—Creo que no es buena idea.
Después de tener una plática profunda y necesaria con Irene, LeeMin había estado corriendo en círculos en su mente a causa de no saber cómo buscar a TaeHyung. Sabía dónde podía encontrarlo, sin embargo, no tenía las palabras correctas para justificar el hecho de que estuvo desaparecido casi tres semanas completas. No era del todo su culpa. Por alguna razón, aunque podría ser muy evidente, NamJoon le dio un acenso. Ahora era su asistente personal, algo que requería de su total compromiso con la empresa y su jefe. Las cosas iban bien para los Kim, su entrada en el mercado chino los había sobrecargado de trabajo y era precisamente por eso que LeeMin ya no gozaba de la misma libertad que antes. Pero ahora tenía tiempo, era fin de semana y su jefe decidió salir con su novia para acompañarla en su viaje de negocios. Últimamente hacían eso uno con el otro, pues no querían despegarse o pasar mucho tiempo alejados. Definitivamente, Irene había cambiado y eso indicaba que estaba con la persona correcta.
En cuanto a él, bueno, ni todo ese tiempo le dio alguna idea o un pretexto para buscar a TaeHyung, cuando el motivo era bastante evidente. Sin embargo, tenía miedo de que lo rechazara o que se mostrara molesto por tener la osadía de desaparecerse sin dar una explicación. Aunque claro, no tendría por qué darle alguna, no obstante, él tenía la imperiosa necesidad de contarle sus motivos, todo en caso de que él se lo preguntara. Y ahí estaba, completamente invadido de los nervios yendo y viniendo sin saber qué hacer. Por un momento se sentía con la suficiente valentía de entrar al edificio donde vivía Tae pero, antes de que pudiera poner un pie dentro, se arrepentía y volvía por el mismo camino. Repitió el mismo acto tantas veces que ni siquiera podría enumerarlas. Sabía que estaba perdiendo mucho tiempo porque lo más probable era que ni siquiera estuviera en su departamento. Al ser modelo seguramente tenía una agenda apretada y no tendría tiempo de verle. Así que se quedó un rato parado cerca de la entrada regañándose a sí mismo por no poder hacer algo tan simple cuando, inesperadamente, se encontró con ese rostro tan jodidamente sexy y, a la vez tierno, que lo tenía en una montaña rusa de emociones.
—¿Qué haces aquí? —inquirió TaeHyung sin poder ocultar su sorpresa.
Había dejado de esperarlo a que apareciera de la nada, se convenció de que no tenía la posibilidad de entablar por lo menos una amistad con él y, con todos sus días ocupados, no tuvo tiempo de pensar en eso o de sentirse mal al respecto. Sólo, simplemente, dejó fluir las cosas, tal y como su mejor amigo le aconsejó. Ahora estaba por ir a comprar comida para pasar su tarde libre viendo películas y hundiéndose en su soledad sin más opciones que tener, pero ver ahí afuera de su edificio al hombre por el cual se sentía sumamente atraído, definitivamente, encendió una chispa en su interior.
—Discúlpame—hacía reverencias pensando que el pelinegro estaba molesto—Sé que debí avisarte que vendría, pero...—sonrió con muchos nervios en su interior—es que no intercambiamos números.
—Oh, es verdad—correspondió a su sonrisa—Está bien, me alegra verte otra vez.
LeeMin se sentía como un adolescente al no saber cómo reaccionar ante todo lo que TaeHyung representaba y por la forma tan grácil y amable con la que se dirigía a él. Ahora se sentía como un estúpido después de haber perdido tanto tiempo tratando de tomar valor para entrar a buscarlo, cuando todo era más simple de lo que pensó. No fue tan complicado, además, Tae ni siquiera estaba molesto, al contrario, sus emociones eran como un circuito eléctrico que no lo dejaba pensar con claridad.
—¿Tienes planes para hoy? Es que yo... bueno...
—No, es mi día libre—TaeHyung sonrió en demasía por lo evidente de esa pregunta. Se sentía muy emocionado por lo que estaba a punto de suceder, pero disimuló—iba por comida...
ESTÁS LEYENDO
Siempre Tú (Kookmin)
FanfictionJungKook creía tener todo y ser feliz con eso, hasta que, por "casualidad", se reencuentra con JiMin, un chico del cual estuvo enamorado en la secundaria, pero que jamás le correspondió por la forma tan obsesiva y pasional en la que intentaba llamar...