Capítulo 35: Por favor no me dejes.

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Maddie.

No quiero estar aquí, sé que debo hacerlo, pero odio demasiado todas estás personas como para sentarme a oír sus nombres y aplaudirles que su cerebro alcanzó a terminar el instituto.

Me resulta un tanto patético verlos abrazándose y llorando con sus amigos solo porque se irán a universidades diferentes.

O quizás es envidia porque mi mejor amiga fue asesinada, por lo que no la volveré a ver. Y mi mejor amigo está tan sumamente deprimido que cada que lo veo siento que será la última vez.

Da igual, son pateticos al estar llorando.

Tomo lugar en la silla que me corresponde. Como desde el día en que Phoebe desapareció, estoy yo sola.

La escuela se volvió en verdad larga en estos dos meses.

Aún están acomodando todo para iniciar con el evento de graduación, colocando las carpetas y medallas bien alineadas y ajustando los altavoces. 

Ahogo un suspiro cuando Olivia se sienta a mi lado y del otro Connor.

Si están arrepentidos por haber sido una mierda de persona con Phoebe, que no lo solucionen conmigo.

Me invitaron a almorzar con ellos cada día. Evidentemente les dije que no.

Me iba al baño para poder llorar tranquila.

—Te ves bonita, Maddie.

—¿Lo suficiente para que me pongan diez?

Sí, soy más que rencorosa.

—Ya nos disculpamos por eso como mil veces —rueda los ojos Connor—. Te explicamos que todo se originó en Isa.

—Y yo ya les dije como mil veces más que no estoy interesada en ser su amiga. 

—Estás siendo grosera con nosotros, Maddie... No olvides que nosotros también perdimos a nuestra amiga.

No sé si la molestia que me causa el comentario de Liv es exagerada, pero me vale un reverendo cacahuate.

—Oh, lo siento tanto, Liv, ¿lastimé tus sentimientos? Porque no sé como podré vivir con la responsabilidad y culpa de haber herido tus sentimientos —me burlo—. Y jamás vuelvas a comparar lo de Phoebe con la muerte de cualquier otra persona... Ella no solo murió, fue asesinada y torturada. 

Le lanza una mirada a Connor y ambos se ponen de pie enfrente de mí. 

Los imitaría para no sentirme inferior, pero, francamente, es imposible que me sienta de esa manera a su lado.

—Bien. Es el último día que nos veremos, irás a la universidad y nosotros también —argumenta Connor—. Por si no te has dado cuenta, somos adolescentes también. Liv y yo nos juntamos con las personas equivocadas, pero estamos intentando remediar el daño que hicimos... No quisiste darnos la dirección de Holden para disculparnos...

—Ni se las daré, ustedes quieren curar sus traumas personales reviviendo los ajenos.—le interrumpo.

—Da igual, solo... Suerte en tu vida y espero que algún día nos perdones por haber cometido errores como tú, Holden, y de seguro también Phoebe e Isa lo hicieron.

Extiende su mano en mi dirección, como si quisiera cerrar un trato. Lo miro con desprecio por unos largos segundos, hasta que ruedo los ojos estrechándola brevemente.

De todos modos, Connor es el que mejor me caía de los cuatro.

—Es imposible que se atreviera a venir.—sisea Liv y volteo a la dirección que está viendo.

¿Y nuestro final feliz?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora