4: Viernes de cita

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Eran las 10 de la noche, mis padres no llegarían hasta mañana porque tenían su cita y en palabras de Chris "nos quedaremos en un hotel de new york, queremos algo de tiempo a solas". A lo que solo hice con mi pulgar hacia arriba y mi sonrisa incómoda.

Salgo al porche de la casa para poder distraerme, ya que había pasado en mi cuarto y luego al sillón de la sala. Estaba sola, en general, y esbozo algunas canciones en voz baja. James ni si quiera había llegado y solo pasaba por el lugar una niña con su perro.

Tal vez, es hora de empezar a buscar un trabajo, un restaurante o un hotel que quiera alguien que cante. Busco en internet y son muy pocas las ofertas que encuentro. Me distraigo viendo precios de apartamentos para hacer cálculos mentales de mis ingresos por los videos con los precios de los departamentos de New York y luego con los de Filadelfia. Y en eso se me va el tiempo.

Veo el carro de James llegar y pienso si debería entrarme como si nada a mi casa. Pero cuando baja al menos me deleito viéndolo.

- Hola, Casandra – saluda él, regalándome una mirada divertida supongo deleitándose con mi falta de vergüenza de mirarlo descaradamente, sonrío –

- Hola, vecino – contiene su sonrisa a pesar de que su mirada lo delata –

- ¿Tus padres se fueron a su cita? – avanza un poco hacia mi casa para no tener que levantar la voz, pregunta jugando con las llaves de su casa entre sus manos –

- Sip, toda la noche en un hotel de New York – me encojo de hombros –

- Quieren revivir el romance – bromea él y está de un inusual buen humor, siendo platicador –

- Supongo, al menos no será aquí –

- Nada de ruidos nocturnos – se mofa, hace ademán de retirarse, pero aún quiero hablar con él -

- ¿Por qué tan hablador esta noche? – pregunto y solo sonríe – Digo, no es que no hables, pero hablas muy poco -

- Una niña llamó aterrorizada al departamento – se ríe a carcajadas mientras lo recuerda y me rio con él porque es contagioso –

- Eres el sheriff ¿por qué te ríes de una pobre niña asustada?

- Llegamos al lugar y resulta que su gato estaba atrapado en un árbol – su sonrisa se ensancha y es tan apuesto –

- Era una verdadera emergencia, solo que el cuerpo de policía no da la talla para ese trabajo. – respondo y el abre sus ojos divertidos viendo cómo me burlo de su trabajo – Supongo que llamaron a los bomberos –

- Así es y luego le dimos una charla a la niña y sus padres de la línea de emergencia –

- En todo caso, ¿cómo sheriff aun atiendes llamadas de emergencia? – pregunto con curiosidad –

- No necesariamente, tengo otras funciones, pero me gusta acompañar a los novatos cuando contestan la línea de emergencia de la operadora y ver su tiempo de reacción – responde –

- Como un mentor – asiente ligeramente

Sonríe con cortesía antes de alejarse.

- No recordaba que salieras tan tarde del trabajo – replico y él solo se encoge de hombros –

- A veces lo hago – dice él –

- Cada vez que estoy en casa noto tu auto al salir, pero nunca al volver, – respondo y solo asiente – no de una manera espeluznante, solo como una vecina curiosa -

- Espero que no estes muy pendiente – dice cortante -

- Ahora que he vuelto, tendrás que mudarte de casa para seguir evitándome – me rio y él solo me observa en silencio un instante antes de que una sonrisa se esboce en su cara –

- Supongo que sí, no puedo seguir quedándome hasta tarde en el trabajo, es muy cansado –

¿Lo dijo en serio o era una broma?

- A menos que no te encuentres en el trabajo y si donde tus amigas de una noche – por Dios, Cassie un poco de filtros no vendrían mal -

- ¿Amigas de una noche? – pregunta extrañado y divertido, cruza los brazos por su pecho –

- Ya sabes, las mujeres con las que sales –

- ¿Las mujeres? –

- ¿Me vas a hacer sentir culpable de nuevo por asumir tu soltería? –

- Sí – sonríe ampliamente –

Giro los ojos.

- No salgo con mujeres, pero a veces si me veo con unas amigas para matar el tiempo a solas – responde y siento una punzada en mi vientre, se refería a sexo –

- ¿Al mismo tiempo? – pregunto intentando parecer desorientada en el tema –

- Lo dejaré a tu imaginación – la sonrisa escapa de mis labios y él solo se aleja de ahí –

Antes de que si quiera recuerde mi lugar en la cadena alimenticia, hablo.

- ¿No quieres tomar algo? – pregunto

Voltea para poder verme, unos segundos que parecen eternos, ladea su cabeza y me regala una sonrisa cortés que no llega a sus ojos.

- Descansa, Cassie –

¿Vergüenza? Seguro

Entro en mi casa sintiéndome avergonzada. Realmente no le había dicho nada malo, pero mis intenciones eran deliciosamente inmorales.

Necesitaba dirigir toda esa energía a algo y reviso los videos de internet. Noto que hay algunos comentarios preguntándome cosas de cómo había aprendido a cantar tan bien y que tal vez debería empezar una sección de tips para principiantes. Sonrío, no me parece mala idea. Y toda mi energía se dirige ahí.


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