Capítulo 6: Sería un líder valiente.

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Phoebe.

No tardo mucho en encontrar el lugar que Holden me indicó y me siento. Desde aquí alcanzo a ver todo muy bien, aunque supongo que también es porque no ha llegado casi nadie.

El juego empieza a las 7:30 y todo el asunto de la sudadera —sorprendentemente— solo nos quitó veinte minutos.

Así que ahora tengo media hora completa para ver a quince chicos enormes calentar.

—¿Novia de Smith?—pregunta un señor algo mayor al tiempo que se sienta a mi lado.

—¿Eh?

—Que si eres novia de Connor Smith, ese chico es mi orgullo.

—Oh no, de Holden, es decir, no soy su novia, pero vine con él. Aunque en realidad me trajo mi mamá, pero lo que quiero decir es que Holden fue quien me invitó.

Supongo que no puede ver el apellido en el uniforme que llevo puesto porque estoy recargada.

El hombre —quien mantenían su vista en el hielo— voltea a verme con el ceño fruncido.

—Nadie nunca viene a ver a Gates, bueno, una vez vino su abuelo, pero sabes a lo que me refiero. Su abuelo no le va a dar besos, tú tampoco porque dices que no eres su novia, aunque con los jóvenes de ahora ya no se sabe. Yo a mi ex esposa solo la besé hasta que me dio el sí, claro que ella también le dio el beso al que es mi mejor amigo y por eso ahora es ex esposa.

Este sujeto me agrada.

—Hay culturas en las que se besa a los abuelos como muestra de respeto, pero yo a los míos no me puedo ni acercar. Lamento lo de su ex esposa, ¿fue un divorcio difícil?—digo conmovida, volteándome en mi asiento para verlo mejor y me imita.

—Un poco. Me vengué besando a su mejor amiga, quien ahora es mi esposa. Así que supongo que todo salió bien para mí, para ella también porque se quedó con mi mejor amigo. Actualmente son los padrinos de mis hijos.—admite encogiéndose  de hombros.

Mi boca cae abierta porque no es algo que me esperaba.

—¿Y no es raro?, ya sabe, pedirle que se haga cargo de sus hijos si usted muere.

—No, es que mi amigo y la amiga de mi ex esposa son hermanos —aclara con tranquilidad—, pero no hablábamos de mí... Oh cierto, entonces, ¿vienes con Gates? ¿Hablamos del mismo Gates?

—Holden Gates, el portero con el número 63, sí. Por cierto, ¿usted quien es?

La gente ya ha empezado a llegar y hay personas sentándose en los lugares alrededor de nosotros, quizá es el padre de Connor por eso de que es su mayor orgullo.

—Soy el coach de todos ellos, es un trabajo muy difícil.

—¿Y no debería estar en el hielo entonces?—no puedo evitar preguntar.

—¿Cómo te llamas?

—Phoebe Blanchard.

—Te diré algo Blanchard, soy viejo. Estos chicos me respetan por eso, pero no me obedecen. Soy consciente de que para la mayoría Connor es un dolor de culo por exigirles tanto y por la misma razón buscan cerrarle boca haciéndolo bien. Esa es mi estrategia, les enseñé lo básico a todos ellos, Connor fue el mejor... Mi segunda opción era Gates, sin embargo, no tiene suficiente liderazgo.

—Es decir, que le deja los reproches a Connor y se queda con la gloria para usted.—resumo antes de abrir los ojos con sorpresa por lo que acabo de decir, pero eso lo hace reír.

—Algo así, ¿te gusta el hockey?

—No le entiendo, de hecho este es mi primer juego.

Me mira con los ojos entrecerrados antes de sonreírme con ternura.

¿Y nuestro final feliz?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora