29. En el hospital se cuentan mentiras

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Capítulo sin editar

Capítulo 29. En el hospital se cuentan mentiras

NARRA COURTNEY

Escucho mi móvil vibrar por quinta vez.

A pesar de que lo correcto sería cogerlo, declino esa idea por seguir durmiendo algo más. Mañana hay clase y aún me queda una hora más antes de tener que despertarme.

Hay que aprovechar al máximo las horas de sueño.

Una hora y media después es lo que tarda en sonar mi despertador. Cuando lo hace, lo primero que hago es observarme frente al espejo. Gracias a las llamadas de ayer, tengo cara de zombie andante.

—Courtney, date prisa o llegaremos tarde —Mi madre intenta meterme prisa.

No quiero enfadarla así que me pongo en marcha.

Realmente no tardo mucho en llegar a clase y lo agradezco puesto que hoy mi familia ha estado más callada de lo normal y en cierta parte, me ha resultado incómodo.

Como siempre, espero fuera a que lleguen las demás. Sin embargo, esta vez, a pesar de haber llegado tarde, ninguna aparece y eso me preocupa. Si iban a llegar tarde, ¿por qué nadie me avisó?

Mi teléfono vuelve a vibrar. Es la primera vez que lo hace desde anoche. La verdad es que no me había parado a mirar todas las llamadas y mensajes que tenía. Ahora que lo hago me doy cuenta de que mis amigas no han parado de llamarme toda la noche. Eso explicaría que ahora mismo no esté ninguna en clase.

—Por fin te dignas a contestar —Cecile suspira al otro lado de la llamada. Por su tono de voz no creo que venga a darme buenas noticias.

—Lo siento necesitaba descansar —Utilizo como excusa—, ¿qué pasa? —añado finalmente buscando una explicación.

Detrás de ella escucho más voces familiares así que supongo que estarán todas mis amigas juntas.

—Eiden tuvo un accidente ayer en la fiesta y lo han tenido que ingresar.

Abro los ojos como platos preocupada por lo que acaba de contarme Cecile. Ahora todo el remordimiento por no haber contestado las llamadas se apodera de mi.

—¿Está bien? ¿Por qué está ahí? ¿Puedo ir con vosotras? ¿En cuál hospital está? —Las palabras salen solas por mi boca y noto como Cecile se ríe al otro lado de la línea. La preocupación se apodera de mi. ¿Qué puede haberle pasado tan grave como para que esté en un hospital? Candice de seguro que estará destrozada.

Estoy de pie en la entrada de la escuela y la gente no hace nada más que mirarme raro aunque en estos momentos es lo que menos me preocupa.

—Tranqui Courtney, está todo bien, te habíamos llamado porque creíamos que era conveniente que también lo supieras, por si te querías pasar.

Mi amiga y yo nos quedamos un rato más hablando de la noche. Yo le conté que había dormido fatal pero no entré en detalles del porqué mientras que ella me habló sobre la "aventurita" en la que se embarcaron Candice y ella: ir a una discoteca de forma ilegal para que Candice se arreglara con Eiden y al final encontrar a un antiguo amigo de Candice y enterarse de que Eiden terminó la noche en el hospital.

Vaya nochecita.

Cuando Cecile cuelga pienso en saltarme las clases de hoy. No creo que por un día haga mal a nadie.

Cojo mi teléfono móvil  y le escribo un mensaje a David, pidiéndole que si me podría pasar los apuntes de las clases de hoy se lo agradecería. Él, como es de esperar, se preocupa pero consigo tranquilizarle.

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