Capítulo 27 Reinicio💜

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Era difícil creer como a veces funcionaba la vida en base al destino en el que muchos no creen. Sin darte cuenta todo se acomoda con un sólo propósito, en ocasiones bueno, en otras malo. Pero el destino no da pasos en falso y cuando decide algo lo cumple. Antes JungKook no entendía por qué tantos contratiempos con el vuelo de Irene, tampoco hubiera entendido por qué platicó demás con JiHyo o por qué de pronto NamJoon tuvo que salir de Corea. Todo, absolutamente todo, era con el único motivo de que él se encontrara con su pequeño ángel, frente a frente, como tanto había deseado esos últimos días.

Tanto habían deseado verse y sentirse, que el universo se los concedió, siendo el único testigo de cuántas noches se echaron de menos, de cuántas veces al día se pensaban y que incluso coincidían. Tal vez no lo hubieran imaginado, pero querían creer que sí, que cada vez que miraban al cielo se pensaban mutuamente. Que cada vez que veían una foto del contrario sonreían como si aún fueran adolescentes enamorados. Que cada vez que dormían aparecían en los sueños contrarios para poder tener un acercamiento necesario. Sí, siempre estuvieron conectados entre ellos. Desde que nacieron ya estaban atados por ese hilo rojo que, por más que se estiró, incluso a través del mundo, jamás se rompió. Y si la distancia y el tiempo no pudieron desbaratarlo, nadie más podría porque, al final, ellos buscarían la forma de volver a estar juntos sin importar las complicaciones. Y ese instante en el que se miraron a los ojos después de mucho era la prueba de que su destino era estar juntos. Lo dificultoso se había quedado atrás. O eso era lo que esperaban.

Se sentaron en una mesa para platicar. Se había vuelto costumbre tomar café, aunque esta vez el aire ya no era tan incómodo. Había tensión, pero con un deseo insólito que ambos sentían en su interior esperando la más mínima oportunidad de poder conciliarlo. Lo notaban en sus miradas tan profundas cuando sorbían café, en cómo se estudiaban de pies a cabeza o incluso en la forma en que limpiaban con la lengua sus labios. Inconscientemente se provocaban mutuamente; lo que hacía uno, lo hacía el otro.

Unos cuantos instantes se mantuvieron en silencio observando a su alrededor en espera de que alguien rompiera el hielo y comenzara hablar. JungKook tenía muchas preguntas en su interior, pero no lograba formular ninguna, al igual que JiMin quien hubiera practicado muchas veces en el avión qué decirle al castaño cuando lo tuviera enfrente, pero ahora no recordaba nada ni tampoco se le ocurría otra cosa, hasta que pensó en su hermano. Sí, esa sería una buena opción para iniciar una plática.

—Estoy muy agradecido por la oportunidad que le has dado a JiHyun—sonrió tímido—es muy significativo para él, para mi familia, pero sobre todo para mí.

—Bueno...-r—ascó su nunca entre risitas nerviosas—para mí es un placer. Nunca imaginé que tuvieras un hermano tan talentoso—entonces en ese momento recordó algo que pensaba no sucedería—S-supongo que irás a la exposición ¿no?

—¿Cómo? —JiMin lo miró confundido.

Sólo una vez su hermano menor le mencionó sobre la exposición en Busan, le dio fecha y hora, pero el rubio lo olvidó porque era evidente que no podría asistir. Los planes cambiaron y ahora no estaba al tanto de cuando sucedería eso. Y JungKook daba por hecho que lo sabía, pero aún más importante, él estaría ahí. Y ahora ¿cómo iba a explicar todos los cuadros que había pintado de él y que estarían al alcance de muchas miradas curiosas? Se sintió nervioso, pero aún más extrañado por la expresión del rubio que parecía no tener la más mínima idea de que mañana era un día importante para su hermano menor.

—La exposición de arte—lo miró con cautela—donde tu hermano exhibirá sus pinturas, es mañana.

—¿De verdad? —respondió abriendo sus ojos por la sorpresa—¿En Busan?

Siempre Tú (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora