Capítulo 16 Alternativo

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Savanna Líncon.

Solo tenía que escuchar lo que gritaba mi corazón. Creo que siempre había estado ahí, pero estaba tan ocupada idealizando la idea de estar con el popular, con mi amor de la infancia, que no me di cuenta que tenía a Samuel que lo daría todo por mi. 

Así que mi decisión ya estaba bastante clara.

Corrí por los enormes pasillos del aeropuerto, la multitud me dificultaba la búsqueda. Estaba atestado con maletas y personas que andaban de un lado a otro. Ya me faltaba el aire, pero ni tiempo tenía.

Seguí en lo mismo, no había rastro del rubio, no lo hallaba.

No me iba a rendir así que me colé por otro puerta encontrándome con más perdonas, que estaban ya en la puerta de abordaje. 

Suspiré derrotada.

Quizás ya era demasiado tarde.

—Necesito entra ahí.

—No es posible —me detuvieron en la entrada.

Me quedé estática mirando a la nada, porque el avión ya estaba en las últimas maniobras para despegar.

El reloj marcaba las diez.

Definitivamente perdí a mi chico.

—¿Savanna? —escuché su voz a mi espalda y todo mi cuerpo se estremeció.

—¡Joder estás aquí! —corro y lo abrazo, su olor llega a mis fosas nasales y cierro los ojos.

—Había ido al servicio —se encoge de hombros— Mi vuelo se retrasó.

—Quédate, conmigo —pido— No te vayas, por favor.

—¿Te estás decidiendo por mi?

—Estoy haciendo lo que dicta mi corazón —digo.

—¿Tengo a mi chica? —pregunta divertido.

—Tienes a tu chica.

Sus manos envuelven mi cintura y me alza dando vueltas en el mismo lugar. Me besa, nuestros labios se rozan con pasión y sonrío dejándome llevar. 

—Pero no puedo quedarme —dice bajito y mi corazón se derrumba.

—Creí que tú...

—Ven conmigo es solo una semana —propone y me parece una locura— Llamas a tu mamá cuando llegues, todo estará bien. 

—No puedo hacer eso. Es imposible. Ni pasaje tengo.

—En realidad —se saca unos papeles del bolsillo— Lo había hecho todo por si venías a mi.

—¿Y si elegía a Charles?

—Me ibas a romper el corazón. 

Una persona cuerda hubiera regresado a su casa, pero yo no. Tomé aquel avión sin saber el destino.

—¿Por qué tiemblas? —Samuel susurra en mi oído. Ya habíamos levantado vuelo. 

—Es mi primera vez en un avión —confieso.

—Ven.

— No me pienso levantar de aquí.

—Confía en mi.

Lo sigo y terminamos metido en el baño del avión. 

—Esto está muy apretado aquí —digo y Samuel me sube sobre la encimera.

—Suficiente para lo que quiero hacer —ataca mi cuello— ¿Si tú quieres claro?

—Si quiero perder mi virginidad en un avión —respondo entre risas y me inclino para besarlo.

Sus manos acarician toda mi piel, va bajando mi ropa lentamente y me besa robando gemidos que no logro retener. Los dedos los lleva hasta la parte baja y frota la tela de mi bragas.

Quita la tela que le estorba para alcanzar su objeto. Su masculinidad rosa mis vientre y nos quedamos en silencio, mirándonos directo a los ojos, mientras el empuja suavemente hasta entrar por completo en mi interior.

Tengo claro que no es el lugar, ni lo que planeas, es solo la personas que amas lo que convierte el momento en perfecto. 

Entre Ellos ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora