—Te juro que ahora si no puedo caminar—decía JiMin intentando acomodarse en el asiento del copiloto.
—¿Seguro que no es un pretexto para cargarte en mis brazos todo el tiempo? —acusó JungKook
—¿Necesito un pretexto para que eso suceda? -inquirió con una sonrisa pícara.
—Para nada—depositó un beso tierno sobre esa nariz que le volvía loco y abrochó el cinturón de seguridad sobre el cuerpo contrario—Tienes una hora y media para recuperarte. No querrás caminar de esa forma tan extraña frente a mis padres ¿o sí? —enarcó una ceja.
—Fue tu culpa—gesticuló un puchero.
—Tú me provocaste, cielo—besó fugazmente el puchero de JiMin—Asume las consecuencias. Ayer calentaste cada fibra de mi ser. Y espero con ansias poder repetirlo.
Se habían vuelto completamente insaciables, incluso ahora mismo estaban besándose como si ayer no lo hubiesen hecho. Fue una noche muy larga. Demasiado, a decir verdad. Después de esa confesión de amor tan maravillosa, JungKook llevó al pequeño a la recamara para terminar con sus deseos más lascivos y por demás sucios. Lo colocó en distintas posiciones y explotó cada parte de su cuerpo. Lo hizo gemir una y otra vez hasta que se cansó de penetrarlo y el rubio lo disfrutó mucho. Cabe destacar que le dejó el antifaz en todo momento, le resultaba demasiado excitante y ardiente para su vista. Incluso le dijo que le compraría más cosas como esa. Jamás se había sentido tan satisfecho en toda su vida. Sin duda, JiMin llegó a cambiar muchos aspectos de la vida del castaño.
El rubio no se quejaba de tener la incapacidad de caminar temporalmente. Sí dolía, pero cualquier rastro de esa sensación desaparecía con los mimos que su novio le hacía. Desde que despertaron lo acarició y lo apretó contra su cuerpo. Lo llevó cargando hasta la ducha para bañarlo nuevamente con sus propias manos. Repitió el mismo proceso en todo lo demás; lo visitó, le dio de comer y en ningún momento lo dejó caminar. Siempre lo sostuvo en sus brazos. Así que no podía reprocharle la noche tan salvaje que tuvieron. La amó.
Ahora debían viajar hasta Busan donde se encontrarían con los Jeon para tener una velada familiar que era muy importante. Así la catalogaron ellos mismos. Y no sólo asistirían ellos dos; también estarían Irene para presentar a NamJoon y LeeMin con Tae Hyung, a quien la familia ya había aceptado, pero ahora sería una entrada más formal. Así que, sí, era muy importante. JiMin se sentía un poco inquieto por eso. Era su entrada oficial dentro de la familia Jeon, que no era cualquier familia en Busan, de hecho, era una de las más respetadas por la fama del abuelo Jeon y la que JungKook había ganado en los últimos años. No eran muy ricos en dinero, pero tenían lo suficiente como para vivir sin preocupaciones y con comodidades en esa casa grande. Así que con toda esa información no podía evitar sentirse diminuto.
Para JungKook no pasó desapercibido el semblante que JiMin emanaba. Sus ojos completamente pegados al cristal viendo a través de éste sin saber exactamente qué. La forma en que movía su pierna a ratos o su dedo pulgar ligeramente introducido en su boca. Tal parecía que estaba un poco aturdido y muy hundido en sus pensamientos. Así que colocó una mano en su pierna para masajearlo lentamente, quizá con eso lo calmaría un poco. Y funcionaba, para JiMin el tacto de JungKook era algo muy necesario. Tenía distintas funciones; relajarlo, consentirlo y excitarlo, por supuesto.
Sus nervios desaparecieron en cuestión de segundos. Era sumamente relajante sentir esas caricias aún por encima de la ropa. Se giró para mirarlo, siendo completamente cautivado por lo que sus ojos veían; era el ser más ardiente del planeta y verlo manejar con esa expresión de concentración y su mirada fija en la carretera exponiendo ese perfil tan imponente y varonil le volvía loco. Y ni hablar de ese cabello castaño ligeramente largo que le cubría una parte del ojo. ¡Dios! Cualquier persona podría enamorarse de ese ser. Pero afortunadamente, JungKook era suyo y no estaba dispuesto a compartirlo con nadie más. Muy territorial de su parte.
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Siempre Tú (Kookmin)
FanfictionJungKook creía tener todo y ser feliz con eso, hasta que, por "casualidad", se reencuentra con JiMin, un chico del cual estuvo enamorado en la secundaria, pero que jamás le correspondió por la forma tan obsesiva y pasional en la que intentaba llamar...