5: La junta vecinal

191 6 0
                                        


- Me siento como campanita, si no me da atención voy a morir – le digo a Haley por teléfono –

Había empezado a correr en las mañanas. Estaba intentando mejorar mis rutinas y adquirir hábitos sanos. Corría por la cuadra y luego cruzaba el redondel para correr alrededor del pequeño lago artificial de la residencia privada. Me gustaba tomar mi tiempo en el lago, era relajante y hermoso.

- Te escuchas sexy agitada – dice ella y giro los ojos para detenerme a ver el lago –

- Hablo en serio, paso todo el día en casa, grabo los videos y han pasado casi dos meses desde que volví y aún no tengo resuelto que es lo que quiero hacer –

- Tal vez no es atención lo que te hace falta – menciona

- ¿Entonces? –

- Disfruta estas vacaciones, ni si quiera eres una carga porque aportas con dinero, haces la comida, no debes tener toda tu vida resuelta a los 23 –

- Siento que estoy desperdiciando mi vida – le digo pasando mi mano por la frente limpiando mi sudor –

- Porque por fin te das un descanso, no está mal – reniega ella y me rio –

- Estoy sola aquí, tal vez debería regresar a new york unas semanas –

- Aunque me encantaría esa idea, no quiero que gastes tus ahorros en un par de semanas aquí solo porque quieres estar cerca de mí. – bromea – Conoce gente allá... pero si me encanta la idea de tenerte en mi casa el tiempo que quieras, aunque no te servirá de nada, harás lo mismo que en tu casa –

- Tienes razón, pero al menos estaré contigo –

- Hablo en serio, disfruta este tiempo libre, has cosas que quieras hacer, conoce personas, sal a pasear por tu ciudad, ve al cine, ve a bares, lee un libro en el porche de tu casa para que todo el mundo vea lo única que eres. – se mofa y me rio – Hazme el favor de ir a un karaoke, sigue grabando tus videos. Enfocate en lo que tú quieras o enfocate en nada y descansa, te lo mereces –

Suspiro pesadamente. Vuelvo a ponerme en marcha para regresar a casa.

- Así que, – digo agitada – la invitación a tu casa ¿es real?

- ¡Claro que es real! – dice –

- Solo quiero cerciorarme de que tendré a donde llegar en caso que Joe quiera botarme de casa –

- Siempre tendrás un lugar donde llegar mientras exista –

Troto en silencio

- Debo admitir que extraño vernos todos los días – dice ella –

- ¡Yo igual!

- Iré pronto allá, si no vienes acá – reclama –

- Te tomo la palabra –

- ¿Qué novedades tienes? –

- Bueno sigo corriendo y... - respiro porque jamás habían sido la mejor atleta – ya casi estoy llegando a casa, en la tarde cocinaré estofado, ¿tú? –

- En la tarde iré a mi mágico trabajo – bromea, refiriéndose a su trabajo de hacer un doblaje y cantar para la película infantil –

Ya estoy casi llegando a mi casa mientras veo a James subirse a su auto. Finjo no verlo y mantener el hilo de mi conversación por mis audífonos.

- Él está saliendo de su casa –

- ¿El sexy hombre que es tu vecino? – pregunta –

- Sí, finjo hablar para fingir que no lo he visto y no tener que saludar – menciono –

- No finges hablar porque sí hablas conmigo y dos deberías enseñar como te queda el top y la licra deportiva –

- No quiero más vergüenzas – digo atravesando velozmente el patio delantero y subiendo las escaleras del porche. Había pasado una semana desde que lo había invitado –

- No creo que saques ninguna vergüenza ese cuerpo hermoso que tienes –

- ¿Estás enamorada de mí? – me burlo –

- Sí, ya no puedo ocultarlo – dice en tono jocoso y dramático

Me detengo mientras abro la puerta, pero no puedo evitar girar a verlo. Está en su carro y cruzamos miradas. Sostenemos la mirada por tan poco tiempo que parece que no paso. Yo entro en mi casa y él arranca en su carro.

Al entrar en mi casa veo la rutina habitual de mis padres. Mi papá Chris se alista con su bata de doctor para ir al hospital y mi padre Joe con su saco café para ir al editorial.

- Haley te llamo después – me despido y cuelgo para poder ir a la cocina a tomar una taza de chocolate –

Entro en la cocina para ver cómo se apuran en comer y preparar sus respectivas cosas. Apurados sin tener tiempo para hablar y sé que notan mi presencia porque me saluda con un beso en la cabeza y no les importa que este sudada o tal vez ni lo notan.

Cuando suena el timbre. Me acerco a abrir y es una señora mayor.

- Buenos días, linda, quería entregarle en persona esto a los vecinos para que asistan a la junta vecinal – asiento con mi cabeza –

- Ok, gracias –

- Espero que asistan – insiste tocando el folleto –

- Claro –

- Es importante, linda, así que te esperamos –

- Gracias –

- Se tratarán temas importantes de la seguridad – vuelvo a asentir –


FiladelfiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora