Capítulo 18: Estoy aquí, sola, dentro de este hogar roto.

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Holden.

—Siento que todo esto es mi culpa.—repite Sophie como por décima vez y me contengo para no rodar los ojos.

—Lo único que será tu culpa van a ser las ojeras que tendré mañana si no te quitas de mi cama.

Mi cama hoy es el sofá de la sala.

Grandioso.

Lo positivo es que Justin parece estar en una temporada célibe y lo obligue a lavarlo bajo mi supervisión hace unas semanas.

Sophie se quedará en mi cama. Justin dijo no volver hoy y me prestó la suya para Malcom, quien ya se durmió.

—Pero yo fui quien te pidió traerme. Puedo decirles la verdad, no se enojarán con una moribunda.

No me gusta que se refiera a sí misma de esa manera. Detesto que lo haga porque, si ella pierde la esperanza, no sé que me queda a mí. Yo soy el negativo de nosotros dos.

Y ella está convencida de que tiene cáncer. 

—No eres una moribunda, Sophie. Eres una chica que quizá tenga cáncer. No es lo mismo.—aclaro sentándome a su lado.

Todo esto la está afectando de verdad. A todos nosotros.

Hable hace unas horas con Tayler y esta vez me regañó muy fuerte.

Dijo que era un irresponsable, que no podía influir de esa manera en mi hermana porque yo no era lo suficientemente inteligente para saber qué hacer en caso de que se sintiera mal. Que si algo le pasa va a ser mi total culpa, que he herido a mi madre por traérmela a escondidas.

Y lo que más me dolió, que está sumamente decepcionado de mí.

Lo que me sorprendió, fue cuando comentó que esperaba yo no estuviera influenciando a Sophie para cometer los mismos errores que yo.

No sabía que ante sus ojos yo estaba cometiendo errores.

Básicamente, terminó la llamada diciendo que quiere a Sophie el domingo a primera hora ahí en su casa... Y que si ese día tampoco quiero pasar ni a avisar o saludar, no le interesa.

Nunca había sido tan grosero conmigo.

Aunque yo también dije lo mío, le aclare que él es mi padrastro y no mi padre, por lo que como me volviera a hablar de ese modo, me olvidaré de los valores inculcados por mi madre.

También lo llamé arrogante, egoísta y lo acuse de asfixiar a Sophie con sus cuidados exagerados.

—Sabes que no lo dijo en serio, ¿verdad? Mi papá te quiere.

Le resto importancia con una mueca porque no quiero que mi hermana note que en realidad me dolió todo eso.

—No me interesa, en verdad. Ahora vete a dormir porque estás sentada donde va a ir mi cabeza y eso me dará asco como no te pares en los próximos tres segundos.

Rueda los ojos, ignorando mi comentario.

—Solo está nervioso por lo de mañana. No es un secreto que se pone pesado la noche antes.

Lo sé y es por eso que no tomo mi celular para gritarle lo que me quede guardado.

Tayler no es solo el encargado del rancho. Tiene un segundo trabajo, aunque creo que ese lo hace más por gusto. 

Una vez cada mes, viaja a otro estado, por lo regular a donde es caluroso, a montar toros. Es jinete en rodeos y le pagan bien por ello.

Pero se pone nervioso e insoportable días antes, después llega arrogante y luego se calma un poco.

¿Y nuestro final feliz?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora