¿Y nuestro final feliz?

Capítulo 37: Sigo siendo tu chico (FINAL).

IMPORTANTE: Por alguna razón (fingiré que no sé cuál), el final y el epílogo siempre tiene más vistas que el resto de los capítulos.

En verdad te arruinarás toda la historia. El título ya te da suficiente spoiler sobre si termina bien o mal :(

Holden.

Se siente como si de repente me hubieran arrojado fuera de un sitio. En un momento estoy besando los labios suaves de Phoebe y luego todo este dolor me invade.

Intento abrir mis ojos al escuchar a alguien llamarme a lo lejos, pero no lo logro.

La oscuridad vuelve a llevarme otra vez.

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Los nervios aumentan en mi interior y casi quiero orinarme en los pantalones de tanta emoción.

Observo el jardín que elegimos juntos para este día. No hay más gente que la que en verdad quisimos que estuviera aquí.

La marcha nupcial comienza a sonar, tomo un profundo respiro y mi madre cuelga su brazo de mí.

—¿Listo, mi vida?

—Totalmente.

Avanzo a paso lento, pero decidido, hacia el frente, donde un pastor está listo para casarme con Phoebe.

Mi madre deja un beso en mi mejilla y se limpia las lágrimas antes de retirarse a la primera banca con April.

Sophie entra como primera con el cabello hasta su cintura y un vestido largo color azul cielo. Va tomada del brazo de Malcom y al llegar al centro, él se pone a mi lado y ella del otro.

La siguen Anne con Justin, Madison con Zack y, finalmente, la veo.

Mis ojos se llenan de lágrimas en cuanto ella se adentra para caminar por el pasillo lleno de pétalos blancos.

Va tomada del brazo de Peter, con un vestido que la hace ver preciosa. Es el que me envió en una foto. Su cabello pelirrojo va suelto y arreglado.

La gente suelta suspiros, pero nosotros solo nos vemos el uno al otro, ambos con lágrimas en los ojos porque lo hemos logrado.

Nos vamos a casar.

Al llegar, tomo su mano y aunque no se supone que deba hacerlo hasta que alguien nos dé permiso, le doy un beso que la hace reír.

—¿Lista para pasar el resto de tu vida conmigo?

—Más que lista —sonríe, limpiándome las lágrimas—. Te amo, granjerito.

—Te amo más, Pheebs.

Y entonces... Abro los ojos.

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He perdido la cuenta de la cantidad de estudios que me han hecho, tal parece que llevaba poco más de un mes en coma.

Todo mi cuerpo se siente increíblemente pesado y cansado. 

Suspiro recordando la sensación breve de paz que tuve al despertarme tras mis sueños con Phoebe.

Algunos creen que los sueños tienen significados; yo no lo hacía. Sin embargo, ahora decido creer firmemente en que, si ella me dijo te amo en un sueño, fue porque así lo siente...

Así lo sentía.

La puerta de mi habitación se abre y me esfuerzo en darle una sonrisa a mi familia.