El club de las C

33. Una semana de mierda.

Capítulo sin editar

Capítulo 33. Una semana de mierda.

NARRA COURTNEY

Todas nos quedamos perplejas con las declaraciones de Candice. ¿Elegir un bando? ¿Qué era esto?¿La guerra? Hemos sido amigas por tanto tiempo y ahora por una mentira todo iba a pudrirse.

—¿Creéis que va en serio? —La pregunta de Brian nos trae de vuelta a la realidad a todas. Observo a mis amigas y están paralizadas. Demasiado drama innecesario creo yo.

—Espero que no por el bien del grupo —responde Cecile aplanando sus labios.

Es una situación violenta para todas y nuevamente vuelve a ser por la misma persona: Eiden. Desde que Eiden y yo hemos empezado a llevarnos todo son dramas con Candice y ahora viendo cómo mintió y me vendió estoy empezando a pensar que fue mala idea intentar acercarme a él y ponerme en su lugar.

Es un egoísta que trata fatal a su novia y a sus amigos y eso no va a cambiar por mucho que yo tuviera la esperanza de que lo hiciera.

Mis amigos siguen hablando de cosas a las que no les presto atención ya que por mi mente solo pasa una cosa: acabar mi amistad con Eiden.

—Chicos me tengo que ir —digo rápidamente para coger el primer bus que me deje en el hospital. A veces soy demasiado impulsiva y creo que este es uno de los momentos en el que lo estoy siendo.

Por el camino alguien tira de mi. Al girarme voy a poner una mueca de enfado. Sin embargo, cuando veo de quién se trata intento parecer amable.

—Hola —suelta con un tono de voz apagado.

—Hola, ¿qué pasa? —Tengo a un David distinto en frente mía. Desde la fiesta de halloween apenas hemos hablado y no sé si es eso lo que hace que ahora mismo esté así de apagado hablando conmigo. La verdad es que me siento mala amiga por no haber estado más pendiente de él pero con todo lo que se me ha venido encima últimamente me ha sido imposible.

—Suspendí historia, ¿y tú que tal? —David resopla y deja caer su mirada al suelo. ¿Será solo el suspenso lo que le preocupa?

Me acerco a él y le doy un abrazo. Gesto el cual no se espera puesto que de primeras se queda paralizado. Luego al dejar el asombro a un lado ya si corresponde mi abrazo.

—No te preocupes, solo es un parcial que podrás recuperar, ya verás —Se me da fatal consolar. Cada vez que lo intento siento que en vez de ayudar empeoro aún todo más.

—Últimamente estoy muy despistado, es horrible Courtney.

Quiero consolarle pero al mismo tiempo me impaciento por ir al hospital.

—¿Tan mal estás? —Él asiente.

Al final termino decantándome por lo que toda buena amiga haría y me quedo hablando con él. Ya podré solucionar lo de Eiden otro día.

(...)

Una semana ha pasado desde lo de Candice. Mis amigas han tenido que dividirse entre ella y yo. Tampoco he ido al hospital porque cada vez que lo intento siento un gran malestar.

Y aquí estamos nuevamente un lunes por la mañana en la hora del recreo junto con Caitlin y Cecile.

—No va a perdonarme en la vida —comento mirando como Candice está la mar de contenta junto con sus nuevos amigos, es decir, Jessica, Daniel y otra gente del equipo y varias animadoras.

—En algún momento lo hará —me consuela Caitlin.

Las tres no dejamos de mirarla. Disimuladas precisamente no es que seamos.