piernas, Taehyung a su lado no podía hacer nada, pero sentía que la sangre le hervía por dentro, eso era inaceptable, cualquiera que lo viera creería eso, porque sus padres lo hacían.

Se levantó porque en serio tenía que saber la razón, sabía que de alguna manera lograría convencer al rey de buscar a otra persona, vio como Jungkook lo miraba con ojitos de cachorro, diciendo que no lo dejara, pero tenía que aprovechar que la reina estaba tomando el té mientras hablaba con unos estilistas y sastres, así nadie interrumpirá y lograría su cometido, se disculpo con la mirada y salió de ahí.



Si se casa con ella, está guerra ni siquiera empezará, nadie quiere una en estos momentos, además con ella aprenderá a madurar, lo necesita”

Sus manos empujaban la espada con tanta ira, cómo era posible que lo hiciera por eso, dónde quedaba la supuesta dignidad que tenía, había vendido a su hijo a los del reino que le declaraban guerra, porque no solo salía y luchaba para defender su nombre, no entendía porque todos tenían que ser así, sabía que el rey Jeon siempre tenía sus cartas, pero ninguna era buena.

Tu padre fue un excelente guerrero, dio la vida por nosotros, siempre será recordado por eso, tu y tus hermanos deben estar orgullosos de llevar su apellido”

Mentiroso, era un mentiroso y manipulador, el si lo era, tenía engañados a todos, incluso a su esposa e hijo, era egoísta buscando lo mejor para ellos pero de las maneras mas.. tan solo de recordarlo le daba ganas de clavar su espada en su pecho, quería decirle a todos el tipo de rey que tenían, porque no era lo que todos creían.

Desarmo a su oponente y tiro la espada, su respiración algo agitada, miro a los alrededores y la figura del príncipe apareció, pero no parecía estar bien, cubría su boca con una mano mientras caminaba casi corriendo, chocó con algunos guardias y se perdió por ahí, vio el reloj enorme que había ahí, la princesa aún estaba ahí, que había pasado, recogía su espada y agradeciendo a los guardias fue tras el.

Apenas abrió la puerta escucho sollozos, cerró y lo busco por la habitación, no estaba pero la ventana estaba abierta, fue hasta ahí y lo vio sentado sobre una almohada tapándose el rostro y claro estaba llorando, se agachó a su altura para sentarse también frente a él, aún parecía no notar su presencia, tocó con sutileza su rodilla, y no se esperaba que se asustara por eso, su expresión de horror desapareció al ver que era él.

- Que paso y la princesa – pregunto haciendo círculos en su rodilla, el limpio sus lágrimas sin dejar de ver su mano, tenía la cabeza algo gacha.

- N-no lo sé, no quiero volver a verla, e-ella.. no me agrada, e-es mala – nuevas lágrimas salieron, sabía que podía ser muy sensible pero quería saber que paso para ponerlo así.

- Ella te hizo algo, intento algo, dímelo alteza, así puedo ayudarte – acercó su otra mano a su barbilla y lo alzó, apretó la mandíbula al ver en su pómulo una marca rojiza, su labio inferior lastimado y no porque el lo haya mordido.

- Dime qué pasó – su voz saliendo más ronca y estaba molesto, en verdad lo estaba, lo vio abultar el labio y hasta ese momento no lo miraba.

- E-es tu culpa, si no me hubieras dejado solo con ella, n-no habría pasado, eres malo, creí que.. creí que me querías – sollozo, se sentó cruzando las piernas y lo insisto a qué sentará en ellas de lado, el rodeo su torso escondiendo el rostro en su cuello llorando más.

- Ya, no creo que tardaría o que pasara.. lo que sea que paso, me vas a decir que paso – el asintio dejando la mejilla apoyada en su hombro, contemplando el perfil del rubio.

- Quería hacer cosas, esas cosas, m-me beso a la fuerza, yo no quería y me lastimo, me grito cosas feas y-y – tocó su mejilla, todo lo que pudo pensar fue, que le harían los reyes del otro reino si encontraban a su hija desmembrada porque era lo único que pensaba por haberlo tocado, si tal vez no se daba cuenta, aún, de lo que sentía.

- Ya veo, voy a ver si puedo hacer que no vuelvas a verla, te gustaría eso – lo vio asentir, secó su rostro y rozo apenas el moretón rojizo, bien no parecía que fuera a volverse más oscuro, vio su labio y tenía que calmarse o cometería un locura.

