Capítulo 41 Fama💜

2.8K 350 34
                                    

A veces parecía increíble la velocidad del tiempo y cómo es que, en un abrir y cerrar de ojos, las cosas tomaban su lugar por sí solas. Había pasado medio año desde que JiMin y JungKook salían como una pareja formal y, por muy asombroso que pareciera, no habían tenido ninguna discusión. Estaban conscientes de que algún momento sucedería, sin embargo, ahora estaban muy a gusto con lo que tenían. Quizá era porque vivían juntos y sólo se separaban para ir a trabajar. Y quizá también porque, prácticamente, sus noches haciendo el amor eran interminables. Siempre estaban insaciables. Nunca se cansaban de probarse y, aunque muchos dirían que no es así, entenderse en el sexo es uno de los pilares de la relación. En cuanto a lo demás también se entendían; había veces en las que JungKook demoraba más de lo habitual en la galería debido a su inspiración que no podía desaprovechar. Y otras veces en las que JiMin pasaba todo el día fuera atendiendo sus asuntos con el grupo y yendo de un lado a otro con SeokJin quien ya era su representante formal y siempre estaba buscando lo mejor para él.

Era impresionante como en cuestión de semanas la fama del rubio aumentó en gran cantidad. Incluso viajaba con chofer por órdenes de SiHyuk quien había estado un poco intenso durante los últimos días. Todo era para seguridad de él y de los chicos que también contaban con el suyo. Pero la mayor protección era para JiMin. Aun así, intentaba conservar un poco de su vida normal y todo eso era gracias a JungKook que, cada vez que estaba con él, se desconectaba de su vida de Idol para concentrarse en su relación y mayor motivo de existencia. Así que se podría decir que tenía todo bajo control; su carrera, su vida, su relación y todo. Ambos disfrutaban de esa nueva etapa e incluso se atrevían a planear a futuro muy dispuestos a continuar eligiéndose por encima de todas las cosas.

Ahora se avecinaba una fecha muy importante y quizá, la que marcaría un antes y un después en la vida de ambos; la exposición de JungKook. Estaba programada para una noche de viernes y se esperaban grandes invitados. Claro que estarían los empresarios que eran fieles al arte del castaño, pero también vendrían personas importantes de Paris. Y aunque en los primeros días parecía que al chico no le importaba ni le intimidaba la magnitud del evento, ahora era un manojo de nervios que iba y venía por todo el departamento.

Al ser una noche especial, JiMin liberó su agenda para dedicarse completamente a su novio y a su momento. Quería apoyarlo y animarlo muy de cerca. Quería ser testigo del triunfo que se aproximaba, porque siempre esperaba lo mejor para él. Así que, al verlo morderse las uñas mientras revisaba los últimos detalles de la exposición, se acercó a él y se tomó el atrevimiento de sentarse en su regazó y éste, lo recibió muy complacido; el rubio acarició el cabello del contrario y comenzó a dejar besos por todo su rostro, hasta que bajó a la curvatura de su cuello y ahí fue donde se ganó un apretón de glúteo.

—No estés tan nervioso, JungKookie —habló seductoramente.

—E-es la exposición más i-importante de mi vida—dejó salir un suspiro.

El rubio se incorporó para poder verlo y se encontró con esos ojos oscuros que tanto le encantaban. Se permitió nuevamente pasar sus manos por el cabello castaño del contrario y masajeó lentamente para después observar como cerraba los ojos en vista de que ese toque era muy placentero. JungKook siempre disfrutaba de esa cercanía con su novio. Amaba que estuviera para él sin necesidad de pedírselo. Era como si lo llamara con la mente y éste acudía sin contratiempos. Y mientras observaba sus labios carnosos y cada facción de su rostro, recordó las primeras veces que estuvo cerca de él cuando la lucidez había vuelto a su ser después de salir del centro de rehabilitación. Eran tantos recuerdos, era tanto que albergaba en su interior que era imposible creer que seis meses los consumieron demasiado rápido, pero muy satisfactorio. Su confianza aumentaba con el paso de los días y su amor crecía y crecía sin ningún contratiempo. El castaño amaba cada fibra del ser que tenía sentado en su regazo. Amaba que fuese lo primero que sus ojos veían cuando se abrían por las mañanas. Amaba recibirlo en sus brazos cada vez que volvía al departamento. Amaba verlo sonreír. Amaba besarlo apasionadamente. Amaba todo y cualquier cosa, por simple que pareciera, que fuese de él, de su novio.

Siempre Tú (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora