Parte III. 28: El salvavidas

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Camino por los grandes pasillos de Wallmart y me entretengo viendo vajillas.

- Ver vajillas es más deprimente que lo de ayer – juega Haley llegando a mi lado con un par de cajas de cereal –

- Supongo – se escapa una sonrisa triste de mis labios –

- Vamos a la sección de plantas al menos – dice ella, robándose el carrito de mis manos –

- Una planta es mucho trabajo – protesto –

- Al menos te dará un propósito – dice caminando a mi lado – y te cuidará mientras yo no pueda –

- Estaré bien, pediré más trabajo y me ahogaré haciendo videos, y siempre puedo escaparme acá – digo, hoy en lunes de Halloween, había pedido permiso en el trabajo y regresaría mañana... aunque me había perdido el festival de los niños disfrazados –

- Hablo, en serio, necesitas algo que te mantenga cuerda en el instante – insiste cuando llegamos a la sección de plantas –

- Una planta no va a ayudar – replico –

- Será como tu salvavidas y tendrás que cuidarla porque si no se muere... como tú – juega viendo un cactus –

Vemos algunas plantas de jardín y finalmente se decide por una pequeña de interior.

- Es mi regalo por la mudanza – dice ella –

- Me regalaste las láminas ¿lo olvidaste? –

Sonríe y seguimos caminando. De pronto se detiene viendo algunas cunas detenidamente y no puedo descifrar si lo que hay en su rostro es felicidad o agonía.

- ¿Qué pasa con esto? – digo –

- Yo, am, nada... – dice y nos quedamos mirando, veo sus ojos llenarse de lágrimas – no aguante y me hice los exámenes... resulta que mi útero es el defectuoso –

Nos miramos ambas con tristeza por esta situación y por mi situación.

- Tal vez deberíamos ir hacernos una limpieza de energías o algo así – le digo y solloza con una risa –

- Aún faltan hacer más estudios y pues ver si se puede hacer tratamientos, pero, a penas, lo supe ayer y supongo que me tiene mal – dice ella agarrando mi mano –

- Pido lo mejor para ti – le digo abrazándola y ella me aprieta –

- Lo de la limpieza suena bien – murmura mientras nos separamos –

- Necesitaremos una planta para ti también – digo robando el carrito de nuevo yendo a las plantas –

Estábamos regresando a su casa. Luego de lo que paso ayer de noche, regrese a mi departamento y tome algunas cosas. Tuve la idea tonta de querer dejar todo, pero entonces recordé que tengo un trabajo que amo, un departamento que me encanta y apenas iniciaba mi vida... solo que sin mis padres y sin la persona que estoy segura es el amor de mi vida. Así que solo pedí permiso por hoy y luego volvería, mientras antes me enfrente a mi nueva realidad, mejor sería.

Tenía un dolor indescriptible atrapado en el pecho y no dejaba de repetir la noche pasada intentando procesar que había pasado y que no era un sueño. Y cuando recordaba que todo era real, la opresión que sentía por el dolor era inhumana.

Y luego estaba esa parte mía que se sentía libre, no feliz, pero si libre. Ya no tenía que esconderse, lo había dicho todo. Sabía que, a partir de hoy, era mi vida y solo debía responder para mí. Y jamás podría pagarle a Joe, pero si con mi vida no era suficiente... no podía hacer más. Supongo que una vez que tocas fondo y que tu mayor miedo se hace realidad, la vida se vuelve un poco más liviana... no hay donde más caer.

En la mañana había tenido una sesión con el psicólogo y cada vez más agradecía estar yendo. Luego de que le conté que yo jamás sería suficiente para que Joe me ame, él respondió "¿No es suficiente tu vida para ti? Porque si lo es, entonces, ¿no crees que para las personas que te aman también lo será?" y recuerdo que le dije entre lágrimas que qué pasaba si no me amaba y por eso mi vida no era suficiente para él; y tal cual viejo sabio me dijo "Para la única persona que debe ser suficiente su vida es para uno mismo... después de todo lo que has dicho, ¿tú crees que alguien se sacrifique por alguien que no ama?"

Volví a llorar y él simplemente me acompaño a través de la cámara. No me dijo que me calme, ni me pidió que me tranquilizará, solo me dijo que era una forma de empezar a sanar. A su pregunta le respondí que no tuvo opción y que al menos yo debía intentar pagarle haciendo que valga la pena que haya sacrificado todo por mí y ya no pude, ya no puedo y ya no quiero seguir viviendo así. Él sonrío, "Intentas pagar algo que tu ni si quiera pediste... e incluso pagándolo con tu vida ¿crees que es justo para ti? ¿Crees que es justo para ti las veces que de joven no quisiste salir con tus amigas o las veces que lloraste mientras estudiabas de madrugada? ¿Qué hubiera pasado si te hubieras mantenido en medicina? No es egoísta vivir tu vida, Cassie"

Y después de todo lo que paso, por fin lo comprendí. Era mi vida. Y aunque me llevaría tiempo reponerme, ahora era mía, haría que lo que yo quiera para vivir bien para mí.

No soy egoísta porquerer vivir mi vida. 

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