Epílogo alternativo

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Mucho tiempo después. 

Savanna Líncon.

No recuerdo el día exacto, pero si la historia, cada momento de felicidad vivido. Mi boda, mi primer embarazo, la llegada de mi niño. El día en el que triunfe, por ende cuando todos supieron que Anónima25 era yo.

— Mamá, mamá — me chillan — Te va a coger tarde. 

— Ya casi estoy — protesto. En lo que termino de aplicar mi brillo labial.

— Estás muy guapa, mamá.

Samuel entra en la habitación y sonríe al vernos.

—Ya estamos todos listos —dice y me abraza.

—Podemos irnos —hablo nerviosa.

—Respira que todo saldrá bien.

Los tres nos subimos al auto. Casi llego tarde a la librería, me las arreglé como pude para pasar por desapercibida ya que toda esta multitud era por mis libros.

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Horas y horas firmando autógrafos, regalando sonrisas y fotos con aquellas personas que confiaron en mí.

La fila era inmensa, pero no podía estar más feliz, tomo el libro que colocan sobre la mesa, sin levantar la vista para firmar un autógrafo.

— ¿Algo en específico? — la pregunta que llevo haciendo todo el día.

— Lo nuestro nunca fue posible, porque quizás en esta vida no estábamos destinados a estar juntos — esa voz, mierda — Pero siempre seremos el uno para el otro, como amigos — doble mierda — Con amor, Charles.

Por suerte mi chico se había ido con el niño a comprar un helado.

— ¿A quién le darás el libro? — digo imaginando la respuesta.

— Para tí, yo ya me lo leí.

— Te recuerdo que yo lo escribí — me atrevo a mirarlo.

— Este lo amarás más, porque yo te lo regalo.

Tengo ganas de abrazarle, saber que ha hecho en todos estos años, pero no me atrevo. Una vez le puse punto final a mi historia llamada Charles Griffin y hoy por hoy no tengo intenciones de una secuela.

Porque miro a mi pasado y estoy más que feliz con todo lo que he logrado en el futuro.

— ¿Podemos hablar un segundo?

Me saca de mis pensamientos. 

Le hago una seña a la encargada de la editorial y me disculpo saliendo a la calle con mi antiguo amor de la infancia.

— No me lo podía ni creer cuando tú nombre comenzó a ser reconocido en todos los lugares.

— Yo tampoco me lo creía — le digo —, pero mírame aquí firmando mis libros en físico.

— Te mereces esto y más — aplaude — Escritora reconocida.

— Gracias — Seguimos caminando sin rumbo — ¿Que es de tu vida?

— Yo también me casé — confiesa — pero no con la persona que amo.

— Yo tengo tres hijos — hablo rápidamente — Dos gemelos de cinco años y una niña de ocho. 

— Lo sé, de hecho todo el mundo sabe sobre ti. 

— No es para tanto. 

— ¿Cómo está él?

— Un poco más maduro, con más tatuajes, pero sigue igual que siempre. Amándome desde el día uno.

— Me imagino. 

Volvemos a la librería. En la entrada me esperan y no me sorprende que este ahí vestido completamente de negro con aires de chico malo. 

— Debo irme — miro al rubio que me espera con la mano de mi hijo tomada.

— Fue un placer verte.

— Lo mismo digo — le sonrío antes de alejarme en busca del hombre que me espera a la distancia.

La persona con la cual me había casado me envuelve en un cálido abrazo, besando mis labios.

— ¿Cómo estás?

— Genial.

Después de todo Charles Griffin no era la persona destinada a mí, el chico que una vez fue el dueño de mi corazón ahora lo veía solo como un amigo, no creo mucho en eso del hilo rojo que te une a alguien, pero si lo pudiera ver, estoy segura que al final de mi camino está Samuel Ellis esperando por mí.  

Yo había tomado la decisión correcta de eso estaba segura.

Entre Ellos ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora