El frío de enero me congelaba hasta la última tripa del estómago. Era uno de los peores inviernos que he vivido y la peor parte estaba sola en mi departamento nuevo, pequeño, pero no acogedor. Las clases se habían cancelado por la tormenta de nieve y mientras frotaba mis manos, el teléfono timbra incontrolablemente con la llamada de James. Ajusto la temperatura de nuevo, pero igual tengo frío en las manos y pies. Abro la puerta porque no había escuchado el timbre y para eso llamaba, trae una chaqueta negra y guantes.
- Aquí está mejor que afuera – me dice antes de dejar un beso corto en mis labios –
- Pensé que ya no vendrías, – digo – por la tormenta y eso –
- Bueno el tren seguía valiendo cuando lo tome – dice – y mañana es sábado, así que deberás tenerme aquí –
- ¿Con quién dejaste a Charlie? – pregunto –
- Con Chris – menciona y sonrío ante la idea de papá con un gato –
- Está en buenas manos –
- ¿Tus clases? – pregunta él con el ceño fruncido –
- Se cancelaron por la tormenta – respondo –
- ¿Estás diciéndome que te voy a tener para mi todo el día? – dice posando sus manos con guantes en mi cadera y acercándome a él –
Asiento y sonrío
- Y tengo muchas ganas de entrar en calor – digo pasando mis brazos por sus hombros –
- Tengo muchas ideas para que entres en calor –
Me besa y esta vez siento el frío de sus labios. Mientras nuestras bocas saben los movimientos exactos para que sea un beso apasionado y lleno de deseo. Sus manos con guantes vagan perezosamente por mi espalda. Luego, sé que se saca los guantes porque sus manos heladas me hacen estremecerme contra él mientras viajan de mi cintura a debajo de mi pecho. Sus besos se deslizan a mi cuello.
- Te extrañe y mucho – murmura con voz ronca –
- Nos vimos ayer en videollamada – le recuerdo mientras una sonrisa se extiende en mi rostro y cierro los ojos –
- Si estas muy contenta con tu videollamada puedo evitar tocarte entonces – dice dando dos pasos atrás, abro los ojos para encontrarme con la diversión en los de él –
- Que llorón – juego y él gira los ojos, se desabrocha el cinturón y muerdo mi labio –
Saca su chaqueta y luego desabrocha su camisa azul marino. Trago mientras lo miro, lo observo y relamo mis labios.
- Hace calor de repente – bromeo y saco mi sweater quedando únicamente con la pequeña camisa térmica y deslizo el cierre hasta por debajo de mi pecho y me inclino sobre mi sofá juntando los brazos. Por un momento sus ojos no ven los míos, pasean por la vista del escote y luego se fijan en la licra que se pegaba en mi trasero inclinado –
Y una sonrisa aparece en sus labios.
- Te extrañe – vuelve a decir –
- Yo te extrañe más – digo acercándome a él y deslizando su mano por el cierre de la blusa –
- Respuesta correcta –
- ¿Gane algún premio? – digo desabrochando su pantalón, pero me agarra de las piernas para cargarme en un hombro de él –
- Que buena vista – dice él y me lleva en su hombro hasta mi habitación –
Me rio en su hombro y solo puedo pensar que ambos somos felices, sin mencionar el hecho que estábamos a punto de tener buen sexo.

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Filadelfia
RomanceDe forma inesperada Cassie y James se encuentran en un bar, un encuentro extraño, que de alguna manera logra compaginarlos. Se forma una amistad singular donde reina la atracción mutua, ambos saben que está mal que esa amistad pase los límites. Más...