Holden.
Nos adentramos en el restaurante y buscamos una mesa, el lugar está casi vacío por lo que no tenemos mucho problema en encontrar una y quedamos frente a frente.
Como es un trabajo escolar traje mi laptop así que la saco y coloco en la mesa, es pequeña por lo que no me impide verla a ella.
—Todo parece rico, pero no soy una gran fanática de los vegetales. Supongo que hay comidas en las que no se siente tanto el sabor. ¿Qué vas a pedir tú?—pregunta Phoebe leyendo el menú.
—Yo quiero la pizza, ya la he probado y está buena. Si quieres pido una grande y compartimos.—ofrezco.
Sophie me obligó a probar todo el menú porque siempre pedía la lasaña, así que ya sé que es lo que sabe bien y lo que —a mi gusto— no tanto.
—Me parece perfecto porque en verdad no sabía qué elegir.
Llegan a pedir nuestra orden, yo la acompaño con una soda y ella con un batido de fresa.
—Debe ser muy difícl ser vegetariano, tú no lo eres ¿Cierto? Porque si la respuesta es sí, entonces eres uno muy malo, ya que tu emparedado del otro día tenía como tres rebanadas de jamón y aunque no lo vi, también había un leve sabor a tocino.
—Mi hermanita es la vegetariana...—me detengo cuando me percato de lo que acaba de decir y mi ceño se frunce—. ¿Cómo conoces a lo que sabía mi almuerzo?
Sus ojos se abren con sorpresa mientras su rostro se sonroja.
—Oh pues... Ah... Yo... Eh... —Suspira y recarga sus codos de la mesa para cubrirse su rostro con las manos— se me antojo tu emparedado el otro día, así que te hice una pregunta sobre química y te concentraste tanto en eso que pude darle unas mordidas —se descubre la cara—, pero prometo que solo fueron un par... bien de acuerdo, quizá fueron más de tres, aunque mis bocados siempre son pequeños porque ni siquiera lo notaste.
—Vaya... —murmuro con fingida decepción—. Yo creyendo que eres de las pocas personas que no me molestaban en la escuela y resulta que eres una matona que me roba el almuerzo.
—Ay, vamos Holden, ¡Yo no soy una matona!, quizá una clase de... Robin Hood.—se defiende haciéndome reír y veo el alivio en su rostro antes de acompañar mi risa.
—Robin Hood robaba para dárselo a los pobres, tú robaste para ti.
—Entonces una clase de Aladdin, ya sabes, comer para vivir, robar para comer, ya te contaré en otra ocasión.—lo último lo canta de una manera muy desafinada.
—Al final del día, Aladdin también se lo dio a los niños pobres.—contradigo riendo por lo bajo y rueda los ojos.
—Bien, yo soy Abú dando solo unos bocados. No imaginé que te gustarán las películas de princesas.
—Me gustaba verlas de niño, aunque ya no puedo porque Sophie las odia.—admito encogiéndome en hombros.
En ese momento nos traen nuestro pedido y cada uno toma una rebanada, me sorprendo cuando veo que ella empieza por la orilla.
La mayoría de las ocasiones yo simplemente la dejo a un lado.
—¿Sophie es el nombre de tu hermanita?
—Sí... Abú.—agrego para molestarla y funciona cuando me mira con los ojos entrecerrados.
—¿Me pondrás ese apodo?
Eso me hace detenerme un momento porque yo odio los apodos, darlos a la gente y especialmente recibirlos. No quiero que ella se sienta de la manera en que yo lo hago cuando me llaman vaca.
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¿Y nuestro final feliz?
Teen FictionPhoebe es nueva en la ciudad y todos sabemos lo que eso significa, conocer personas nuevas, nueva escuela, amistades, amores, experiencias... Nueva vida básicamente. Holden es uno de los jugadores del equipo de hockey de su preparatoria. Tras vivir...