- P-puedes.. darme un besito – la suave voz que uso el menor le causó tanta ternura.

Oh tampoco se daba cuenta de que cada día se hundía en ese pozo profundo, es que con solo mirar sus ojos podía olvidar todo ese enojo, esa ira que llevaba en el alma, era como si el fuera un enorme dragón de 3 cabezas, furioso que destruía todo a su lado, cegado por maldad, pero entonces llegaba el y con un simple toque lo calmaba, así de fácil.

Dejo besos en sus labios, de alguna manera buscando animarlo de nuevo, no lo admitía pero prefería verlo sonreír, el era como una luz en medio de su oscuridad, mostrándole dónde estaba la salida que se negaba a aceptar, pero inconscientemente se acerca poquito a poco; cuando escucho su risita no reprimió la sonrisa que se formó, en verdad sentía calma con él.

Lo abrazo para que se sintiera mejor, pero parecía que el que más necesitaba ese abrazo era él, se quedaron así unos minutos, largos minutos, dejo que acariciara su cabello y jugará con el, mientras aspiraba si aroma, y su nariz rozaba la piel de su cuello, estaba pedido, lo sabía, pero no lo admitiría, no siquiera pensaba en el plan inicial que lo llevo ahí, no quería pensar en eso, no estando con él.

- Crees que mis padres te acepten – ese era el príncipe, no entendió a qué se refería y no quería alejarse, estaba cómodo así, con el entre sus brazos, tocando su cabello, dejando sutiles caricias en su cintura y espalda.

- Me refiero a.. si ellos acepten que estemos juntos – Ok ese era un tema serio, contra toda su voluntad se separó para verlo, el le sonrió con labios sellados, se veía más tranquilo.

- Yo creo que sí no me cortan la cabeza, me enviaran lejos, muy, muy lejos de aquí, alteza soy solo un simple soldado, no lo aceptarían por nada del mundo – vio como su expresión se entristecía, pero era la verdad, sería un escándalo total, la burla para ellos que su único hijo este con un asado de rango,. Inaceptable.

- Tae, tu me quieres, me quieres de verdad? – pregunto mirándolo a los ojos, no supo porque se sintió tan desarmado con esa mirada llena de sentimientos, aunque estaba algo brillosa por las lágrimas.

No recuerda cuando fue la última vez que quiso a alguien, que de verdad haya querido, porque la forma que quería a sus hermanos era diferente, pero a Jungkook, no sabía, en serio no lo sabía o solo estaba negándose a aceptarlo, podía ver la desesperación en los ojos contrarios, cómo si le duplicarán que.. pero las palabras no se formulaban, no podía responder a eso, no era tan fácil.

Su labio inferior tembló ante el silencio y la mirada casi vacía del otro, un par de lágrimas se escaparon, soltó un suspiro entrecortado, solo había una forma de interpretar el silencio, bajo la cabeza ya no pudiendo sostenerle la mirada, más lágrimas cayeron nublando su vista, bajo sus manos para secarlas, se sentía tan vulnerable llorando así, porque era un llanto diferente, lleno de sentimientos.

Taehyung se sintió horrible por no saber cómo responder, desde cuándo sentía eso, dejando de lado la cosa, alzó el rostro del menor que cerró los ojos negándose a verlo, con los pulgares retiró las gotas saladas, no sabía que más hacer,  juntó sus labios dejando cortos besos, el sabor salado de las lágrimas en su boca, suspiro al tiempo que el lo hizo.

- Perdón, solo no encuentro las palabras adecuadas para decirlo, está es la única manera en la que puedo decirlo – hablo sobre sus labios antes de besarlo con más intensidad.

Al príncipe se le complicó un poco seguir el beso, pero lo hacia, se sostuvo de su camisa, una sensación diferente creciendo en su pecho, la sentía más fuerte, más.. todos sus sentidos se perdieron cuando el mayor le hizo abrir más la boca y su intrusa lengua se hizo paso, haciéndolo jadear, sonrió tomándolo de la cintura para acercarlo más, casi recostándolo en sus piernas, mordió suavemente su labio antes de separarse.

Está vez si abrió los ojos, tenían un brillo diferente, sus mejillas y nariz rojas, labios separados respirando algo rápido, hermoso, dejo un par de besos antes de decir – Espero que eso haya respondido a su pregunta alteza – solo sonrió escondiéndose entre su cuello y hombro con el corazón a mil

My princeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora