Capítulo sin editar.
Punto de vista de Caitlin
Camino por un prado verde hasta que me encuentro con una mesa enorme llena de diferentes tipos de comida, hay desde chocolate hasta pollo frito.
Estoy tan ansiosa por comerme todo lo que hay en la mesa que comienzo a correr lo más rápido que puedo hasta llegar ahí. No obstante, cuando voy a darle el primer bocado al pollo un sonido molesto hace que todo se torne negro.
Abro mis ojos dándome cuenta de que todo había sido un sueño, un delicioso y grandioso sueño.
—La próxima vez que sueñes con pollo frito intenta no gritarlo —me aconseja mi hermana pequeña antes de salir de mi habitación.
—Gracias por el consejo, lo anotaré en la lista de cosas que no me importan —Elevo la voz para que lo escuche mi hermana pero con la mala suerte que tengo, quien parece escucharlo es otra persona.
—Caitlin, ¿qué te he dicho de soltarle ese tipo de comentarios bordes a tu hermana? —me reprende mi madre asomándose por el marco de la puerta de mi habitación.
Tan rápido como se asoma también desaparece de ahí. Yo me limito a resoplar y levantarme de la cama para empezar a prepararme.
Genial un nuevo día para ir al instituto, ¿cómo voy a querer comparar eso con poder comer toda la comida que me gusta?
Sé que por mucho que me lamente para ir al instituto eso no hará que se suspendan las clases pero que le voy a hacer si soy doña lamentos.
Al abrir mi armario cojo lo primero que veo y que me gusta. Al contrario que muchas otras chicas, para el instituto no soy de esas personas que se pegan la vida en elegir lo que ponerse o incluso de aquellas que hasta lo planean el día antes.
Cuando bajo las escaleras mi hermana está sentada junto con mis padres. Todos comen en tranquilidad, paz y armonía, así suelen ser los días en mi casa, excepto cuando mi hermana y yo peleamos por cosas como quien coge primero el mando de la televisión o quién se echa más refresco en su vaso.
Sí, con mi hermana sigo teniendo ese espíritu infantil.
—Caitlin hace tiempo que no vemos a tus amigas por aquí, deberías traerlas más a menudo para ver cómo están —incita mi madre.
Ella adora a mis amigas, es más, puede que parezca exagero pero yo creo que hasta las considera como parte de la familia.
Antes las cuatro solíamos quedar más en nuestras casas a hacer pijamadas, sesiones de películas, entre otras cosas. Sin embargo, desde que las clases empezaron esas cosas se han quedado en el olvido.
—Sí, es buena idea, para recordar viejos tiempos —respondo pensando en ello.
Tal vez eso es lo que nos falta a mis amigas y a mi, es decir, un momento de paz y tranquilidad estando las cuatro juntas porque durante estos últimos días eso es lo que nos ha faltado.
En mi vida la mala suerte ha predominado de ahí que tenga un crush con un chico con el que apenas unos meses atrás solo observaba desde la distancia y ni me atrevía a hablarle. Sin embargo, comparado con los problemas de las otras C, lo mío se queda corto. En el caso de Cecile están sus problemas familiares, de los que últimamente evita a hablar, lo que quiere decir que están yendo a peor. Luego están Candice y Courtney quienes están peleadas debido a que Candice piensa que Courtney fue quien le contó a Eiden lo que pasó con Daniel. Lo que Candice no sabe porque no quiere escuchar a Courtney es que fue el propio Daniel quién se lo contó.
ESTÁS LEYENDO
El club de las C
Novela JuvenilCandice, Courtney, Cecile y Caitlin acaban de comenzar su cuarto año en el instituto. Sin embargo, lo que no saben es que con la llegada de un nuevo curso sus vidas darán un cambio drástico, se enamorarán incluso de quien nunca habían esperado y les...