JungKook creía tener todo y ser feliz con eso, hasta que, por "casualidad", se reencuentra con JiMin, un chico del cual estuvo enamorado en la secundaria, pero que jamás le correspondió por la forma tan obsesiva y pasional en la que intentaba llamar...
Esa última noche como bailarín contemporáneo, sin duda, fue la mejor de todas. Incluso el encuentro con Jeon no fue tan malo, aunque todavía le aterraba su mirada, era muy penetrante y con ese oscuro en los ojos era inevitable no perder el control de las emociones. Ciertamente todo pasó muy rápido, pero JiMin sintió que en la despedida todo se detuvo un momento, exactamente cuándo conectó miradas con el castaño. Después desapareció rápidamente yendo detrás de Irene quien ya no se encontraba ahí. El pelirubio pensaba en si algo había pasado entre ellos pues, sintió mucha tensión cuando estaban los tres y JungKook no dejaba de mirarlo, tanto, que lo hizo sentir pequeñito. "Al menos fue educado, no como la última vez" pensó para sí mismo. Y no podía nergar que se veía guapo, bueno, siempre lo fue. Además de sus músculos, había embarnecido un poco, incluso estaba más alto y su mano tatuada... sus pircings...
... "Mierda"
Dejó caer la taza de café involuntariamente. Por un momento se olvidó de ser consciente de lo que traía en sus manos y agitó la cabeza para disipar todos esos pensamientos, no se lo podía permitir, no era correcto. ¡Por Dios! Era el novio de su amiga, sin ignorar lo que pasó cuando eran adolescentes, se suponía que debía sentir miedo por él, no atracción.
Limpiar el pequeño desastre en su estancia le ayudó para coger un poco de sueño y dejar de lado sus pensamientos inadecuados. Se fue a la cama creyendo que tendría mejores días y tal vez menos encuentros con Jeon, pero a Irene si quería verla más seguido. Al menos las primeras dos semanas no sería posible, porque su nueva vida comenzaba en poco tiempo y eso le emocionaba. Por ahora sólo quería dormir e ignorar todo lo que pasaba y lo que se venía.
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En el departamento de JungKook la situación no fue tan mala, pero tampoco la mejor. Preparaba el sillón para poder dormir ahí, ya que Irene dormiría en el cuarto de él. Su relación no estaba rota, pero después de dialogar un rato más sobre sus intereses se dieron cuenta que ya no podían seguir juntos, aunque al principio Jeon no quería aceptarlo a pesar de haber confesado que seguía enamorado de JiMin. Al final lo entendió y escuchó a la castaña quien, con suma tranquilidad, expresó como se sentía con respecto a esa confesión. "No pienso competir con nadie" sostenía con mucha seguridad. "Y tu tampoco puedes ir en contra de lo que sientes". Esos fueron sus argumentos contundentes que el castaño ya no pudo objetar.
Se recostó en el sillón con dirección a la ventana, aún con la cortina semi abierta y con el anillo de compromiso que Irene le había devuelto. Aunque Jeon insistió con que no era necesario porque era de ella y para ella y porque tenerlo con él sería un desperdicio. Sin embargo, no quiso conservarlo, al menos no por el momento. Quería empezar desde cero ahora que saldría de viaje nuevamente, pero esta vez a la expectativa de que nuevas personas llegarían a su vida, porque algo sí era seguro; no volverían a estar juntos como pareja. Y en cuanto a su amistad, la retomarían, aunque intentarían ir despacio. Ambos se tomarían su tiempo y espacio para poder crecer y reflexionar sobre lo que habían aprendido durante estos casi tres años.
